El show de TV que todos los chinos ven en Año Nuevo

In by Andrea Pira

Dura más que una película de Bollywood y, según la cadena oficial CCTV, tiene 800 millones de espectadores, lo que lo convertiría en el programa de entretenimiento más visto del mundo. La ‘Gala del Festival de Primavera’ combina celebridades, baile, comedia y acrobacias. En esta ocasión, cerca de la medianoche, presentaron un video con imágenes del presidente Xi Jinping. ¿Propaganda ‘cool’ o solo cultura pop?

Cuatro horas. Son cuatro horas de un show en vivo y sin comerciales que parece interminable. Es un popurrí de comediantes, magos, cantantes, acróbatas, ópera china y artes marciales. En el 2013 incluyó a Celine Dion (quien, por cierto, cantó en mandarín) y el año pasado presentaron una pieza de ballet comunista. Lo tiene todo; al menos todo lo que los programadores de televisión creen que los chinos quieren ver durante la fiesta más importante del año.

Desde 1983, la extravagante Gala del Festival de Primavera, emitida por la cadena oficial CCTV en la víspera del Año Nuevo Chino, se convirtió en una especie de institución que hoy convoca a cerca de 800 millones de espectadores (100 millones de ellos, por Internet). 
Mientras muchos lo ven simplemente como propaganda ‘cool’ o una estrategia para que el gobierno comunista se mantenga relevante, otros lo toman como un reflejo de la diversidad del país.

Anoche, solo minutos antes de las 12 a.m., transmitieron imágenes del presidente Xi Jinping saludando a trabajadores, obreros, estudiantes, soldados y policías. Luego se presentó un coro de oficiales de las fuerzas armadas que cantaron con videos de demostraciones militares en el fondo.

Yan Yuan, PhD en Estudios de Medios de la Universidad de Westminster, asegura que el programa “proyecta una imagen que coincide con la hegemonía oficial, en línea con la ideología del Partido y el departamento de propaganda”.

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El lema de la presentación de este año, que fue mucho más austera que la pasada, fue ‘La armonía familiar genera prosperidad’. Así que no faltaron las canciones patrióticas (como Los hijos buenos de China) ni las imágenes de los momentos célebres internacionales, como los Juegos Olímpicos del 2008.

“La gala representa una imagen de familia feliz y unida que quiere romper con la división de clases sociales y con otras divisiones culturales y étnicas. – dice Yan – La idea de una familia armoniosa establecida por el Estado pretende proyectar una esperanza para que nos sintamos iguales”.  [Vea clips de la gala en CCTV English]

CCTV aclaró este año que evitaría tener al aire a “actores con faltas morales”, en referencia a varias celebridades que han quedado involucradas en escándalos de drogas y prostitución. La semana pasada, el actor y cantante Jaycee Chan, hijo de Jackie Chan, fue liberado luego de pasar seis meses en la cárcel por consumo de marihuana. Beijing tiene una política de cero tolerancia con el uso de substancias ilegales y suele usar a personalidades de alto perfil ‘para poner el ejemplo’.

Este año, el ‘gancho’ fue una pieza de humor sobre la campaña anticorrupción del gobierno y una cara nueva entre los presentadores: Negmat Rahman, una estrella de la etnia uigur, de la provincia de Xinjiang, donde se concentra la mayoría de la población musulmana del país. Es la primera vez que una celebridad de este grupo étnico hace parte del equipo de anfitriones del programa.

Los uigur no tienen las mejores relaciones con el gobierno central. De hecho, se han convertido en una de las amenazas más grandes para la estabilidad de Beijing. Los atentados terroristas de marzo del año pasado en la estación de tren Kunming (Yunnan), donde 29 personas murieron apuñaladas, fue atribuido a una célula separatista de Xinjiang. Con 32 años, Rahman esperaba ser la estrella que le diera “nueva vitalidad” al programa y enviara un mensaje de armonía multiétnica.

El show “sí refleja algunos discursos ideológicos, pero es mucho más que eso. CCTV tiene su propia retórica para ubicarse a sí mismo como un elemento ritual para toda la nación, para mantener su relevancia como un lugar común”, aclara Yan. Según la académica, esta gala de televisión es una especie de negociación porque “la cadena está entre el estado-nación, la audiencia que tiene que complacer y, además, tiene sus propios intereses comerciales”.



¿Ritual o propaganda?

El año pasado, cuando vi la gala por primera vez en su totalidad, me sorprendió notar cómo el programa se convierte en un telón de fondo a las celebraciones y conversaciones en la mesa. Ayer, mis grupos de contactos de WeChat (similar al WhatsApp) me dieron una idea de cómo ven los jóvenes chinos este programa de televisión.

“Estoy viendo la gala ahora junto a mis papás, pero todos estamos jugando con nuestros celulares”, bromeó Zhang Yuanhao, un periodista que vive en Shanghái.

“Nosotros también la estamos viendo… Bueno, más o menos, porque la mayoría de mi familia está jugando mahjong (un juego de mesa chino)”, me escribió Maggie Chao, una canadiense de padres chinos que este año visitó por primera vez el pueblo de sus antepasados en la provincia de Shanxi.

“¡Yo ya apagué el televisor!”, dijo antes de la 12 de la noche Helen Liu, de 25 años, luego de quejarse de que programa estaba demasiado aburrido.

Según Yan, “ver o no ver el show es una decisión voluntaria, pero también tiene elementos obligatorios. En el pasado, por ejemplo, todos los canales tenían que cambiar su programación para transmitir la gala de CCTV. Además, verlo es sentirse parte de la celebración, similar a cualquier otro ritual. Da un sentido de pertenencia, de comunidad”. 

Otro aspecto que los académicos destacan es que el programa se produce y se emite desde Beijing, donde el acento del mandarín es diferente al de otras provincias del país. Por eso, tanto el humor como las referencias culturales no suelen ser tan atractivas para el público del sur de China. De hecho, muchas cadenas de televisión regionales tienen su propia gala de Año Nuevo Lunar y le hacen competencia directa a CCTV.

La semana pasada le pregunté a Li Xiang, una amiga que trabaja en relaciones públicas, qué significa la gala para ella. Torció la boca y encogió los hombros: “Sí me siento con mi familia a verla, pero la verdad no observo nada”. Sin embargo, reconoce que sí disfruta de algunas estrellas de pop de la región.

Cada año se hace más difícil complacer a una población tan diversa y tan numerosa como la china. En el 2014, una encuesta reveló que el 50 por ciento de la audiencia estuvo insatisfecha con la presentación de la Gala del Festival de Primavera. La mayoría de las quejas están relacionadas con la sospecha de que algunos cantantes hacen doblajes y con la falta de humor en los diálogos.

El hecho es que el banquete cultural de la cadena de televisión más grande del país ya cumplió más tres décadas y cada año hace lo posible para reinventarse y mantenerse como una parte integral de la cena de nochevieja, así se convierta solo en ‘sonido ambiente’. Como me dijo en diciembre pasado un profesor de la Universidad de las Comunicaciones de China: “Todo el mundo lo critica pero igual todos lo miran”.

Crédito fotos [Xinhua, China Radio International]  

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