Jasminum Republicanum

In by Simone

La Jasmine Revolution ha dominado la agenda de todos los periodistas pendientes del acontecer chino. En los pasados días, la emisión internacional de CNN informó sobre la revolución de los jazmines, con unas cuantas entrevistas a oficiales y maestros en Beijing, quienes desacreditaron los conatos de protesta y dijeron que la revolución nunca prosperará, pues el sistema está diseñado para no colapsar y que los chinos viven felices con él.

Pero si los chinos viven felices bajo el control del politburó, hay al menos dos personas en el mundo a quienes, aparentemente, no los seduce el modelo chino: El magnate y futuro precandidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos Donald Trump, y el noveno Embajador de Washington en Beijing, y también republicano Jon Huntsman hijo.

El pasado 9 de febrero Piers Morgan, estrenando su talk show en reemplazo de Larry King, le abrió un capítulo a Trump, en lo que pareció más que una entrevista, una declaración de guerra, como aquella proclamada por Colin Firth en el papel del Rey Jorge VI en El Discurso del Rey. Sin embargo, esta vez la guerra que declaró Trump no fue precisamente contra Obama y "su flojo gobierno demócrata", como lo habría señalado hace algunos meses: la declaración de guerra fue contra los chinos. Y para que no me crean exagerado, vale decir que Trump utilizó la palabra “China” 16 veces en un programa de 60 minutos. 

Mientras Morgan trataba de ser encantador para la audiencia, Trump se ensañó contra China desde la primera pregunta, afirmando que los chinos se están jodiendo a Estados Unidos, le están quitando el empleo y mientras tanto, ellos los ayudan a reconstruirse y a salir adelante. Ante la pregunta de Morgan de qué hacer entonces con los chinos, Trump no dudó un segundo: lo primero que haría como Presidente de los Estados Unidos, sería anunciar aranceles de 25% para los productos chinos, y que eso haría que los chinos se arrodillaran a su mesa al siguiente segundo y dejarían así de manipular la moneda, que hoy por hoy los tiene en jaque.

Pero si lo anterior no pareció lo suficientemente fuerte como para impresionar a Hu Jintao y a Wen Jiabao, Trump fue más lejos cuando dijo: “los veo como el enemigo…de hecho ellos lo saben, saben que son el enemigo. Ellos son el enemigo. Ellos dicen que son el enemigo” y ante la sorpresa, Morgan le pidió a Trump que explicara si son un enemigo comercial, o si por el contrario son como Al Qaeda, a lo que Trump respondió sin contundencia “Bueno…es muy malo”, a lo que Morgan intentó bajar el tono diciendo que, bueno, los chinos sólo están compitiendo. Pero esto a Trump esto no le pareció y se fue más allá diciendo que los chinos no compiten, sino que mienten y que así no se puede competir.

Y en medio del manifiesto de guerra, Trump se quejó: Dejó claro que todo su imperio lo ha construido, entre otras con vidrio chino que ya no quiere comprar más, se quejó de haberle vendido un apartamento de 33 millones de dólares a una pareja china, se quejó de que los chinos hubiesen mentido en los Juegos Olímpicos poniendo competidores menores de edad y a una cantante que en verdad no cantó el himno, sino que una grabadora lo hizo por ella al mejor estilo de Milli Vanilli, lo cual, a propósito les evitó una metida de pata como la de Christina Aguilera en el Super Bowl.

Pero la preocupación de Trump no se quedó en la cantante falsa de los Olímpicos: dijo que los chinos están dispuestos a acabar con la economía estadounidense, se están armando militarmente, están comenzando a construir aviones con ventas proyectadas de 40 billones de dólares, lo que destruiría a Boeing. Pero a Trump se le olvidó decir que lo que va a destruir a Boeing son sus constantes atrasos en la fabricación, como el que tiene a punto de echar a pique una orden de 15 aviones 787 que China Eastern compró dentro de un paquete de 57 aviones de este tipo que Boeing le vendió a diferentes aerolíneas chinas.

Y si usted se pregunta cómo va a llevar a cabo Trump su guerra contra China, la respuesta de Trump es sencilla: Va a remover a los diplomáticos (quizá también a su copartidario que representa actualmente los intereses de Estados Unidos en China) y los va a cambiar por los “tiburones” de Wall Street. Y a Hu Jintao lo va a mandar a comer…McDonald´s. Así lo afirmó Trump cuando criticó a Obama por haber recibido a Jintao como un huésped de primera: “El Presidente de China viene y le damos comida de cinco estrellas en la Casa Blanca…Yo le habría dicho que viniera a mi oficina, habláramos y si no logramos un acuerdo, lo mandamos a comer a McDonald´s y de regreso a China”.

Y el problema de mandar a Hu Jintao a comer a McDonald´s es que si le queda gustando, quizá se encuentre a la entrada del restaurante de comida rápida de Wangfujing, en Beijing con el Embajador Huntsman que fue pillado en medio de unas manifestaciones de Jazmín contra el gobierno chino, luciendo una chaqueta con una gran bandera americana. Pero Huntsman es sólo un republicano, uno más como Trump. 

Vea acá el video de Huntsman en Wangfujing, hecha por la nueva versión del grupo anticnn. 

También en el blog Las Cinco de China de Sergio Held.