Argentina busca ‘vender’ el polo en China

In by Simone

Aunque tradicionalmente se afirma que el polo nació en India o Persia, hay evidencias de que un deporte similar se practicaba en China hace 1900 años. De hecho, son comunes las imágenes de los emperadores de la dinastía Tang jugando al polo en el siglo VII. Ahora, con la emergencia en China de una clase con alto poder adquisitivo y con deseos de experimentar algo exclusivo, varios empresarios y profesionales argentinos se han propuesto llevar el polo de regreso a su lugar de origen.
Existen actualmente cuatro clubs de polo en China, pero hay planes para desarrollar por lo menos otros veinte. Y Argentina, primera potencia mundial en el deporte, quiere aprovecharlo para promoverse. “El polo es un remolcador de otros productos y de la imagen argentina”, afirmó en mayo el subsecretario de Comercio Internacional, Ariel Schale, durante una misión comercial a Pekín.

Argentina no sólo está bien posicionada para convertirse en el principal proveedor de caballos, jugadores profesionales, implementos deportivos y conocimiento veterinario, sino que podría aprovechar la vitrina para impulsar la comercialización de otros productos argentinos de alta calidad como cueros, vinos y platería. Precisamente hace dos semanas se organizó en el Tang Polo de Pekín la primera Copa República Argentina, un torneo de exhibición con fines promocionales.

La afirmación de Schale no es metafórica: China ya es uno de los mercados más rentables para el sector de artículos de lujo en el mundo, registrando ventas de 10.700 millones de dólares en 2010, según un informe del Boston Consulting Group. No sólo es la región del mundo donde más creció la demanda de bienes exclusivos en el último decenio (un 85%), sino que podría superar a Estados Unidos como primero del mundo en 2012.

Y aunque el polo no constituye un artículo de lujo como tal, encaja perfectamente en la imagen y el perfil de consumidor que más está invirtiendo en productos de alta gama en China. Según la Asociación Mundial del Lujo, un 73% de los clientes de bienes de lujo en el gigante asiático tiene menos de 45 años y un 45% no supera los 34 años, dos rangos de consumidores con los que el deporte ecuestre se identifica a la perfección.

Es el caso del Metropolitan Polo Club de Tianjin, situado dentro de un complejo urbanístico de lujo desarrollado por el grupo Goldin de Hong Kong, que incluye oficinas, condominios, boutiques, restaurantes y un hotel cinco estrellas. El club, que organiza en invierno el único torneo internacional de polo en la nieve de Asia, cuenta con 14 instructores de tiempo completo, incluyendo a varios argentinos.

Buscábamos ofrecer un estilo de vida exclusivo y creemos que el polo tiene el estatus más alto en términos de refinamiento. Al incluir actividades como el polo y el golf en nuestras propiedades buscamos darles prestigio”, señaló a China Files Rowland Wong, uno de los desarrolladores. “Pero de todas maneras nos interesa promover el deporte en China”.

Uno de los proyectos más ambiciosos es el del Beijing International Polo Club, impulsado por un grupo de empresarios argentinos y chinos en Pekín, y con una inversión cercana a los 4 millones de dólares. El club, ubicado en un terreno de 20 hectáreas que albergará dos campos de polo y uno de indoor polo, abrirá sus puertas el próximo junio. Su atractivo principal radica en que está localizado a 20 minutos del centro de la capital, en una zona que se valorizará próximamente gracias a los planes de convertirla en un centro artístico.

China le va a aportar mucha fuente de trabajo y de dinero a este deporte”, señaló a China Files Luciano Hauser, un bonaerense que lleva cuatro años en China y uno de los gestores del proyecto. “El polo dejó de ser un deporte elitista y se convirtió en una industria, con patrocinadores selectos, publicidad para un público específico y un desarrollo de finca raíz. Un poco como la Fórmula Uno”.

Su idea es crear un club de gran prestigio social, pero que cuente además con un alto nivel competitivo y actividades todo el año. Para lograrlo, en un país donde todavía no hay muchos jugadores, contarán con una temporada de seis meses -abril a octubre- en la que cada mes estará dedicado al polo de un país diferente.

Entre los dos campos habrá una gradería que servirá a la vez de boutiques para 20 marcas de lujo. De esta manera, los patrocinadores -además de financiar los eventos- contarán con un espacio idóneo para vender sus productos y garantizar a sus clientes los mejores asientos del lugar. El campo de indoor polo (arena) tendrá un sistema similar, con gradas cuyo diseño conjuga el espectáculo deportivo con el comercio.

La compañía, World Polo Clubs, está desarrollando también clubes en Shanghai y en el exclusivo balneario de Sanya, en la isla de Hainan, que inaugurará después del de Pekín. Entre sus socios internacionales figuran el ex diez goles mexicano Carlos Gracida, el capitán del equipo británico Henry Brett y varios familiares del número uno mundial, el argentino Adolfo Cambiaso.

Uno de los rubros que más se podría beneficiar del impulso del polo en China es la exportación de caballos. Aunque en este momento todavía se negocia el acuerdo sanitario que permitiría las importaciones equinas desde la Argentina, los criadores nacionales ven la apertura de un nuevo mercado con buenos ojos. En los últimos tres años la importación de caballos se ha triplicado en China, aunque la cifra todavía es baja. En 2010 se importaron 1.300 caballos, según la Asociación de la Industria del Caballo China, una agencia gubernamental recientemente fundada para impulsar los deportes equinos.

El interés por el polo apenas despega en China, pero hechos como la existencia de una entidad oficial que lo promueva y de capital privado que quiera financiarlo son razones suficientes para que la industria argentina planee estrategias comerciales que les permita aprovechar este selecto grupo de consumidores. Además hay un tema de tradición detrás. “Al gobierno chino le interesa recuperar sus raíces”, apuntó Luciano Hauser.

[Fotografías cortesía del 
Metropolitan Polo Club de Tianjin]
Artículo publicado en La Nación (Argentina)