Los faroles son artesanías populares tradicionales en Asia. En la antigüedad, el farol chino servía principalmente para iluminar, pero con el pasar de los años se convirtió en un símbolo sinónimo de celebraciones.
Aunque en la modernidad ya no se usa para iluminar, sigue jugando un papel determinante en la cultura china, pues representa las risueñas esperanzas de un pueblo. Generalmente se utilizan en fiestas tradicionales -como la Fiesta de la Primavera, la Fiesta de los Faroles y Fiesta de la Luna- pero también en la celebración de bodas.
Cuando se aproxima la Fiesta de la Primavera o Fiesta de los Faroles, generalmente se cuelgan estos artefactos que simbolizan la reunión familiar. Durante la Noche vieja es singularmente importante la iluminación con faroles, y en la Fiesta de los Faroles se acostumbra que cada familia confeccione sus propios faroles.
Sea como sea, los faroles chinos hacen parte de esas antiguas tradiciones.
Origen
Cuenta la leyenda que hace muchos años, en un día como cualquier otro, un pájaro mágico cayó a la tierra. Un cazador, al ver que sobre él descendía un ave de tamaño sin igual, se armó de valor, cogió una piedra y la lanzó a la cabeza del ave. Resulta que durante años cientos de animales habían atacado a los pobladores del lugar, y, cansados de tanto perder, se habían organizado para defenderse.
Pero el pájaro que en aquella ocasión descendió del cielo resultó ser nada más y nada menos que el pájaro mágico del Emperador de Jade, una de las tres divinidades del Taoísmo. Al enterarse, el Emperador se enfadó de sobremanera y envió edictos a la Tierra destinados a causar fuegos inmensos con el fin de incendiar no sólo todo el lugar, sino también a la gente que allí residía.
Según la leyenda, esto ocurrió el quince de enero, en su momento el primer día del año nuevo chino según el calendario lunar.
Sin embargo, la hija del Emperador de Jade quien tenía buen corazón, no quería que la gente inocente sufriera. Por eso, descendió a la Tierra e informó a sus pobladores de los planes de su padre. Tras el susto inicial, un anciano declaró: “los días catorce, quince, y dieciséis de enero, cada familia decorará su casa con faroles rojos y encenderá fuegos artificiales para que el Emperador de Jade piense que ya estamos quemados”.
Así lo hicieron, y cuando el Emperador de Jade miró desde el cielo lo que debía ser la tierra incendiada, pues así parecía, durante tres días disfrutó de su cometido.
Y desde entonces, para conmemorar la salvación de la humanidad, cada año, todas las familias chinas cuelgan faroles rojos y encienden fuegos artificiales, una tradición que recuerda a la familia y la importancia de estar unidos.
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