China, más cerca de intervenir en la lucha contra Estado Islámico

In by Andrea Pira

Tras la muerte de uno de sus ciudadanos a manos de jihadistas, el régimen analiza un nuevo enfoque. El Partido Comunista asegura que castigará a los culpables, sin embargo, varios analistas han expresado que tal vez no es tan buen negocio para Pekín llevar a cabo una ofensiva militar contra el Estado Islámico. 
Fan Jinghui, un publicista pekinés, fue una de las más recientes víctimas de Estado Islámico (EI). Por medio de la revista Dabiq, los terroristas islámicos confirmaron que el hombre de 50 años "había sido ejecutado después de ser abandonado por las naciones y organizaciones infieles". Fan habría sido asesinado de un disparo en la cabeza.

Los periódicos chinos replicaron la información y no pasó mucho tiempo antes de que el Partido Comunista se manifestara: "El gobierno chino condena enérgicamente este acto inhumano y los culpables serán castigados con la ley", dijo un vocero de Relaciones Exteriores.

Fan fue la segunda víctima china de EI en menos de una semana. Días antes, una estudiante que había asistido al teatro Bataclan, de París, fue herida en el estómago, en lo que fue considerado el peor atentado terrorista en la capital francesa.

A pesar de que el régimen comunista siempre mantuvo una actitud firme de no intervención cuando se trata de los asuntos internos de otras naciones, parece que ahora está dispuesto a tomar cartas en el asunto e impulsar un mayor compromiso en la lucha contra la jihad.

"China podría ayudar en temas de consultoría y estrategia, y ofrecerá un apoyo retórico a las ofensivas occidentales, rusas y de los países del Golfo", dijo Casey Michel, analista político de la Universidad de Columbia especializado en asuntos euroasiáticos.

Incluso, hay sospechas de que la armada china tiene dos buques de guerra aproximándose a las costas de Siria y de que un puñado de consultores militares chinos ya pisaron la región y están evaluando el panorama. Un artículo publicado por Daily Express hace referencia a un reporte que afirma que hay cazas J-15 listos para lanzar una ofensiva militar contra EI.

"Es sabido que China se ha unido a nuestras operaciones militares en Siria", ratificó Igor Morozov, miembro del Comité de la Federación Rusa para Asuntos Internacionales, en entrevista con medios de su país.

Sin embargo, hasta el momento Pekín no confirmó las declaraciones de Morozov, y los satélites aún no registraron embarcaciones en el puerto sirio de Tartus, lo que plantea cuestionamientos en cuanto al alcance de la intervención china.

Los últimos atentados parecen haber sido la gota que rebasó el vaso en una serie de acontecimientos entre China y EI. El año pasado, Abu Bakr al-Baghdadi, líder del movimiento jihadista, lanzó amenazas contra Pekín por su trato a la etnia uigur, una minoría musulmana que durante años se ha mostrado disconforme con la intervención china.

De dicho conflicto se desprende el Movimiento Islamista de Turkestán Occidental (MITO), un grupo de radicales que luchan por establecer un Estado independiente en la región de Xinjiang y del cual Pekín afirma que está enviando a sus militantes a entrenarse en Siria e Irak.

"Es incuestionable que el deterioro de la situación en Xinjiang para los pueblos turcos y musulmanes genera una apertura para que se produzca extremismo -explicó Frederick Starr, presidente fundador del Instituto Asia-Central Cáucaso de la Universidad Johns Hopkins-. Seguro que hay personas en EI que observan a Xinjiang y creen que es terreno fértil."

Ésta es precisamente una de las justificaciones que Pekín utiliza para intervenir en la región autónoma. Michel cree en la posibilidad de que EI se alíe con el MITO, "pero es más probable que la relación se forje a través de individuos o grupos".

De cualquier manera, el alcance de una ofensiva china en Medio Oriente sigue siendo un misterio. Mientras los rusos se mostraron entusiasmados con la idea, los expertos señalan que no sería tan buen negocio que Pekín le diera un giro a su política de no intervención.

Para Xie Tao, un profesor de ciencia política de la Universidad de Estudios Internacionales de Pekín que habló con CNN, ignorar las políticas de no intervención "crearía un precedente que otros países podrían aprovechar para lograr la participación china en futuros conflictos".

Artículo producido para La Nación, Argentina.

[Crédito foto: whatsonxiamen.com]

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