Cantonés de nacimiento, médico de profesión, revolucionario por convicción, héroe sin objeción, pero, ante todo, chino. Los logros de Sun y la influencia de su ideología lo ubican como uno de los personajes más influyentes en la historia post-imperialista del país asiático. Para conmemorar el aniversario 90 de su muerte, China Files le presenta este breve recorrido por su legado. Sun Yat-sen (Sūn Zhōngshān en mandarín, 孙中山) nació en la provincia de Guangdong en noviembre de 1866, en un pueblo que hoy lleva su nombre, Zhōngshān.
Durante 1878 y 1883 vivió en Honolulu (en el ya extinto Reino de Hawaii) debido a que su hermano mayor tenía tierras y un trabajo estable en la isla. Fue allí donde aprendió inglés y supo de la existencia del cristianismo.
Estudió medicina en la Universidad de Hong Kong (antiguamente conocida como el Colegio de Estudios Médico de Hong Kong). Durante su estancia conoció varios médicos cristianos que los influyeron de manera tal que decidió ser bautizado.
De acuerdo con la biografía presentada por el Singtao Daily, como parte de la conmemoración del 100 aniversario de la revolución de Xinhai en octubre de 2010, Sun imaginaba una revolución basada en las misiones cristianas de educación y colaboración.
Por otra parte, la organización Society for recognition of famous people asegura que lo que motivó a Sun a involucrarse con actividades revolucionarias fueron las políticas conservadoras implementadas por el gobierno Qing.
Lo cierto es que, sin importar el motivo por el cual Sun Yat-sen decidió emprender una carrera política como revolucionario, fue gracias a sus esfuerzos por crear una filosofía política con pilares muy estables que China logró liberarse del Imperio Qing.
Sun fue presidente de la República de China en 1912 por un corto periodo de tiempo como parte de una etapa de transición. El poder fue luego tomado por militares. Entre 1919 y 1925, hasta el día de su muerte, fue el primer presidente del Partido Nacionalista de China (Kuomintang).
Como la historia reciente de China ha sufrido severos cambios en menos de 100 años, muchos personajes han sobresalido. Desde la emperatriz Cixi y el último emperador Aisin Gioro Puyi, pasando por Chiang Kai Chek, Mao Zedong y Deng Xiaoping hasta Jiang Zeming, Hu Jintao y Xi Jinping. Todos importantes por sus aportes, por sus decisiones, por sus vidas. Muchos de ellos son catalogados como los ‘padres de…’, pues en una república relativamente nueva cualquier persona que innove o gestione un cambio puede darse el ‘lujo’ de ser ‘el primero’.
Sin embargo, existe algo particular en la concepción de Sun Yat-sen como el ‘padre de la República’. A diferencia de otras revoluciones que implementaron una constitución y un modelo político adaptado de Europa, la establecida en 1912 por el Kuomintang se basó en las doctrinas creadas por el propio Sun.
Corría el año de 1905. En Rusia empezaban las manifestaciones contra el zarismo, en Estados Unidos, Theodore Roosevelt iniciaba su segundo mandato y en Japón, tras varios años de hacer proselitismo por todo el mundo, Sun Yat-sen se reunía con su movimiento político Sociedad para la Regeneración de China (Xīngzhōnghuì, 兴中会). En ese contexto, fundó lo que sería una precuela del Kuomintang, la Alianza Revolucionaria China o Liga Unida China (Tóngménghuì, 同盟会) en compañía de otros revolucionarios chinos y de otras nacionalidades.
Durante ese mismo año, Sun presentó en varias ponencias, el inicio de sus ideas republicanas. Los Tres Principios del Pueblo o la Doctrina San-min (Sān Mín Zhǔy, 三民主义) es la filosofía política bajo la cual, aún hoy, siguen en pie los ideales de una república unida: nacionalismo, democracia y bienestar social (Mínzú. Mínquán. Mínshēn, 民族。民權。 民生).
Las definiciones traducidas son las que más se ajustan con el lenguaje político ‘positivo’. Sin embargo, las traducciones literales de los términos indican un significado mucho más profundo que una sola palabra, como usualmente suele ocurrir con términos compuestos por dos caracteres chinos. Mínzú (民族) se entiende literalmente como ‘populismo’, ‘la regla del pueblo’ o simplemente ‘pueblo’, la connotación de relacionarlo con ‘nacionalismo’ nace de la idea de unificar a China bajo un mismo grupo y no dividirlo por etnias. ‘Mínzú’ es la estructura social bajo la cual Sun Yat-sen promovía a China como una sola.
Quizás por los problemas de la época, o por las ideas occidentales adaptadas durante su exhilio en el exterior, Sun Yat-sen advertía que el problema social chino no sólo se basaba en una restricción de los derechos básicos del pueblo, sino también en la ruptura creada a partir del racismo generado por muchos años por el imperio Qing (de la minoría manchu). China está constituida por una basta cantidad de etnias, entre las que sobresalen los han, mongoles, tibetanos, manchus y uigures.
Por otra parte, aunque ‘Mínquán’ (民權) usualmente se traduce como ‘democracia’, literalmente significa mucho más que eso. Se entiende como el ‘poder del pueblo’ o ‘poder de gobernar’. Sun, al igual que muchos revolucionarios de la época, veía falencias en el sistema monárquico establecido por los Qing.
El término ‘democracia’ tiene variantes debido a su amplia historia y su viciado uso a lo largo de la historia. Sin embargo, Sun aclaró que ‘Mínquán’ hace referencia directa a una organización de poder en donde rigen cuatro grandes principios: elección, destitución, iniciativa y referéndum; lo cual se asemeja a los Derechos Civiles en las constituciones de países democráticos.
Por último, Sun determinó ‘Mínshēng’, el cual se entiende como el ‘bienestar social’, bajo una doctrina geoísta (Henry George). Esta es una ideología económica, o incluso una filosofía política, que establece que todo lo que un individuo produce le pertenece a sí mismo, pero que todo “lo natural” (no creado por el ser humano) pertenece a toda la humanidad por igual. La analogía hace referencia a que la propiedad privada existe y que la explotación de un bien natural debe ir gravado por un impuesto.
En una ponencia en Bruselas en 1905, Sun explicó la obligación del gobierno con su pueblo era proveerlo de las necesidades básicas: “vestimenta, alimentación, vivienda y transporte; y todo lo que con ellos conlleven”. Entre las reformas más radicales que propuso estaba la protección de los campesinos y la distribución equitativa de la tierra. Y aunque muchos han considerado que sus ideas eran socialistas, su visión económica defendía la propiedad privada y nunca fue anticapitalista.
Sun Yat-sen no vivió para ver los frutos de su esfuerzo. El 12 de marzo de 1925 murió a causa de un cáncer de hígado. Su legado fue tomado por el Kuomintang como su filosofía política.
El ‘padre de la República’ era una persona receptiva y retentiva según una descripción que él mismo hace en su libro Kidnapped in London (Secuestrado en Londres). El hecho de que se haya reunido varias veces con Mao Zedong antes de la disyuntiva que ocasionó la guerra civil indica su capacidad de negociar hasta con personajes políticamente antagónicos a su causa. Es muy posible que con él vivo, el presente de China fuera muy distinto.
Crédito foto: [escola.britannica.com.br]
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