Nueva directiva del presidente chino Xi Jinping: detener los rumores en línea. China estaría a punto de lanzar una ofensiva contra los llamados “ejércitos de agua” -grupos de internautas contratados para difundir rumores a través de internet, y que causan molestia en Beijing. Estos “rumores” son identificados por el gobierno como toda la información que se difunde en internet, especialmente a través de la red social Weibo -el Twitter chino.
Xi lanzó un llamado a las armas en contra de lo que denominó la “red rebelde”. La máquina de propaganda del Partido se prepara para organizar “un ejército fuerte” con el fin de “ingresar en la zona de los nuevos medios de comunicación”, dice la editorial del South China Morning Post.
La discusión se ha tornado más álgida desde que el hombre de negocios chino-estadounidense Charles Biqun Xue fue detenido el pasado 23 de agosto por cargos de prostitución -solicitó prostitutas a través de la red. Lo cierto es que Xue Manzi -pseudónimo del empresario en la red- es una verdadera estrella, con 12 millones de seguidores en Sina Weibo. Xue Manzi puede definirse como un “censor de la moral pública, un gurú de esta esfera social sin control”, según la editorial del Global Times.
La campaña del Partido tiene como objetivo principal limitar precisamente la influencia que las celebridades en línea tienen en millones de seguidores.
El discurso de Xi se remonta al 19 de agosto, fecha anterior al arresto de Xue Manzi. Sin embargo, solo ahora el líder decidió diferenciar estas declaraciones de las anteriores, en donde muestra un tono algo más amable. “El texto de su discurso, que se extendió a las reuniones internas del Partido, es mucho más fuerte”, indicó una fuente anónima al South China Morning Post.
“Xi afirmó que el Partido Comunista debe ser combativo, y debe desatar una guerra para ganarse a la opinión pública. También ordenó al aparato de propaganda formar un ejército fuerte en internet para atravesar las barreras de los nuevos medios”, continúa la fuente anónima.
El 20 de agosto la policía de Beijing arrestó a Qin Zhihui y Yang Xiuyu, fundadores de un grupo de “negras relaciones públicas”. El Beijing Erma Interactive Marketing and Planning Company, fundado por Qin y Yang, es una de las compañías conocidas como “ejércitos de agua”. En China existen más de 15,000 grupos como este -según informa el portal de internet Danwei– y su actividad principal consiste en eliminar comentarios negativos dirigidos hacia sus clientes, además de la creación de escándalos y malos rumores en contra de la competencia.
En 2010 el Beijing Erma encabezó una de las mayores cadenas de rumores en contra de una empresa. Su objetivo fue la Cruz Roja en China y las consecuencias aún se sienten en la institución: las donaciones a la entidad han colapsado, y el daño a su reputación es difícilmente reparable.
En aquella ocasión, Gou Meimei, presunta funcionaria de la Cruz Roja en China, publicó fotografías suyas y de su lujoso estilo de vida en internet. Las reacciones en la red no se hicieron esperar, y si bien la Cruz Roja en China emitió un comunicado indicando que Guo no tenía conexiones con la entidad, el daño ya estaba hecho. Otros rumores empezaron a surgir, al punto que se indicaba que Guo Meimei era la amante de Guo Changjiang, presidente de la institución.
Qin y Yang aceptaron su responsabilidad en la propagación de los rumores e indicaron que, en la estrategia comercial, “es necesario que los internautas se sientan como jueces de una sociedad injusta. Solo atacando al sistema pueden los ciudadanos desahogar su resentimiento de la realidad, y destruir reputaciones públicas que tardaron una vida en ser construidas, tras el paso de una sola noche”.
“Los rumores eran en realidad una conspiración planeada por los ejércitos de agua y la comercialización en internet, bajo responsabilidad específica de Beijing Erma”, informó en su momento el diario Beijing Times.
El arresto en primera instancia de Qin y Yang, además del arresto de Xue, argumentan el discurso de Xi, en donde la represión es justificable en la medida en que la creación de rumores -que pueden destruir reputaciones- y el seguimiento de modelos “inmorales” que ejercen poder sobre la sociedad, debe ser controlado.
En su discurso del 19 de agosto Xi ordenó a los funcionarios del gobierno “unir a todos los intelectuales”. Ese comentario ha sido reinterpretado como una manera de realinear lineamientos partidistas. La orden del presidente es en realidad un renacimiento de la línea maoísta “que separa a los intelectuales de la opinión pública”, dijo un periodista de la cadena CCTV -la cadena de televisión estatal- al South China Morning Post.
Según otra fuente, Xi también pidió un boicot de los medios “que difunden los valores occidentales”, pues, que sea claro para todos, “no hay valores llamados universales”.
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