“Prometo seguir fielmente las responsabilidades sagradas de un trabajador de la ley bajo el socialismo con características chinas, ser fiel a la madre patria y a su pueblo, respetar a la dirigencia del Partido Comunista chino y al sistema socialista, y salvaguardar la dignidad de la Constitución y la ley”. Este es el polémico juramento que será obligatorio, a partir de ahora, para todos los abogados que tramiten o renueven su licencia en China. La decisión, anunciada por el Ministerio de Justicia, busca promover “los estándares políticos, profesionales y morales de los abogados”.
Aunque aún no se sabe cuáles serían las implicaciones del nuevo juramento, el texto pone el énfasis en el Partido Comunista y sus políticas, por encima del cumplimiento de la ley, explicó Stanley Lubman, profesor de derecho de la Universidad de California-Berkeley y especialista en derecho chino, en el Wall Street Journal.
“Es consistente con el lema de los ‘tres supremos’ que Hu Jintao proclamó en 2007 como la política que debería dominar en la aplicación de la ley, dando prioridad a ‘la causa del Partido, el interés del pueblo y la Constitución y las leyes’. Desde entonces, la obediencia al Partido ha tomado precedencia sobre ‘el pueblo’ y la Constitución”, escribió Lubman.
Muchos expertos y profesionales del derecho temen que forme parte de la campaña de presión de Beijing para que los abogados no tomen casos políticamente sensibles. Desde el año pasado, las autoridades ha venido suspendiendo o revocando las licencias de los abogados que representan a disidentes políticos o activistas de derechos humanos. De esta forma, incluso antes de una eventual suspensión, muchos abogados podrían inhibirse de representar a clientes que pueden ser vistos como una amenaza al orden social o al predominio del Partido.
Muchos abogados de alto perfil también han sido detenidos en el último año. Gao Zhisheng, reconocido por su defensa de varios activistas de derechos humanos y grupos religiosos, se encuentra detenido desde 2010 en Xinjiang y su familia sólo pudo visitarlo -por primera vez- este fin de semana pasado.
Chen Guangcheng, un abogado ciego conocido por sus denuncias de abortos forzados y esterilizaciones a mujeres, se encuentra bajo detención domiciliaria desde que fue liberado hace un año, a pesar de haber cumplido ya su condena de cuatro años por “daños a la propiedad y disturbios al tráfico”. Quienes han intentado visitarlo han sido interceptados y atacados por personas desconocidas, como le sucedió al actor galés Christian Bale.