China 101: Quién fue la única emperatriz china

In by Andrea Pira

De concubina a la cabeza de todo un imperio. El paso de Wu Zetian por la historia de China involucra asesinatos, conspiraciones y hasta un infanticidio. Hace dos meses, una telenovela basada en su vida fue censurada por mostrar escotes muy provocativos. Para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, China Files le explica quién es la mujer que, 1.310 años después de su muerte, sigue despertando pasiones y controversias.
En más de tres mil años de la historia de China, Wu Zetian (武则天) ha sido la única mujer en gobernar como emperatriz. Su reino durante la dinastía Tang (que contaba con 50 millones de personas) duró medio siglo y se dio en medio de relativa libertad para las mujeres, quienes entonces no tenían que someterse a la dolora práctica del vendaje de los pies.

Wu nació en el año 624 en medio de una familia noble y fue educada en música, arte y literatura. Tenía 13 años cuando fue llevada a la corte del emperador Taizong, quien pronto la tomó como su concubina favorita. Cuando el emperador murió, Wu, según la tradición, debía ser recluida en un convento budista junto con el resto de consortes. Sin embargo, logró salir del lugar y se ganó el cariño del nuevo emperador, Gaozong.

El misterio de cómo Wu se salvó de pasar el resto de sus días en aislamiento y con la cabeza rapada es resuelto por algunos historiadores que dicen que la joven concubina tenía relaciones con Gaozong antes de la muerte de su padre; una traición que se habría sido castigada con pena de muerte.

Como la concubina principal del emperador, Wu dio a luz a tres varones y a una niña que fue estrangulada en la infancia, crimen por el que culpó a la emperatriz. Aunque no hay evidencia, muchos historiadores creen que Wu conspiró para matar a su propia hija y condenar a la esposa del emperador. El hecho es que la vieja emperatriz fue enviada al exilio, lo que le dejó el camino libre a Wu para casarse con Gaozong y convertirse así en su nueva ‘número uno’.

La eliminación de los obstáculos que intervenían con su camino al poder incluyó varios asesinatos adentro de su familia, incluyendo una sobrina que había atraído la atención del emperador.

Cuando Gaozong murió Wu puso a uno de sus hijos en el trono pero fue ella quien siempre tomó las decisiones. Fue tal la influencia política que tenía sobre su familia, que convenció a su hijo de abdicar a su favor y así se auto declaró como la emperatriz fundadora de la dinastía Zhou. Cuando tenía cerca de 80 años, Wu le dejó el trono al tercero de sus hijos.

El reino de Wu fue muy criticado por el extensivo uso de la violencia contra miembros de la burocracia imperial que conspiraban en su contra y por los excesos de su policía secreta.

Sin embargo, muchos historiadores que la señalan de autoritaria y sanguinaria no le hacen justicia al resto de su legado. Durante su gobierno, Wu promovió el budismo, evitó guerras de gran proporción, mantuvo cierta estabilidad social y reformó el examen de reclutamiento de oficiales para que fuera más inclusivo.

Uno de los ‘pecados’ que historiadores de la época no le perdonan es que tuvo un harén de amantes a su disposición incluso cuando estaba a la puerta de cumplir 80 años. Es tal el recelo que generó su legado entre sus opositores que su lápida (donde se suelen tallar epígrafes solemnes para los gobernantes) permanece en blanco.

Según la web de la revista Smithsonian, Wu desafió los principios confucionistas de la época por el simple hecho de ser mujer. Ninguna de sus acciones habría atraído tantas críticas si ella hubiera sido un hombre. “Gobernar de forma efectiva siempre ha sido más difícil para una mujer que para un hombre, en especial en momentos tempranos de la historia, cuando reinaban monarcas y líderes militares y el poder era generalmente tomado por la fuerza. Las reinas y emperatrices eran obligadas a gobernar como hombres, y sin embargo eran fuertemente criticadas cuando lo hacían”, escribió Mike Dash, del portal Smithsonian.

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Wu ‘recargada’

La historia parece darle una segunda oportunidad al legado Wu Zetian. Hace dos meses se estrenó la telenovela La emperatriz de China, inspirada en su vida. Protagonizada por Fan Bingbing, la superproducción tuvo un presupuesto de cerca de 49 millones de dólares y ha contado con un rating prometedor.

Pero el 27 de diciembre del año pasado, el programa fue sacado del aire por Hunan TV por ‘razones técnicas’. Cuando volvió, en enero de este año, las escenas en la que las actrices tenían escotes (que en realidad son muchas escenas) fueron editadas para dejar solo las caras de los personajes.

En un estado post-totalitario como el chino, donde el discurso moral se puede interpretar tanto como paranoia sexual bajo el argumento de proteger a audiencias infantiles, la edición del cuerpo femenino en la pantalla generó un debate en redes sociales sobre cuáles son los límites del ‘decoro’.

El China Daily informó que cerca del 95 por ciento de espectadores encuestados desaprobaron la decisión de las autoridades de editar los escotes del programa. “La mayoría de los cibernautas opinaron que esta es solo una producción que muestra la cultura china y que estas alteraciones son innecesarias”, publicó el diario.

Aunque murió hace más de 1.300 años, la vida de telenovela que tuvo la única mujer china en gobernar un imperio dominado por hombres seguirá despertando pasiones y controversias. Si Wu lució o no un escote como el que ya no podemos ver por televisión es solo una más de las polémicas que dejó la historia de tan poderosa emperatriz.

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[Crédito fotos: Sina]