“Los chinos bailan como robots”: Gilberto Romero, cantante de salsa venezolano

In by Andrea Pira

Llegó a China hace diez años para cantar salsa. Entonces, había apenas un club de salsa para extranjeros. Hoy hay 13 escuelas de salsa, cuatro clubes con un día dedicado a la música latina y una discoteca especializada en salsa, llamada Salsa Caribe, tan sólo en Beijing. Repaso con Gilberto Romero de diez años de música caribeña en China.
Octubre 2003: en la oscuridad brumosa de una disco llamada Latinos se abre paso la figura estirada de un venezolano. Pocos (o nadie) conoce el viaje ajado que ha llevado los pasos de ese hombre hasta ese pequeño escenario en el que tiene que disputarse el espacio con los otros músicos.

Ese modesto pedazo de madera en medio de la oscuridad en donde el humo se mezcla con el sudor  se parece a una balsa. Un lujo demasiado caro. "La música me ha dado mucho, pero también me ha quitado", dirá diez años después con una voz que empieza a quebrarse. “Dejé a mi hija con diez años”, agrega.

Gilberto Romero llegó hace diez años a Beijing, y como dice una salsa, con voz de Romero, música de Bizzio y letra borgeana, “que lentas que se van las horas, que rápido pasan los años”.

Hace diez años había un sólo club de salsa en el país: Latinos, a donde desembarcó Gilberto. Hoy se ha multiplicado a 13 escuelas de salsa, cuatro clubes con un día dedicado a la música latina y Salsa Caribe, una discoteca en Beijing dedicada a la música del caribe. Ya no hay duda que la salsa y la música latina gusta cada vez más en estos lares.

El crecimiento de la clase media china, de la nueva burguesía, ha traído esos lujos: carnet médico, departamento, coche,y por supuesto, clases de baile.

Y mientras tanto, Gilberto hizo su vida en Beijing. Si la compañía de su hija fue lo más preciado que le quitó la música, o ña decisión de establecerse en Beijing para hacer música, también esa ausencia le dejó su mejor canción, dice, esa que no puede cantar porque se emociona demasiado.

Mi dulce niña
, se llama la canción. En ella laten sus ídolos: Manzanero, Juan Gabriel, Ricardo Montaner, Roberto Carlos, y por supuesto, su padre, el reconocido bajista Gilberto Romero. Fue él quien le inculcó el amor por la música o se lo transmitió en los genes. O se lo cultivó en esas tardes en las que la familia se acorazaba alrededor del cuatro, ese frágil latido venezolano.

A los 21 empezó a cantar en bares. Entonces tenía la vida dividida: de día se ponía el overol azul y cumplía en la fábrica de autopartes, de noche, se sentía sí mismo, todo era felicidad, alegría. Hasta que una invitación para viajar a Beijing y dedicarse a la música lo obligó a elegir.

Tuvo que elegir. Así llegó desde Valencia, Venezuela, con otros seis músicos, que estaban tan ilusionados y aterrados como él. Hoy tiene un grupo, Savor Latino, (con V, de Venezuela), con el que se presenta cada fin de semana en un bar ruso y con el que interpreta los más candentes hits caribeños y canciones de su cosecha.

"Desde el primer día que llegué sentí una reacción muy positiva por parte de los chinos. Pero en aquel tiempo no se conocía nada de la música latina. Había un sólo bar en el que se pasaba salsa, pero era para los extranjeros. En el 2005 abrieron Salsa Caribe, que aunque hoy en día no se especializa en música latina exactamente, ha hecho mucho por la difusión de nuestra música en todos estos años"

Hoy la salsa en China no es sólo para los extranjeros, ¿ves más caras chinas en tus conciertos? ¿Cómo fue ese cambio?

Se ha dado de a poco, hoy aún hay muchos extranjeros en mis conciertos. Pero se nota que a los chinos les gusta mucho cada vez más nuestra música. Creo que el hecho de que dispongan de más dinero para salir ayuda mucho. También internet ha ayudado. 

¿Cómo es la relación de los chinos con la salsa?

Son muy pocos los chinos que tienen el feeling de la música latina. En su mayoría, son pasos o movimientos estudiados, grabados, como de un robot. Esa fue mi primera frustración cuando llegué a China. A nosotros los latinos, no nos enseñaron nada técnico, es solamente sentir la música y ya. Pero al fin, uno se adapta a eso.

¿Son buenos bailarines de salsa los chinos?

Los chinos no tienen el mismo swing que los latinos, pero tienen mucha perseverancia. Bailan como robots, pensando en cada paso, pero son muy trabajadores y logran así grandes resultados.

¿Cómo eligió el nombre “Savor latino” a tu banda?

Cuando terminamos de trabajar en Latinos, nos llamó Salsa Caribe para formar parte de la banda cubana y me sumé a ellos. Un poco después pensamos armar un grupo venezolano.

Yo, inicialmente, con la banda cubana sentía que estábamos un poco limitados con los géneros. Entonces cuando ya formé mi banda, yo tenía claro que íbamos a tocar de todo, cumbia, rock, salsa cubana, salsa cubana, etc. lo que es verdadero sabor latino, de allí salió el nombre, para definir el repertorio.

¿Y por qué la “v”?

Mucha gente me pregunta eso, creen que es un error ortográfico. El nombre es así porque en el mundo hay muchos grupos llamados “Sabor Latino”, entonces yo quise diferenciarlo, poniéndole la v de Venezuela, porque en ese tiempo todos los integrantes eran venezolanos. Claro que ahora también hay cubanos tocando con nosotros, pero el grupo ya estaba bautizado así: “savor” con “v” de Venezuela.

También escribes tus propias canciones, ¿cómo es el proceso de composición?

A veces estoy en la calle y se me ocurre una melodía, la tarareo y empiezo a buscarla. Entonces empiezo a grabarla en el teléfono. Si se me viene un pensamiento, una idea para la letra, lo escribo. Y no me quedo tranquilo hasta sacar algo de allí. Trato de estar atento, porque nunca se sabe cuando puede llegar una melodía o una letra, o las dos juntas. Después de ese momento hay que trabajar hasta construir una canción.

¿Cómo eliges el repertorio de lo que vas a cantar cada noche?

Dependiendo del público que se encuentra presente cada noche, la experiencia me ha dicho que no debo cantar solo para mí. Cuando yo sea famoso y la gente quiera escuchar cantar a Gilberto, allí cantaré lo mío. Pero por ahora debo cantar lo que a la gente le guste. Hoy lo que mas suena a nivel mundial como música latina es el reggetón y el merenguetón, que es lo que actualmente hace Daddy Yankee y Don Omar. Eso es lo mas comercial. Pero yo sin embargo pongo también de vez en cuando una salsa o un merengue, un bolero o una buena bachata.


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