Terminó el “junio negro” en China, el momento de más estrés, angustia, ansiedad e incertidumbre para aquellas familias que tienen un estudiante a punto de graduarse de bachillerato. Desde ayer hasta hoy, casi 9 millones y medio de estudiantes presentan el Gaokao, el examen de admisión a las universidades en China. Y en esta época, no hay quien se salve de la presión. Desde pequeños fueron educados para vivir el día “más importante de sus vidas”.
El “gran examen” como se traduciría en español, marca la vida de todos los estudiantes en un antes y un después. La presión de padres y profesores, y de los mismos estudiantes es tal que los hospitales se preparan para atender más casos de estrés y pánico que en cualquier otra etapa del año. Muchos médicos son obligados a prescribir pastillas de control natal a las mujeres, pues sus padres prefieren evitar que el ciclo les afecte su estado de ánimo antes o durante el examen. Las clínicas reportan muchos jóvenes pacientes que se internan por causa de depresión días antes del gaokao Algunos se desmayan horas antes de la prueba y también durante ella. También se habla de un rango muy alto de suicidios en todo el país, de jóvenes que no soportan la presión.
Los padres tienden a ejercer la mayor presión. Sugieren a los hijos tomar pastillas para dormir, té -o incluso medicina- para la concentración, contratan profesoras especializadas en entrenamiento para el gaokao –llamadas las “niñeras gaokao”, y los llevan a brujos, magos y metafísicos con la esperanza de que sus artificios influyan en la suerte y la capacidad mental de sus hijos.
El estrés es tal, que desde hace cinco años existe una línea de atención especializada para ayudar a los estudiantes a sobrepasar los momentos difíciles y explicarles como manejar el estrés.
Esta atención exagerada es consecuencia de la política de un solo hijo en China: cada familia tiene puestas las esperanzas en su único descendiente, para que éste logre ir a una buena universidad, consiga un buen trabajo y de esa forma asegurar un mejor futuro a todos los miembros de la familia. Y esto ocurre con mayor fuerza en las zonas rurales, donde los campesinos ponen toda la fé en que sus hijos serán quienes los subirán en la escala social.
Un antes y un después
Casi como con los exámenes imperiales en China, si los estudiantes tienen un mal resultado en el gaokao, podrían arruinar todo su futuro. No podría entrar a una universidad decente y por lo tanto, su trabajo y futuro profesional se verían comprometidos. Existe la posibilidad de esperar y presentarlo el año siguiente pero esto condicionaría sus resultados y su posición social.
El gaokao está dividido en dos tipos: una humanística y otra científica. Las únicas materias obligatorias son matemáticas, inglés y mandarín. Literatura, historia y arte van en un enfoque y física, química y biología en el otro. El examen sólo puede ser tomado en la ciudad en la que tiene registrado su hukou (permiso de residencia) y así cada examen va identificado no sólo de su resultado sino de su procedencia.
Esto es importante porque las universidades más famosas en todas las grandes ciudades -como Beida o Fudan- no sólo tienen puntajes mínimos para poder ingresar al sistema de aplicaciones sino que tienen un número de cuotas por regiones, para que así haya una equidad en los estudiantes de toda China.
Por ejemplo, si un estudiante vive en Beijing y tiene un resultado alto, tendrá más posibilidades de entrar a Beida y al tener un nivel más alto de educación que un estudiante de la misma carrera de una universidad regional. Y así sus posibilidades de encontrar un mejor trabajo serán más altas. Ahora si un estudiante viene de la provincia de Hubei, y no tuvo un puntaje aceptable, debe correr con la suerte de que no hay tantos aplicaciones de su provincia y quizá podrá acceder a uno de los 4 cupos que Beida tiene para esa carrera, para estudiantes de Hubei. Y si no es aceptado, debe tener un puntaje lo suficientemente alto al menos para poder ingresar a una de las universidades regionales. Si no, debe esperar un año para presentar de nuevo el examen.
China solo cuenta con 6.85 millones de cupos universitarios. Beida y Tsinghua por ejemplo, solo aceptaron 800 nuevos estudiantes (600 de Beijing y 200 de otras provincias) de los 80.000 y 195.000 aspirantes respectivamente, según el Shanghai Daily.
El “boom” de la economía china, ha hecho que el nivel académico sea mucho más competitivo. La oferta de empleo se ha vuelto un tema complicado y son muchos quienes compiten por un mismo puesto. En vacantes gubernamentales puede haber hasta 400 aspirantes por un solo puesto. Por supuesto, los que sobresalen son aquellos que han ido a una prestigiosa universidad. Y para esto, se necesita haber pasado de forma sobresaliente el gaokao.
Pero este mismo boom ha ayudado a crear cierta tranquilidad en algunas esferas sociales que han entendido que el gaokao no es la única opción. Cada vez más estudiantes chinos migran al exterior a estudiar pregrado o se inscriben a universidades privadas extranjeras que tienen sedes en las grandes ciudades. Y allí no dependen de los resultados del “gran examen”.
Copia “Made in China”
Este año la policía ha detenido alrededor de 15.000 jóvenes sospechosos de vender equipos que ayudarían a “hacer trampa” en el examen nacional. Audífonos de plástico, relojes, esferos modificados, gafas, cinturones de cuero y dispositivos de señales “Wireless” fueron reportados durante la jornada del en junio de 2012.
Los detenidos tendrán que pagar una elevada multa –las autoridades no revelaron el valor exacto – y permanecerán detenidos en una estación de policía durante dos semanas.
“Las autoridades implementarán un servicio de estaciones cerca de los lugares donde se realiza el examen, se fortalecerá el orden público y el flujo de tráfico en horas durante el examen”, aseguró el Ministro de Seguridad Pública en China, Zhou Yongkang, quien también mencionó que antes y durante del examen, se implementarían cordones de seguridad con el fin de evitar fraudes en la prueba.
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