El renacimiento, la nueva palabra de la política china

In by Andrea Pira

En su primer discurso como presidente de China, hace ahora poco más de un año, Xi Jinping prometió “el gran renacimiento de la nación China y desde entonces junto con el concepto de “sueño chino” estas palabras se convirtieron en los caballitos de batalla de su política.

Es común a cada gobierno chino contemporáneo elegir un concepto en el que apoyar su mandato. Deng Xiaoping se centró en la idea de “desarrollo”, mientras que Hu Jintao, anterior presidente, basó su mando bajo las ideas de “sociedad armoniosa” y “desarrollo científico”, ideas que proponían una población organizada y enfatizaban el desarrollo de la tecnología y la ciencia.

Los dos conceptos de Xi, buscan dar una idea de grandeza de la nación china, demostrando que no solo es capaz de convertirse en un referente internacional, si no que es un país que se reconstruye y modifica, gracias al veloz progreso que ha vivido en las últimas décadas y el que vivirá en las próximas.

"Vamos a seguir luchando por la causa del socialismo con características chinas y por realizar el sueño de un gran renacimiento de la nación china", dijo Xi ante los delegados de la Asamblea Nacional Popular en su primer discurso como presidente del país, en el que en poco más de hora y media, la palabra “renacimiento” fue pronunciada tres veces.

El concepto se apoya también en la noción de regreso a un lugar de prominencia, ya que China fue por siglos una de las civilizaciones más prósperas y desarrolladas que se vio golpeada por potencias extranjeras. Es por eso que tiene lugar la idea de “renacimiento”, luego de más de un siglo de “humillaciones”, acuñando también este concepto en el nuevo discurso comunista. Guochi, como podría traducirse en chino, ya se ha vuelto común en los medios chinos.

Se refiere a los ultrajes que sufrió el país durante los dos siglos pasados: tratados económicos desfavorables con potencias occidentales, derrotas militares, invasiones japonesas. Pues bien, ahora ese periodo de “humillaciones” ha terminado y ha llegado el turno del “renacimiento” que da pie al desarrollo e implementación del sueño chino.

“El sueño chino es el resurgimiento de la gran nación china. Debemos esforzarnos constantemente, seguir adelante con voluntad indomable, seguir promoviendo la gran causa del socialismo con características chinas, buscar el sueño chino, el rejuvenecimiento de la nación china”, dijo el presidente en su discurso ante el Congreso Popular Nacional en marzo del año pasado.

El sueño chino está dirigido principalmente a la clase media china, una masa poblacional que para el 2020 aumentará hasta el 40%. “El concepto del renacimiento chino tiene mucho que ver con el de sueño chino. Ambos aspiran a que China pueda tener un lugar para cooperar por la paz y la prosperidad del mundo. Un lugar digno y respetable. Es lo que inspira a los chinos de hoy en día” dijo a China Files Han Mintao, profesora de Política de la ciudad de Tianjin El “sueño chino” de Xi funciona, según el Partido Comunista Chino, en tres áreas: la erradicación de los políticos corruptos, la completa reunificación de China y una vida digna para cada ciudadano del país.

“El sueño chino tiene un tinte americano que realza valores individuales de superación mientras que la idea de renacimiento le habla a toda la civilización china”, dice a China Files Doug Young escritor y académico de la universidad de Fudan. Sin embargo, cuando hace unos días el Banco Mundial anunció que según sus indicadores, China pasaría a ser la economía más grande del planeta en diciembre de este año, el Instituto de Estadísticas chino negó el pronóstico.

Según el Banco Mundial, desde 2011 hasta diciembre de este año, China habrá crecido un 24% acumulado, frente a un 7,6% de Estados Unidos.

De confirmarse estos datos China será la mayor economía del mundo a partir de este año, desplazando a los Estados Unidos, que ha ocupado ese lugar desde 1872. Pero el Instituto de Estadísticas chino no concuerda con el Banco Mundial en la manera de medir por lo que pareciera que China no quiere ocupar -aún- la cima de las potencias mundiales.

En internet, en vez de festejarse el informe del Banco Mundial, se hicieron bromas sobre el tema y se hizo un contraste entre los indicadores de ese organismo y la sensación del chino de a pie, según la cual la vida es todavía demasiado dura en China. Una editorial de la agencia oficial Xinhua deja en claro la posición China al respecto.

“A pesar de las especulaciones sobre cuándo China sobrepasará a los Estados Unidos como la mayor potencia económica del mundo, el país asiático se centra más en la calidad de su economía que en el tamaño”, dice. “China ha superado de manera dramática a los EEUU en el terreno de la expansión económica durante los últimos años, registrando tasas de crecimiento del PIB del 7,4 y el 0,1 por ciento respectivamente en el primer trimestre de 2014. Pero en términos reales, sigue existiendo una enorme separación”, continúa.

“Este país ha avanzado mucho, pero sigue siendo indudablemente un país en vías de desarrollo”. Eso es lo que suelen repetir los chinos en sus conversaciones: “somos un país en vías de desarrollo”, oponiéndose a los país “desarrollados” que estarían representados por Estados Unidos y las naciones europeas.

Y esto se reafirma incluso aún cuando el Banco Mundial defina que el PIB chino fue casi el 87 por ciento del de EEUU en 2011 según la paridad de poder de compra (PPP, siglas en inglés) La idea replica lo que sienten los chinos en la calle. “Si llegamos a la cima de la montaña no tenemos a donde subir, sólo bajar. Además si tenemos alguien arriba podemos aprender de sus errores. Es mucho mejor ir segundos o terceros”, dice Chunyue Zhang una joven estudiante China.

“Es peligroso para China estar en el primer puesto. Tendremos todas las miradas puestas en nosotros. Además la desigualdad creará más tensiones sociales porque se supone que los primeros deberían tener una buena posición para todos”, dice Yuekun Kang, otra estudiante que dice haberse sentido “asustada” cuando leyó las noticias que anunciaban el informe del Banco Mundial.

El concepto de “renacimiento” ha tomado tal envergadura en el país que hasta ha intentado medirse. La Comisión de Reforma y Desarrollo Nacional, una importante institución china que se encarga de la planificación económica de China ha dicho que el renacimiento del país alcanzó el año pasado el 65,3%, mientras que en el 2010 era de 62,7% y en 2005, 46,4%. Para realizar esta medición se basaron en 28 indicadores, entre los cuales están la influencia de China en el mundo, el Producto Interior Bruto per cápita y el nivel de urbanización.

También usaron otros como nivel macroeconómico, la “armonía de la sociedad”, la protección del medio ambiente, la mejora del Estado de derecho y unidad China. La noticia de la medición del “índice de renacimiento” también fue tema de broma en el seno de la sociedad china. En Weibo, microblog chino, las burlas arreciaron. Se hizo famoso incluso una imagen que comparaba al renacimiento con un programa que se estaba descargando con un mensaje que decía “62,7% descargado, al descargarse completamente lo podremos usar”.

Artículo producido para La Nación, Argentina

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