Los fabricantes chinos de autos se expanden en América Latina

In by Simone

Los grandes fabricantes de coches chinos han visto sus ventas dispararse en el último año en América Latina y se hicieron un nicho en tiempo récord. Ahora se preparan para construir varias fábricas en la región, en una apuesta por seguir posicionándose en uno de los mercados automotrices de mayor crecimiento en el mundo.
Inicialmente la estrategia de las compañías chinas era construir plantas de ensamblaje en México, para poder entrar sin aranceles al mercado estadounidense en virtud del NAFTA, pero la crisis financiera les obligó a reconsiderar sus planes. Ahora que las compañías chinas como Chery y JAC Motors quieren seguir los pasos de Hyundai o Kia y convertirse en marcas globales, han comprendido que el mercado automotriz en la región les puede ayudar a lograrlo.

“América Latina es la región con mejores resultados para Chery a nivel internacional, debido a que cuenta con una situación política estable, con menos barreras para el comercio y con un mercado de consumo maduro”, señaló recientemente el vicepresidente mundial de Chery, Du Weiqiang, a la agencia Xinhua. La meta de los fabricantes chinos ha sido cautivar a una clase media en rápida expansión, para quien el costo es un criterio fundamental a la hora de comprar un auto, muchas veces por encima de su calidad o su diseño. Y Brasil, que ya se convirtió en el quinto mayor mercado automotriz del mundo, se ha establecido como su destino preferido.

Las marcas chinas llegaron hace relativamente poco a América Latina, pero se han hecho un nicho en tiempo récord. En Perú, donde las ventas de vehículos nuevos crecieron un 54% en 2010, los autos chinos cuentan ya con 12% del mercado y podrían alcanzar el 15% este año. Se estima que habría 96 fabricantes chinos en el país andino, que firmó un tratado de libre comercio con Pekín en 2009. En Chile, que también firmó un TLC con el gigante asiático, se han hecho con 7% del mercado. Además, han aumentado sus ventas en un 36% en Colombia y siguen ganando terreno en Bolivia, Paraguay y Uruguay.

En Brasil, el cuarto país en ventas a nivel mundial, los fabricantes chinos ya tienen el 3,3% de un mercado que tradicionalmente han dominado Volkswagen y Fiat, y siguen creciendo. El gobierno brasilero, preocupado porque un alza en las importaciones de carros asiáticos pudiese significar una pérdida de empleos a nivel local, anunció en septiembre un incremento en el Impuesto sobre Productos Industrializados, elevando en un 30% adicional el gravamen sobre coches que no sean producidos en un 65% en el Mercosur o en México. De este modo, el valor de los vehículos chinos aumentó hasta en un 28%.

La medida, que busca impulsar la producción local, fue inicialmente rechazada por los fabricantes chinos y sus socios locales, que la califican de proteccionista. Pero el mercado brasilero es tan atractivo para estas compañías que varias de ellas tienen previsto abrir plantas de ensamblaje en el país, una estrategia que les permitiría satisfacer la demanda local y además aprovechar los acuerdos comerciales firmados por Brasilia para vender sus autos en el resto de la región.

Chery, cuyas ventas internacionales han crecido un 80% en lo que va del año, está construyendo ya una fábrica a 100 kilómetros de Sao Paulo, donde espera producir 150.000 vehículos anuales. Las ventas del primer exportador chino de autos a Brasil, su principal cliente en el extranjero, crecieron en un 413% durante el primer semestre de 2011. La inversión en la planta ronda los 400 millones de dólares.

JAC Motors, que ha vendido 17.000 vehículos desde que entró al mercado brasilero en marzo, anunció este mes que seguiría adelante con sus planes de construir una planta en Bahía –su primera por fuera de China- en asociación con el Grupo SHC. La fábrica, momentáneamente congelada tras el anuncio de Brasilia de elevar los aranceles, espera producir 100.000 unidades anuales en 2014. Otros fabricantes como Lifan, Great Wall y Changan piensan seguirles los pasos.

Brasil no es el único país donde las compañías automotrices chinas buscan instalarse. Chery ya opera -en asociación con el grupo argentino Socma- una fábrica en Uruguay, donde produce sus modelos Tiggo y Face, y anunció la construcción de otra en Venezuela. Lifan también cuenta con una pequeña fábrica en Uruguay para su modelo 320,  muy similar al Mini Cooper. Asimismo, Zhengzhou Nissan Automobile (ZNA) firmó un acuerdo con la firma AM Reguera para comenzar a fabricar pick-ups en Paraguay y Foton planea abrir una planta de ensamblaje de vehículos comerciales ligeros en Colombia.

Pero los fabricantes chinos no sólo están interesados en las ventas. BYD, una marca que está ganando reconocimiento por su innovación, le está apostando fuertemente a impulsar en América Latina su tecnología ‘verde’. "Además de estar presentes en 15 países de la región, estamos poniendo a punto varios proyectos pilotos con autos y buses puramente eléctricos, y ya firmamos un acuerdo de cooperación en transporte público sostenible con el gobierno chileno", señaló a China Files el portavoz de BYD, Paul Lin.

Y aunque el anuncio de construir una planta de ensamblaje no necesariamente significa que ésta vaya a ver la luz, como ocurrió con la anticipada fábrica que Changan prometió abrir en México y luego desechó, queda claro que la industria automotriz china ve a América Latina como un lugar perfecto para crecer y consolidar sus marcas globalmente.

Publicado en La Nación (Argentina)