Los préstamos chinos en América Latina

In by Simone

Puede que los bancos chinos no sean muy conocidos a nivel global pese a figurar ya entre los mayores por capitalización bursátil, pero hay dos que se han convertido en favoritos de buena parte de los gobiernos en América Latina. En los últimos seis años China ha prestado unos US $75.000 millones a América Latina y el Caribe, según la investigación "The New Banks in Town: Chinese Finance in Latin America" de Kevin Gallagher, Amos Irwin y Katherine Koleski de la Universidad de Tufts. Sólo en 2010 el Eximbank y el China Development Bank (CDB), los dos bancos de desarrollo chinos, otorgaron créditos por US $37.000 millones en la región, superando al Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el gobierno de Estados Unidos juntos. 
Les presentamos la investigación académica más completa hasta la fecha sobre la financiación china en América Latina.
Cuatro países -Argentina, Brasil, Ecuador y Venezuela- concentran más del 91% del total de créditos, aunque once gobiernos diferentes acudieron a la financiación de Pekín. Sólo el gobierno de Hugo Chávez habría recibido unos US $38.500 millones en créditos de Pekín, en su gran mayoría pagados con petróleo. Solamente Colombia y Uruguay no pidieron ninguno, si se excluyen los siete países latinoamericanos que no mantienen relaciones diplomáticas con Pekín. 

Los montos y proyectos financiados en yuanes varían enormemente. Argentina pidió uno de los mayores préstamos, de US $10.000 millones, para un ambicioso proyecto de construcción de ferrocarriles y metros, mientras que Bolivia obtuvo uno por US $251 millones para lanzar su satélite Túpac Katari I y Jamaica uno de US $45 millones para construir un centro de convenciones. 

La tendencia es similar en África, donde el sólo Eximbank chino ha otorgado casi un 20% más en créditos que el Banco Mundial durante los últimos diez años.

China se ha convertido en el prestamista preferido del mundo emergente porque sus bancos ofrecen financiación que es aprobada con rapidez y, a diferencia de los créditos de organismos internacionales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, que no están amarrados a exigencias en temas como transparencia e inversión social. A cambio, Pekín se convierte en socio preferencial en la explotación de recursos naturales y la compra de materias primas, razones por la que el sistema ha sido bautizado como la “diplomacia del dólar”.

El estudio del equipo de Tufts es el más completo sobre la financiación china en América Latina hecho hasta ahora, ya ha contribuido a derrumbar algunas de esas ideas erróneas sobre estos créditos. Por ejemplo, concluyeron que las tasas de interés sobre los préstamos son similares -e incluso mayores- que las del Banco Mundial o el FMI. Negociar un crédito con un organismo internacional o un banco de desarrollo occidental puede tomar años, mientras que Pekín los aprueba en meses o incluso semanas. 



"A pesar de las preocupaciones que existen sobre una competencia entre los bancos chinos y sus contrapartes occidentales, los créditos chinos constituyen un complemento -en vez de una competencia- debido a que prestan a tasas comerciales a diferentes países y sectores”, concluyen Gallagher, Irwin y Koleski. 



Para comenzar, los préstamos chinos se han concentrado sobre todo en sectores como energía, minería, infraestructura y transporte. Ninguno de éstos figura ampliamente en los préstamos en la región del Banco Mundial, que prefiere apoyar proyectos de salud, medio ambiente, educación y administración pública.

Para leer la investigación, haga clic aquí. Puede consultarla también en la página de la Universidad de Tufts.

[Foto cortesía de Little Koshka]


Lea nuestras historias sobre la banca china y América Latina:

América Latina encuentra en China a su banco de cabecera

China, el banquero preferido del mundo emergente