Desde 2004 se comenzó a oír de su existencia. No se sabía quienes eran ni cuántos, pero sus acciones se veían, como una mano invisible que rápidamente armonizaba la red, reorientando discusiones y eliminando comentarios que atentaran contra la estabilidad social. Los rumores se hicieron más fuertes, pero siete años después un video finalmente lo confirma: el ‘ejército o el partido de los cinco maos’ existe.
Algunos decían que eran 300, 3.000 o quizá hasta un millón de cibernautas vigilantes, que escondidos detrás de sus computadores controlaban la Internet en China. Se sospechaba que eran nacionalistas y defendían los intereses partidistas, pero también que el factor dinero multiplicaba sus acciones. Cincuenta centavos de yuan (unos ocho centavos de dólar), coloquialmente llamados cinco maos, por cada denuncia o armonización. De allí su nombre.
En un afán por controlar la red china, diferentes oficinas gubernamentales de las provincias chinas comenzaron a crear grupos de personas conocedoras de las herramientas de Internet. Los primeros indicios aparecieron en el Departamento Público de Changsha, capital de Hunan, que contrató “comentaristas” a los foros en los que se hablaba negativamente de las autoridades. Para ellos, los gobiernos locales no podían depender del Departamento de Propaganda para el control de contenidos negativos.
La práctica se extendió a la provincia de Jiangsu y de ahí a otras provincias chinas e instituciones gubernamentales. Incluso, durante una reunión del Politburó en 2007, el presidente Hu Jintao afirmó que “la reconstrucción cultural de la red y su control juegan un papel fundamental en la influencia de Internet en la construcción socialista del país”. Para Hu, además de mejorar la calidad moral, científica y cultural de la nación, la red es ventajosa para la diseminación de la propaganda ideológica.
Precisamente, una de las principales acciones de los vigilantes es dar una respuesta positiva, enérgica y con argumentos sólidos a los comentarios amenazantes o que cuestionaran la validez de las acciones del gobierno. Y a pesar de que la educación en China responde directamente a los intereses ideológicos partidistas, la preparación comunista y coordinación ideológica de los vigilantes levantaron sospechas de un pensado entrenamiento. Para poder alterar el ritmo acusador de un comentario negativo, se necesita un grupo de personas educadas bajo una misma batuta.
Las autoridades niegan la existencia de un ejército como tal, comandado por un ente gubernamental, ya sea a nivel provincial o nacional. Pero un video publicado recientemente demuestra que sí existe este tipo de formación digital y que la organización del ejército de los cinco mao tienen una base de largo alcance.
El video, que corresponde a un informe interno de un entrenamiento realizado el pasado 8 de septiembre, fue filtrado en la red y rápidamente se difundió entre los cibernautas chinos. En él, una voz expresa claramente que debido a la situación compleja de la red, los voceros y comentadores de Internet deben reforzar su sentido de responsabilidad y su misión, para hacer publicidad a las decisiones importantes del Comité de Partido y del Gobierno. Internet es hoy, según el narrador del video, “un campo de batalla importante para la ideología”.
Baño de billetes de cinco mao
El célebre bloguero chino Han Han, cuya fama virtual de alguna manera lo ha blindado contra las acciones represivas del gobiernos, considera que los miembros del ejército de los cinco mao son “fáciles de reconocer, porque son personas que han vendido barato sus almas, no tienen bases emocionales ya que a sus palabras, incluso en el clímax, les falta drama”. Según él, sin embargo, el ejército es un gran error. Hoy cualquiera que públicamente escriba algo a favor del gobierno es automáticamente miembro del ejército: “abrir la boca, que claramente no cuesta nada, los convierte en miembros del ejército. Esto afectará enormemente su entusiasmo por el Partido”. La opinión de Han Han, representante de la generación nacida en los años ochenta, pionera de Internet en China, refleja la percepción general de los cibernautas.
Además, a los internautas les preocupa los costos de mantener el ejército de censores. Durante una charla en la Universidad Renmin de Pekín un oficial del Departamento de Propaganda de la provincia de Yunnan fue recibido con un baño de billetes de cinco mao. Tras el incidente, un usuario del sitio web Netease escribió en un foro en línea: “parece que las tácticas del Partido de los cinco mao han evolucionado. Ya son tres o cinco personas que postean a la vez, generando un eco de respuestas que aprueban el primer comentario y dejando un breve espacio para alguno que grita. Parece que el maestro [el Gobierno o el Partido Comunista] tendrá que seguir echando mano de sus ahorros”.
La era de la propaganda 2.0 es una realidad en China. Y esta nueva era, por supuesto, viene con sus costos. Publicado en
[Fotografía: Cortesía de Marc Oh]