[Chineando] con el viejo fuerte de piedra de Wang Shu en Ningbo

In by Simone

De lejos parece un viejo fuerte, como aquellos que dejaron los colonizadores europeos a lo largo de América, África y -ocasionalmente- Asia. Mirado de cerca, se vuelve evidente que el singular edificio es en realidad el moderno Museo de Historia de Ningbo, diseñado por el arquitecto chino Wang Shu, quien acaba de ser galardonado con el Premio Pritzker de arquitectura. Pero hay una razón de peso para la confusión: toda su fachada ha sido elaborada con ladrillos rescatados de las demoliciones de viejas casas, ofreciendo a China un camino arquitectónico altamente sostenible.
Wang Shu no es un arquitecto como los otros. Después de graduarse de la universidad, se dedicó durante más de ocho años a observar y pasar todo el tiempo posible con los artesanos rasos, aprendiendo de ellos los secretos del oficio. Vivía de la remodelación de casas, pero su energía estaba puesta en seguir aprendiendo la técnica de quienes mejor -y más de cerca- la conocían. Cuando ya comenzando el siglo XXI Wang fundó su estudio arquitectónico en compañía de su esposa Lu Wengyu, sabía que apostaría por el estudio cuidadoso de la tradición y las técnicas artesanales. Su nombre, Amateur Architecture Studio, lo demuestra.

Y el Museo de Historia de Ningbo, el próspero puerto textilero de tres millones de habitantes en la provincia de Zhejiang, se ha convertido en uno de sus edificios más admirados. Su sólida carcaza exterior surge imponente desde lejos, pero queda suavizada a los ojos del espectador por el rico matiz de tonos grisáceos que la recorren. En su interior, a lo largo de los amplios corredores y espacios la luz se cuela a través de una serie de tragaluces y ventanales a primera vista poco evidentes.

“Uno no visita el edificio; a uno lo golpea el edificio”, escribió el renombrado arquitecto chileno Alejandro Aravena, que formó parte del jurado que concedió el Pritzker este año a Wang. “Recuerdo haberme sentido de esa manera muy pocas veces en la vida, como cuando visité el Parlamento de Bangladesh de Louis Isadore Kahn o su Instituto Indio de Administración en Ahmedabad. Ser ‘golpeado’ por un edificio sucede muy rara vez en la arquitectura, porque ese tipo de impacto pertenece más a la música o el cine, en donde la experiencia de una obra puede ser extremadamente emocional y emotiva hasta el punto de alterar el estado de ánimo en una forma profundamente positiva”.

En tiempos en que prima lo ultramoderno y lo resplandeciente, la sencillez, el cuidadoso trabajo de los materiales y la atención al detalle de Wang Shu ofrecen otra alternativa para la arquitectura china. Comenzando por el no tan viejo fuerte de Ningbo.



[Fotos de Iwan Baan]

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