Entre rumores de choques políticos y de salud, Xi Jinping reaparece

In by Simone

¿Dónde está Xi Jinping?” fue la pregunta que más se repitió en estos últimas dos semanas en China. Ante el silencio oficial, los rumores fueron la comidilla diaria entre la prensa internacional y los cibernautas chino capaces de saltarse la censura y hablar del tema. A un mes de iniciar la transición de poder político en el XVIII Congreso del Partido Comunista el próximo octubre, el Gobierno Chino parece querer contener cualquier tipo de información de sus miembros.
Esa estrategia pudo haber funcionado en el pasado, pero ya no es ni fiable y ni eficaz en una sociedad china más madura, más desarrollada económicamente y verdaderamente influenciada por Internet. Por el contrario, el secretismo del régimen amenaza ahora la legitimidad y estabilidad de los últimos meses de gobierno del presidente Hu Jintao y los primeros de su sucesor, Xi Jinping.

Pero el sábado 15, después de casi 14 días de ausencia inexplicada, Xi Jinping, 59 años, apareció en la Universidad de agricultura de Beijing. Sonriente y apacible el líder chino resurgió en la esfera pública para disipar dudas. La última vez que Xi había sido visto en público había sido el 1 de septiembre, cuando ofreció un discurso durante la apertura del semestre otoñal de la Escuela del Partido Comunista.

Después de esa fecha, Xi canceló sus reuniones de alto nivel con la Secretaria de estado Hillary Clinton, el Primer Ministro de Singapur Lee Hsien Loong y la primera ministra danesa Helle Thorning-Schmidt. La excusa entregada a los diplomáticos extranjeros –y que se filtró a la prensa- fue una dolencia de espalda que lo forzaba a permanecer en reposo absoluto.

Al no tener una declaración pública y en medio de un ambiente tenso ante los futuros cambios políticos, las conjeturas salieron a la luz. Fueron desde un atentado a manos de un solidario de la causa Bo Xilai, una intervención quirúrgica para curar un cáncer de hígado y hasta un infarto. Incluso, en las calles pekinesas los rumores tomaron tonos humorísticos hablando de una extrema dieta o liftings faciales que le darían una apariencia más joven.

Durante las dos semanas, fuentes anónimas y personas cercanas a la familia desmintieron las más graves, dándole peso a la versión de la espalda. También dijeron que se encontraba confinado en un retiro laboral, preparando todos los detalles del próximo Congreso este octubre.

Si bien el Gobierno chino ha demostrado en repetidas ocasiones que prefiere mantener la vida de sus líderes al margen de la opinión pública, el silencio tuvo efectos aún más graves sobre esa “estabilidad” que los líderes chinos quisieron proteger. “Pudo haber funcionado en el pasado, pero un enfoque así hoy en día está fuera de sintonía con el desarrollo de la sociedad china y la importancia de la nación a nivel global, especialmente en este punto crucial en el que el Comité Permanente del Politburó va a someterse a una renovación total”, opinó el historiador, experto en China, Jonathan Fenby en una columna para el Financial Times.

Hace un año se rumoraba que el ex Presidente Jiang Zemin había fallecido. Xinhua, agencia oficial china, desmintió rápidamente el rumor sin importar que fuera un líder retirado. En el caso de Xi, a pesar de ser un político activo y posiblemente el futuro presidente del país, diversas fuentes dijeron a China Files que los medios chinos tenían prohibido escribir sobre Xi Jinping hasta nueva orden. Después de que Xinhua publicó la foto de Xi en la Universidad, los otros medios comenzaron a replicar esa misma noticia.

Y no sólo los medios de comunicación. “Xi Jinping”, “dolor de espalda”, “accidente automovilístico” o “príncipe heredero” se convirtieron en palabras sensibles en el microblog Weibo, siendo inmediatamente censuradas para cumplir con “las respectivas leyes, regulaciones y políticas”. Sucede que China está ante un nuevo dilema que no tuvo que enfrentar en las pasadas transiciones: Internet. Las redes sociales y los portales de blogs y microblogs son ampliamente usados por los 450 millones de Internautas. Y cada vez son más ingeniosos en las formas de evitar los censores.

"Las especulaciones son reveladoras tanto del pulso interno existente para definir el rumbo del país como de lo obsoleto de los mecanismos de gestión de la comunicación por parte de las autoridades” afirmó a La Nación Xulio Ríos, Director del Observatorio de Política China.

Esta sería la primera transición en la que el líder no ha sido escogido con años de anticipación y por esto, las pujas de poder que se definen en dos lados: quienes quieren un país abierto a ciertas reformas políticas y sociales, y quienes quieren reforzar el control para concentrarse en el crecimiento económico. Esto según Ríos se hace más evidente ante una sociedad china que es más madura y que puede tener una opinión propia.

