En los límites del imperio: Estrechar el estrecho

In by Andrea Pira

Hace apenas un par de semanas, los principales diarios del mundo dedicaban una buena parte de su sección de noticias internacionales a dar cuenta de la histórica reunión entre Wang Yu-chi y Zhang Zhijun, respectivos dirigentes de las agencias gubernamentales que se ocupan de los asuntos del Estrecho en Taiwán (Consejo para los Asuntos de China Continental) y en China (Oficina de Asuntos de Taiwán).

Algunos rotativos hablaban incluso de “firma de acuerdos por primera vez en 65 años”, cometiendo un error flagrante, pues tales acuerdos entre ambas partes vienen llevándose a cabo desde el acceso de Ma Ying-jeou a la presidencia de la República de China en 2008, y eso sin contar el famoso Consenso de 1992, siendo presidentes Lee Teng-hui y Jiang Zeming.

Pero aparte de estas puntualizaciones, la reunión en sí tiene una importancia simbólica capital, pues es ciertamente la primera reunión entre funcionarios de alto nivel, pues anteriormente, todas las reuniones o acuerdos entre ambas partes han sido llevadas a cabo principalmente por fundaciones de carácter civil (la SEF en Taiwán, y la ARATS en China), o bien por presidentes chinos en calidad de secretarios generales del PCCh y dirigentes del Kuomintang, tales como el exvicepresidente Vincent Siew o el actual presidente de honor del partido, Lien Chan (que precisamente se encuentra estos días de visita por Pekín).

La reunión entre Wang Yu-chi y Zhang Zhijun, que se llevó a cabo principalmente en Nankín, supone la culminación de 5 años de intensas negociaciones entre ambos lados del Estrecho que han llevado a la firma de 19 acuerdos, siendo el principal de ellos el conocido como Acuerdo Marco de Cooperación Económica (el famoso ECFA, en sus siglas en inglés) y que tanta polémica sigue generando en Taiwán, pues muchos son los que dudan de sus beneficios para Taiwán, aunque los escépticos están mayoritariamente en la oposición al Kuomintang. Estos acuerdos, de naturaleza económico-comercial en su mayor parte, han traido cambios sustanciales al paisaje mismo de la isla. Hace 6 años era realmente difícil escuchar en las calles de Taipei el fuerte acento del mandarín continental, y ahora, con la afluencia masiva de turistas, lo raro es no encontrarse todos los días con un chino en el metro, el autobús, el centro comercial o los restaurantes.

También, fruto de este nuevo estado de relaciones, es la posibilidad de adquirir y operar en renminbí en la mayoría de los bancos taiwaneses, incluyendo a la empresa pública de correos Chunghwa Post, que comenzó sus operaciones en moneda china el pasado miércoles 19 de febrero. Los lugares turísticos de interés son ya territorio chino, mientras que el tradicional turista japonés, coreano, hongkonés o australiano realiza ya otro tipo de turismo más relacionado con el deporte o las actividades culturales.

Esta nueva situación, que se ha desarrollado de manera tan veloz, es la que podría saltar por los aires en caso de un vuelco electoral en las elecciones presidenciales de principios de 2016. Sobre todo, en caso de que estas fuesen ganadas por el sector más duro del PDP, el que representan el actual presidente del partido, Su Tseng-chang, o la exvicepresidente y candidata a la alcaldía de Taipei, Anette Lu. Este año 2014 será clave para conocer esas expectativas, pues no sólo se dirimen elecciones locales en la mayoría de la isla, sino que el PDP elegirá nueva dirección, y de momento, sólo tenemos un candidato: el exprimer ministro Frank Hsieh, que lo fue durante la presidencia de Chen Shui-bian (hoy en la cárcel por corrupción). Hsieh es el líder del PDP más cercano a China Continental, habiendo realizado dos viajes al continente durante el año pasado, y siendo el autor de una de las propuestas más polémicas de todo el debate del Estrecho: un país, dos constituciones. Dos son los problemas con los que podría chocar la nueva situación del Estrecho.

El primero es el ya citado de una posible victoria del PDP en las elecciones presidenciales liderado por el núcleo duro. El segundo, directamente relacionado, es la posibilidad de que la economía taiwanesa no remonte este año ni el siguiente, dejando al Kuomintang al pie de los caballos y sin posibilidades reales de ganar la presidencia e incluso de perder la mayoría en el Yuan Legislativo. Pekín hace sus cálculos y no descarta esta posibilidad, es así que viene presionando desde hace un año con la idea de dar un paso más allá de las negociaciones meramente económico-comerciales hacia un nivel político, pues una vez creadas ciertas situaciones de hecho, será muy difícil revertirlas sin crear graves tensiones en el Estrecho o incluso en el tejido económico de la isla.

Así puede entenderse esta reunión entre Wang Yu-chi y Zhang Zhijun, o el hecho de que Pekín esté de acuerdo en realizar una reunión entre Xi Jinping y Ma Ying-jeou, aunque esta posibilidad haya sido poco aireada en la prensa continental y que también, la propuesta taiwanesa de que dicha reunión se lleve a cabo en la próxima cumbre de la APEC, haya sido tajantemente rechazada por Pekín.

Y mientras estos acontecimientos ocupan las portadas de los periódicos, EEUU sigue vigilando con lupa todo lo que ocurre en el Estrecho y surte periódicamente a Taiwán de cazas de combate, helicópteros apache o misiles tierra-aire. El propio Ma Ying-jeou viene diciendo que la situación de estabilidad en el Estrecho no implica que se deba bajar la guardia y de hecho, el ejército está sufriendo una auténtica renovación técnica desde que es presidente, no sólo con la compra de armas a EEUU, sino con el desarrollo de tecnologías propias o con el endurecimiento del entrenamiento de las tropas de tierra.

Al fin y al cabo, la provincia de Fujian está a 100 kilómetros de distancia, y lo que desde allí apunta no son fuegos artificiales de año nuevo, sino misiles balísticos preparados para cualquier “contingencia”. Se aprende mucho leyendo la historia de Roma, y una máxima latina dice que si quieres la paz, prepárate para la guerra.

Iker Izquierdo es un periodista español basado en Taipei. Acá puedes leer la presentación a su blog "En los límites del imperio".

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