Facebook en China: una milla más cerca

In by Andrea Pira

Al tiempo que Mark Zuckerberg se enfrenta a la contaminación de Beijing para correr la milla número cien de su Año de Correr, adelanta reuniones adicionales para que Facebook vuelva a ser desbloqueado en China.
Mark Zuckerberg es un hombre sin atributos. Una figura tan gris como el color de sus camisetas. No tiene carisma. No dice nada profundo. Su misión en la vida es conectar a todo el mundo mediante una red sin más contenido que el que ponen en ella sus usuarios, y del que Facebook incluso se apropia. Cuando habla de temas como la pobreza, sus intervenciones a menudo se limitan a estadísticas con causalidades ausentes de explicación: "los estudios arrojan que por cada 10 personas que usan internet, 1 persona sale de la pobreza", dijo Zuckerberg, en octubre del año pasado, en Nueva Delhi.

Zuckerberg también es una persona contradictoria. Es difícil confiar en sus palabras. Durante esa misma intervención en Delhi, dijo que admiraba a India por ser la democracia más grande del mundo. Al mismo tiempo, corteja a la dictadura más grande del mundo para participar de su mercado. Sin embargo, la aparente contradicción de admirar a la democracia y a la dictadura puede no ser más que un malentendido, si lo que en realidad Zuckerberg admira es las dimensiones del sistema. Que sea el más grande: absolutista o liberal, pero el número uno. Mark Zuckerberg no es una persona interesante, pero es una persona ambiciosa.

Por eso cuando visita China se vuelve cómico. Adopta los gestos histriónicos del novio que se mata para agradar al suegro. La semana pasada, por ejemplo, salió sonriendo a trotar a la Plaza Tiananmen sin usar una máscara contra la contaminación, durante un día en que los índices de PM2.5 superaron el nivel de 300, es decir, alta peligrosidad. El golpe de imagen era evidente: quería demostrar que está dispuesto a jugar con las reglas que imponga el Partido Comunista, incluso dándole un giro al simbolismo histórico de la plaza. Tiananmen, no como el lugar donde fue apagada con balas la protesta política, sino el espacio donde Zuckerberg desestima uno de los grandes problemas ambientales de China.

Si puede poner en riesgo su salud para publicar una fotografía que el Politburó aprobaría, ciertamente puede ceder mucho más cuando se trate de negociar con Facebook.

En el marco del Foro para el Desarrollo de China, Zuckerberg logró reunirse el sábado en Beijing con Liu Yunshan, miembro del Comité Permanente del Partido Comunista y zar de propaganda del Partido. Es quizás después de Xi Jinping la persona que más influencia tiene para lograr que Facebook pueda usarse en China.

Facebook fue bloqueado en el 2009 luego de una ola de protestas en Xinjiang y desde entonces es imposible acceder desde los servidores chinos. Esto ha sido útil para el Partido Comunista no sólo por fortalecer su obsesivo control sobre la información, sino también para ejercer proteccionismo económico para las empresas chinas de internet, como Tencent.

Si Facebook entra en China, tendría que competir con WeChat. La competencia quizás habría sido pareja en el 2009. Hoy no veo a muchos chinos cambiando a WeChat por Facebook.

Zuckerberg, sin embargo, pensará distinto. Está empeñado. ¿Y a medida que él y el Partido Comunista se ponen de acuerdo, qué tanta libertad va a ser sacrificada en Facebook?

Hay algunas cosas que es fácil predecir. Dado el alto índice de comentarios políticos en Facebook, es poco probable que sus usuarios fuera de China toleren que sean censurados. Así que un Facebook controlado por el órgano de propaganda del Partido Comunista de China no será un fenómeno mundial.

Creo, no obstante, que una enorme porción de los usuarios de Facebook tolerarían que desde China hubiera filtros especiales a los comentarios que se puedan leer desde allá. Es decir, que los usuarios de China no podrían acceder a cierta información. A menos que Zuckerberg esté dispuesto a crear un Facebook sólo para China, esta será la solución más probable para que su servicio cruce la Gran Muralla Cortafuegos.

Además de tener a un ejército de censores y algoritmos que filtren lo que quienes consultan Facebook desde China pueden leer, seguramente se esperará que Facebook entre asociada a una empresa china. En época de desaceleración económica, los líderes querrán publicitar su interés en que las grandes compañías extranjeras contribuyan a la prosperidad del país.

El 2016 verá avances en el tema, pero todo se hará en el marco de los estrictos controles y censuras que por demás están aumentando.

[Crédito foto: Facebook]

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