No debiéramos descartar que tanta intoxicación –como las tensiones por las Diaoyu y otras islas- respondieran a una estrategia de distracción para alejarnos del tema central: qué rumbo adoptará China en los próximos años en el orden económico, político, seguridad, relaciones exteriores” afirmó Ríos. En efecto, la reaparición de Xi Jinping ocurre en un momento de alta tensión en el Mar chino meridional y unas protestas masivas ante la Embajada de Japón, los consulados y los negocios japoneses en China.

Si resultan ciertos los rumores de una enfermedad grave, el Partido seguramente tomará cartas en el asunto. Para ser presidente de China se debe estar bien de la salud por los próximos diez años, especialmente en un ambiente de fuertes balances de poder y después de un año tan movido políticamente.

Sin embargo en un año inhabitualmente movido políticamente en China, en donde no hay declaraciones oficiales sino una trama de historias sin confirmar, una ausencia de este tipo es motivo de sospecha. Primero fue el escándalo sin precedente de Bo Xilai, su destitución y expulsión del Partido, y la condena de muerte con suspensión a dos años de su esposa por el asesinato de un británico. Luego, la evidencia de una lucha de poder interna de facciones entre los reformistas –encabezados por Hu- y los conservadores, de la escuela de Shanghai, liderados por Jiang Zemin y Xi.

El primer ataque fueron los golpes bajos a Zhou Yongkang, de 72 años, padrino de Bo Xilai dentro del Partido y quien fue retirado de muchas de sus responsabilidades. Luego, el turno fue para Ling Jihua, aliado clave de Hu Jintao y quien se pensaba ocuparía un puesto dentro del Politburó. En su caso, se dice que la razón de su remoción fue la muerte de su hijo en un Ferrari -que chocó por extrema velocidad y un posible juego sexual minutos antes del accidente- y que se volvió tema viral en China por los excesos de los niños ricos. Pero en términos prácticos, los analistas dicen que fue la excusa más inmediata para atacar las conexiones de Hu.

Y la puja se refuerza aún más con los rumores de que la reunión veraniega de los líderes comunistas en Beidahe fue particularmente tensa. Se cree que, debido a la falta de conciliación, posiblemente se reduzcan a siete, en lugar de nueve, los escaños del Comité Permanente del Politburó para balancear los poderes y sólo subir de puesto aquellos en los que todas las partes están de acuerdo. Y aún no se sabe la fecha del XVIII Congreso del Partido, cuando para esta época tradicionalmente todo ya era público. Xi no podía desaparecer en este momento sin crear un huracán de chismes frente a su paradero.

Mientras se hacen públicas las fechas del Congreso y los futuros cambios, los analistas apuntan a que aún no se han logrado tomar las decisiones claves dentro del Partido precisamente porque se tienen visiones diferentes del futuro de China.

"La posición política de Xi Jinping no es del todo clara. Solía ser visto como un aliado político de Bo Xilai, pero los eventos recientes sugieren que se alió con otros altos líderes para atacar a Bo, o bien que los sucesos estuvieron fuera de su control” afirmó a China Files Mingqi Li, uno de los nuevos líderes de la nueva izquierda china, facción que reclama los derechos sociales y se opone al capitalismo rampante y prácticas neoliberales en China.

"Xi y Li Keqiang parecieran tener poco control sobre cómo se darán los eventos políticos y económicos que se desarrollarán en China en los próximos años”, añadió, confirmando que las decisiones aún están en manos de quienes hoy están en el poder y con gran peso de ex mandatarios, como es el caso de Jiang Zemin.

Independiente de quien toma la decisión en términos personales, es claro que las facciones están tomando decisiones como grupo, esperando entender la mejor forma de influir en el curso de las acciones nacionales. El silencio muestra que el Partido lucha por el consenso, para fortalecer su imagen de unidad en los altos mandos.

La última palabra está en los actuales líderes, y en cómo ponen sus fichas de la mejor forma. Y Xi y Li en esos casos, funcionan también como fichas en ese tablero. La decisión de decir donde estaban cuando desaparecen no está ni siquiera en sus manos sino precisamente, en el colectivo comunista.

Artículo publicado en portada de La Nación.

Lea más historias sobre política china:

La corrupción, un flagelo histórico que alimenta la inestabilidad social en China
 
En sólo un día, se cerró el caso que sacudió a la política china

Auge y caída de una familia de sangre roja

Bo Xilai removido del Politburó, su esposa Gu Kailai sospechosa de homicidio

El asunto Bo y algunas reflexiones en torno al modelo chino

El Partido Comunista chino se define entre el ala reformista y el ala conservadora

La misteriosa muerte de un británico alimenta la saga política en China

Las intrahistorias de la purga de Bo Xilai La caída de Bo Xilai y la carrera hacia el próximo gobierno