Más medidas contra la polución

In by Andrea Pira

La polución en China es conocida a nivel mundial. Mientras al gobierno le llueven críticas por este factor, también lleva tiempo buscando soluciones que impulsen un cambio real. Uno de los mayores problemas es la dependencia al carbón: se estima que casi el 70% de la energía a nivel nacional proviene de allí. Ahora, cuando el uso de energías alternativas es prioritario y posible, China busca reducir el consumo de este combustible.

El gobierno chino anunció a finales de la semana pasada la creación de un nuevo plan tendiente a la restricción de nuevas construcciones de plantas de generación térmica en la zona nororiental del país. El gobierno busca reducir en un 5% el consumo total de carbón para el 2017, y las nuevas restricciones hacen parte de este plan que pretende frenar la contaminación del aire.

Las regiones Beijing-Tianjin-Hebei y el delta del río Yangtze son las primeras en afrontar la nueva regulación, y las plantas de generación térmica existentes en estas zonas también serán renovadas.

El plan -publicado en la página web del gobierno- describe la situación del aire en China como “complicada” y asegura que el aire ha “dañado la salud de las personas y afectado la armonía y estabilidad social”. La contaminación del aire es una de las mayores causas de muerte del país, y se estima que al año cobra 1 millón de víctimas. Además, los ciudadanos que viven en el norte del país, tienen una media de vida cinco años inferior a los que viven en el sur, según indica una investigación realizada por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

El año pasado el consumo de energías no fósiles -como la eólica o solar- constituyó el 9.1% del consumo total de energía. Para el 2015 el gobierno estima que aumentará hasta el 11.4% y para el 2017 hasta 13%. Otra forma generación de energía que ha cobrado fuerza en China es la proveniente de las plantas nucleares, pues a la fecha los planes del gobierno apuntan hacia la construcción de 31 nuevas plantas, con lo cual se estima que para el 2020 la energía nuclear alcance el 5% del consumo nacional –actualmente se calcula en 1.2%.

Sin embargo, también se estima que el consumo total de energía se duplicará para el 2020, lo cual genera incertidumbre en la efectividad de los planes actuales. China es el principal emisor de CO2 del planeta, casi duplicando a Estados Unidos -segundo en esta lista-, según informa la Comisión Europea para el Medio Ambiente.

Por esto, la posibilidad de importar gas natural desde la región del Asia Central, también se ha convertido en prioridad. El reciente viaje de Xi Jinping por esta zona da cuenta de esto: con Turkmenistán se firmó un tratado comercial destinado a la importación hacia China de 25,000 metros cúbicos de gas natural, que para el 2020 se estima en 65,000. Estos dos países abrieron en 2009 el gasoducto más largo del mundo, con más de 8,000 metros de longitud.

Con estos planes China busca generar un impacto positivo en su medio ambiente. Sin embargo también desea continuar con su expansión económica, tarea difícil teniendo en cuenta que la una y la otra van de la mano. Si bien el gobierno ha anunciado nuevas medidas para frenar la polución que viven los mayores centros económicos y de productividad del país, el daño ya está hecho, y hay que esperar que los planes den un paso adelante y asuman un espacio en la realidad.

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