La llegada de los principitos del Partido a la vida pública

In by Simone

Los delfines llegan a la vida pública en China con la próxima transición del liderazgo político en el país. Llegarán al poder los hijos de los Padres de la Revolución mientras que comienzan a figurar en la opinión pública, primero desde las páginas sociales y ahora en la política, los nietos.
El Partido Comunista se ha resistido a la llegada de los medios modernos de comunicación, manteniendo una estricta reserva sobre sus propias dinámicas, elecciones y luchas en la víspera de la delicada transición de liderazgo que se llevará a cabo en 2012. Cambiarán el secretario del partido, el presidente, el primer ministro y varios miembros del actual Politburó, dando paso a una nueva generación de líderes chinos.

Con esta transición llegarán al poder los príncipes rojos, los hijos de los padres de la Revolución, ahora bastante experimentados y capaces de llevar las riendas de los negocios en China. Xi Jinping, quien será -salvo una sorpresa mayúscula- el próximo secretario del Partido Comunista y presidente, es el hijo de un héroe de la revolución que después caería en desgracia durante la Revolución Cultural. Será el primero del ‘taizidang’, el grupo de los delfines al interior del Partido Comunista, en alcanzar el escalón más alto.

También se alista para saltar al escenario nacional Bo Xilai, el hijo de un viejo revolucionario y probablemente uno de los nueve miembros del próximo Comité Central del Partido Comunista. Bo Xilai se ha distinguido por su "regreso al maoísmo" a través de la reeducación de los jóvenes con campañas y concursos de canto revolucionario.

Y luego, contra los pronósticos, están los nietos de los padres de la Revolución, llamados en China los principitos. Los hijos de los príncipes son a menudo personajes muy conocidos por la opinón pública, habituales de las páginas sociales, mimados y criados entre el lujo y la adrenalina de poder. Su vida pública ya no es un misterio y sus aventuras a menudo generan descontento entre los ciudadanos chinos, evidencia de un nerviosismo que se expresa sobre todo en Internet. La realidad es evidente: la mayoría de quienes gestionan los negocios más rentables del país son los hijos de las viejas glorias o de los actuales líderes de la política china.

También hay enlaces "rojos": el hijo de Bo Xilai parece estar vinculado sentimentalmente con Chen Xiaodan -o Sabrina Chen-, quien es la sobrina de Chen Yun, el “camarada” de Mao. Durante una reciente visita al Tíbet a los dos jóvenes fueron escoltados por la policía, generando polémica entre el público chino.

Bo Guagua, el hijo de Bo Xilai, ya había generado polémicas en la red tras haber sido visto en un Ferrari delante de la embajada de Estados Unidos antes de una recepción y por su presencia constante en la vida nocturna de Beijing. Las discrepancias entre su comportamiento y los sermones maoístas de su padre han desconcertado a muchos chinos, a pesar de que el joven parece haber heredado el carisma paterno. Hace poco, ante las críticas sobre su presencia en una fiesta de alta sociedad, respondió con una frase de Mao: “se debe siempre tener un lado serio y un lado divertido”. 


Hace unos meses, en algunos de los cables revelados por Wikileaks se esbozaba un perfil de los dos grandes grupos dentro del Partido Comunista de China. Por un lado están los príncipes, encabezados por Xi Jinping, un ahijado de Jiang Zemin y considerado políticamente cercano al tren de Shanghai. Y por el otro los tenderos, nombre irónico para los políticos de carrera y no por herencia, entre quienes figuran el actual presidente Hu Jintao y el probable próximo primer ministro Li Keqiang.

En vista de los próximos cambios políticos fueron los principitos los que decidieron sumarse al escenario, dando un golpe político y no sólo social. El pasado 6 de octubre, fecha del aniversario de la captura de la Banda de los Cuatro (1976), muchos de los jóvenes principitos se reunieron en Beijing para lanzar varios mensajes políticos juntos.

De acuerdo con las crónicas fragmentarias de la reunión, parecieron haber proyectado una imagen de solidaridad económica y moral, de actividades de negocios en conjunto y de una supuesta unidad política. Ma Xiaoli, la hija de un ex jefe de la cúpula del partido, parece haber sido la protagonista principal. “El Partido Comunista es como un médico con cáncer”, afirmó. “No puede quitárselo solo, sino que necesita a los demás”. Es decir, del partido de los principitos: rico, políticamente noble y con ganas de conducir los designios de China.