China busca impulsar el taoísmo en el mundo

In Uncategorized by Simone

En los últimos diez años China ha invertido muchos recursos en difundir su idioma y su cultura mediante proyectos como los Institutos Confucio, con el objetivo de posicionarse como potencia mundial y no sólo económica. A esta estrategia de promoción de su soft power, Beijing busca añadir ahora un nuevo ‘producto’: el taoísmo.
La semana pasada se llevó a cabo el primer Foro Internacional sobre el Taoísmo, un evento que congregó a 500 académicos de unos 20 países en la provincia de Hunan, con el objetivo de impulsar más esta religión y doctrina de pensamiento en el mundo, como parte integral de la cultura china. Entre los asistentes figuraban varios altos funcionarios del gobierno chino, comenzando por Jia Qinglin, uno de los nueve miembros de la cúpula del Partido Comunista.

El objetivo del congreso era reflexionar sobre cómo integrar la filosofía taoísta con la realidad social y cómo puede ayudar a solucionar muchos de los problemas que existen en la actualidad, según explicó Zhang Jiyu, vicepresidente de la Asociación Taoísta China, a la agencia Xinhua.

Entre las problemáticas que se abordaron figuraron la conservación del medio ambiente, el desarrollo sostenible, las relaciones entre religiones y la paz mundial. La presencia de un miembro tan importante del gobierno demuestra que la apertura religiosa cuenta con pleno respaldo de Beijing, que vería en el pensamiento taoísta una manera de promover su tradición cultural y humanística.

“El taoísmo es parte importante de la cultura tradicional china, así como un bien valioso para la humanidad”, afirmó durante la apertura del congreso Jia Qinglin, uno de los nueve miembros del Comité Permanente del Polítburó del Partido Comunista.

Otro funcionario cercano al gobierno, Xu Jialu, fue más allá en su reflexión sobre el atractivo del taoísmo. “Una manera de pensar china debería ser utilizada para estudiar los textos taoístas y construir una filosofía taoísta para el siglo XXI, basada en la discusión, selección y eliminación de los conceptos filosóficos contenidos en las escrituras”, señaló el ex vicepresidente del Comité permanente de la Asamblea Nacional del Pueblo, el órgano legislativo chino. “El taoísmo, una religión creada por el pueblo, no puede permitirse perder el apoyo de éste”, añadió Xu, quien también fue vicerrector de la Universidad Normal de Beijing.

Pese a haber sido prohibido durante la Revolución Cultural, el taoísmo se ha fortalecido en los últimos decenios como la segunda religión en China, tras el budismo. Y aunque oficialmente China sigue siendo un Estado ateo y el gobierno mantiene un férreo control sobre los movimientos religiosos, el número de seguidores del pensamiento taoísta ha venido aumentando significativamente.

El taoísmo está inspirado en las enseñanzas del pensador de Lao Tse (también llamado Lao Tzu), que fueron recopiladas entre finales del siglo IV y comienzos del III antes de Cristo en el Tao te ching o Libro del Tao. El libro de Lao Tse constituye una guía filosófica, para quien sepa leerla, que reflexiona sobre el orden cósmico y la manera de lograr identificarse con éste. Es considerado un texto religioso al proponer un modo de vida en consonancia con la forma como funciona el mundo, aunque en realidad no establece una serie de rituales ni indica cómo debe ser leído.

Precisamente esa idea de vivir en sintonía con el cosmos ha encontrado eco en el gobierno chino, que ha convertido a la “armonía” en el centro de su discurso y en su caballito de batalla. “Sólo la cooperación donde todos ganan puede conducir a un mundo armónico”, señaló en su discurso ante el foro Du Qinglin, otro alto funcionario.

En todo caso Beijing confía en el atractivo del taoísmo como “producto” chino. “El taoísmo verá su influencia global crecer en el futuro próximo”, concluyó Lin Zhou, vicepresidente de la Asociación Taoísta China.

[Fotografía cortesía de DFC Works]