Diálogo y cooperación entre China y América Latina ante los nuevos desafíos de la economía global

In by Simone

En los últimos diez años América Latina ha experimentado un aumento significativo en sus intercambios económicos con China, en momentos en que el país asiático se ha consolidado como la segunda economía mundial y como uno de los motores del crecimiento económico global en tiempos de incertidumbre financiera. En su informe "La República Popular China y América Latina y el Caribe. Diálogo y cooperación ante los nuevos desafíos de la economía global", la Comisión Económica de Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL) examina los rasgos y las dinámicas de esta relación comercial y los desafíos que presenta hacia el futuro. La publicación del texto coincidió con la visita del premier chino Wen Jiabao a la CEPAL, durante la cual pronunció un discurso en el que exponía la visión china para las relaciones con la región hacia el futuro. Ya les habíamos traído el discurso de Wen, que ahora complementamos con la mirada de la CEPAL.
En las últimas décadas, China ―junto con las demás economías emergentes de Asia― se ha convertido en factor clave para entender la evolución y las perspectivas de la globalización. Por su destacado desempeño en cuanto a crecimiento económico, comercio internacional, inversión extranjera directa e innovación tecnológica y su papel como fuente de financiamiento internacional, China está modificando aceleradamente el mapa de la economía mundial. De esta forma, está potenciando los vínculos entre las economías en desarrollo y favoreciendo un ciclo inédito de crecimiento, comercio, inversión, reducción de la pobreza y avances en la internacionalización de las economías emergentes. Gracias a ello se está reduciendo la brecha de ingresos entre esas economías y los países industrializados.

Varias décadas de crecimiento chino en torno al 10% anual han redefinido el contexto de las cadenas asiáticas de valor. Estas tienden a estructurarse cada vez más en torno a China, país que se desempeña como actor principal de la “fábrica Asia”. De este modo, la acelerada dinámica de crecimiento de la economía china contribuye a potenciar los vínculos entre las economías asiáticas y estimula el comercio intraindustrial y las inversiones cruzadas. Por ello, en una adecuada estrategia de acercamiento a China no puede obviarse este fuerte lazo con Asia oriental y sudoriental.

El impetuoso crecimiento chino se expresa en una activa demanda de materias primas y recursos naturales, que en muchos casos provienen de países de América Latina y el Caribe. Desde la pasada década, el comercio de China con la región viene creciendo a tasas muy elevadas y en pocos años dicho país se ha convertido en un actor central de su comercio exterior, lo que ha favorecido el crecimiento de los países exportadores de materias primas de la región.

En consecuencia, las condiciones están dadas para aprovechar esta oportunidad histórica, para abordar los desafíos de infraestructura, innovación y recursos humanos y traducir la renta de los recursos naturales en formas variadas de capital humano, físico e institucional, que permitan elevar los niveles de productividad y competitividad y diversificar las exportaciones. Un desafío complementario de gran importancia es procurar mayores niveles de inversión extranjera directa de China en la región, especialmente dirigida a mejorar la infraestructura, promover la diversificación exportadora y estimular alianzas empresariales sino-latinoamericanas. Para ello es necesario trabajar en una aproximación estratégica de la región hacia China y Asia oriental y sudoriental que supere las limitaciones propias de los esfuerzos nacionales que han prevalecido hasta ahora.

Los debates recientes sobre la desaceleración de la economía china coinciden en detectar un manejo de política económica de sintonía fina. Así se está consiguiendo desacelerar la inflación y desmontar burbujas inmobiliarias y se abre espacio para eventuales programas de estímulo que permitan sostener el ritmo de crecimiento en caso de que se mantengan las debilitadas condiciones de la actividad económica en las economías industrializadas.

En este documento se examinan rasgos básicos y recientes del comercio entre China y América Latina y el Caribe, así como de la inversión extranjera directa china en la región. Llama la atención el carácter esencialmente interindustrial de ese comercio, en el que China exporta bienes manufacturados y América Latina y el Caribe principalmente materias primas. Esto resta potencial a eventuales alianzas empresariales sino-latinoamericanas y dificulta una inserción más eficaz de los países de la región en las cadenas productivas de Asia y el Pacífico. Cabe subrayar que las autoridades chinas han manifestado su buena disposición para dialogar en torno a este gran desafío y buscar acuerdos mutuamente beneficiosos.

Desde hace varios años, la CEPAL se ha involucrado en las actividades que se llevan a cabo en distintos niveles para fortalecer las relaciones económicas entre América Latina y el Caribe y Asia y el Pacífico ―particularmente China. Así, ha participado en las cinco versiones de la Cumbre Empresarial China- América Latina, el primer Foro de intercambios entre “think tanks” de China y América Latina, organizado en Beijing, y las reuniones ministeriales de la iniciativa Foro del Arco del Pacífico Latinoamericano y de la Alianza del Pacífico, entre otras instancias. Asimismo, a fines de mayo de 2012, en conjunto con el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), inauguró el Observatorio de las relaciones entre América Latina y Asia-Pacífico. La presente publicación se inserta pues en este esfuerzo permanente por fomentar los vínculos entre América Latina y el Caribe y Asia y el Pacífico, la región más dinámica del mundo.

Lea el informe completo aquí

[Foto cortesía de Manfred Hartmann]




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