El Gobierno de Hong Kong anunció que las protestas que se han llevado a cabo por parte del movimiento Occupy Central y otros actores de la denominada “Revolución de los Paraguas” durante los últimos cinco días han afectado seriamente la vida diaria de las personas, la economía y las operaciones normales del Gobierno. “Aquellas personas que participaron en “Occupy Central” han dicho públicamente que intensificarán sus acciones y rodearán varios predios del Gobierno, incluyendo la estación de la policía, las oficinas centrales de Gobierno, y la oficina del Jefe Ejecutivo. Los manifestantes ya han rodeado algunas de estos edificios y las operaciones ya se han visto afectadas”, explicó el comunicado.
El Gobierno exige poder continuar con la normalidad en los servicios y afirma que los funcionarios públicos harán lo posible para poder continuar con el flujo normal de su trabajo. También hace énfasis en la importancia de continuar con las operaciones y espera que la ciudadanía comprenda que para el Gobierno es importante proteger sus oficinas para que puedan funcionar normalmente.
“El Gobierno y la Policía hacen un llamado a aquellas personas que se están reuniendo alrededor de la estación de policía, las oficinas centrales de gobierno, y la oficina del Jefe Ejecutivo, para que dejen de bloquear los predios y se dispersen pacíficamente lo antes posible”. La petición fue hecha especialmente a los líderes de Occupy Central, y a todos aquellos involucrados en las manifestaciones, para que cesen sus actividades de “ocupación” inmediatamente.
El comunicado "insinúa que la protesta va a ser reprimida por la policía el día viernes", y contradice lo que otros medios han dicho, con respecto a que Beijing esperaría a que la ciudad se canse de la protesta. Algunas fotografías tomadas en los predios del gobierno muestran que la policía está almacenando balas de goma y equipos antimotines.
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[Crédito foto: Santiago Villa/China Files]