“No he sentido cosas raras en la cabeza”: Mao Molina, futbolista colombiano, habla desde Seúl

In by Andrea Pira

El mediapunta colombiano Mauricio Molina se encuentra ya recuperado del fuerte golpe que sufrió el pasado 23 de noviembre, al punto que logró jugar quince minutos en el último partido de la liga coreana con su equipo, el FC Seoul. Si bien los doctores alertaron que podría ser peligroso, salió bien librado y se declara recuperado completamente, preparándose física y mentalmente para iniciar el próximo torneo en 2014.
Molina, de 33 años, lleva casi cinco años viviendo en Corea del Sur, y dentro de su palmarés cuenta con una Liga de Campeones de Asia (ACL), una liga local, y el premio a mejor jugador de Corea en el 2012. En 2010 también obtuvo el título de goleador en el Mundial de Clubes de la FIFA, superando a estrellas de la talla de Samuel Eto’o y Diego Milito.

Ahora, como un jugador de experiencia que ha sabido aprovechar las oportunidades que le ha dado el fútbol, China Files habló con él en Seúl sobre su carrera, su vida en el país asiático y las expectativas que la actual Selección Colombia ha generado gracias a su buen desempeño en las eliminatorias.

Hace unos días sufrió un encontronazo con la cabeza de un jugador rival, ¿cómo se siente después del accidente?

Me siento mucho mejor. No he sentido cosas raras en la cabeza.

¿Pero se acuerda del momento?

Me acuerdo muy bien de cuando salté y ya. Después me acuerdo que le dije a los compañeros que me dejaran entrar, y ya me estaba poniendo los guayos pero me dijeron que era un poco peligroso.

Vuelve a Colombia de vacaciones, pero seguro piensa hacerse chequeos médicos…

Claro con esto del accidente tengo que llegar a hacerme todos los chequeos para saber que estoy bien. Pero es curioso, uno llega a Medellín y pasa más tiempo en el médico que en otro sitio. Toca llegar a hacer todo el chequeo general, llevar a mis dos hijos al pediatra y al resto de médicos.

Acá en Corea la medicina es completamente diferente a la nuestra, todo es muy frío, la relación con el médico es diferente, acá a las personas las revisa una máquina.

Aparte de Latinoamérica, usted ha vivido en Europa, la Península Arábiga y ahora el Lejano Oriente. ¿Cuál ha sido el país que más le ha gustado?

Corea definitivamente. Llevaba moviéndome mucho de un lado para otro. No terminábamos de acomodarnos en un sitio y ya teníamos que mudarnos. Acá mi familia y yo hemos encontrado una gran estabilidad. Ya vamos para cinco años y toda mi familia está feliz. Mis hijos tienen su vida en Seúl, su colegio, sus amigos, todo.

A veces uno se siente solo pues la familia está muy lejos, pero acá hemos encontrado todas las comodidades para llevar una muy buena vida.

Y futbolísticamente hablando, ¿cuál ha sido la liga donde se ha sentido mejor?

También en Corea. Acá tengo estabilidad y continuidad, siempre he jugado y he marcado muchos goles. Brasil fue un lugar donde la pasamos muy bien, lo disfrutamos mucho y deportivamente también me fue muy bien. Aunque fue mucho más inestable: los técnicos cambian mucho de parecer, unas veces juegas y otras veces no, entonces como futbolista se vive con esa predisposición.

En Argentina, un país tan futbolero, ¿cómo le fue?

Mal. Es un año para el olvido. El técnico que me llevó y que me prometió mil cosas antes de llevarme, nunca me puso a jugar. En ese año estuve siempre en el banco, solo entraba en los segundos tiempos. Lo que necesita el jugador de fútbol es continuidad para poder demostrar su nivel.

¿Los entrenamientos son parecidos en Argentina, Brasil y Asia?

Si, ya todo está muy globalizado. Acá los técnicos salen y se preparan en el exterior entonces los entrenamientos son muy parecidos. Por ejemplo, ya no tenemos una jornada doble, acá solo entrenamos una vez al día. Tampoco tengo concentración, yo salgo directamente de mi casa al partido. Es un trato mucho más profesional por parte del club al jugador.

¿Cómo ve el nivel del fútbol asiático?

El fútbol asiático ha venido progresando mucho, y con el paso del tiempo va a mejorar muchísimo más. Los números y las estadísticas demuestran que desde el 2006 el fútbol más competitivo de Asia está en Corea. Son cinco años consecutivos de equipos coreanos en la final de la máxima competición asiática de clubes. En 2006, 2009, 2010 y 2012 quedó campeón un equipo corean en la Liga de Campeones de Asia. En 2011, el equipo de Jeonju (coreano) perdió la final, y este año fuimos nosotros los que llegamos a la final.

China es un país que ha invertido mucho dinero en el fútbol; estuvo Anelka, Drogba y otros jugadores de talla internacional. Usted que ha venido jugando desde hace unos años contra equipos chinos, ¿ve alguna mejoría?

Cuando hemos jugado con equipos chinos, se ve mucha diferencia con respecto a Corea, pues este año el Guangzhou Evergrande llegó a la final de la Asia Champions League y nos ganó. Ese equipo invirtió mucho dinero, compró a los mejores jugadores de China, trajo tres buenos extranjeros y contrató un técnico como Marcello Lippi, que ganó el mundial con Italia en 2006. Ya se ven los resultados de las inversiones.

¿Ha sido difícil asimilar una cultura tan diferente como la coreana?

El club me da todas las facilidades para que esté cómodo y tranquilo. Hablo muy poco coreano, pues aprender estos idiomas es muy difícil. Tenemos la facilidad de tener un traductor todo el tiempo que nos ayuda a resolver cualquier problema. Con los compañeros hablo algunas cosas y me logro comunicar para tener un ambiente de grupo favorable. Por supuesto hay unos que hablan inglés, entonces la relación con ellos ha sido más fácil.

La comida nos encanta. De hecho, de todos los países en los que hemos vivido, acá es donde se come más parecido a Colombia. Este es el único país donde hemos encontrado chicharrón, plátano, fríjoles y aguacate.

¿Cuál es el plato coreano que más le gusta?

Kimchi Jjigae. El Kimchi es como un repollo fermentado y acá comen eso al desayuno, almuerzo y comida. A mí lo que más me gusta es la sopa de eso.

¿Y qué tal son los hinchas? ¿Cómo se dice “gol” en coreano?

¡Gol! Acá los hinchas no son tan fanáticos y apasionados, respetan mucho más al deportista. Si pierdes o ganas, nunca te gritan, ni te silban ni nada, hay mucho más respeto por lo que uno hace y solo se oyen aplausos.

En Seúl no he tenido experiencia alguna de inseguridad, como salir en tanqueta o algo parecido. Esas son las maravillas de este deporte, acá es un plan familiar, se va en familia al estadio, llevan comida, se instalan en su silla a disfrutar el show. Después se van muy tranquilos para su casa.

¿Y cómo así que le dicen “Chapulín”?

Eso es mentira, no sé de dónde sacaron eso. Me dio risa porque nadie me dice así.

¿Cómo ve la Selección para el Mundial? ¿Qué piensa del profesor Pekerman?

Muy bien. Por fin la selección encontró el ambiente que se necesitaba desde hace rato. Hay una armonía entre todas las partes: periodismo, jugadores, cuerpo técnico e hinchada. Se ve que todo el mundo está halando para el mismo lado. El país estaba con muchas ganas de volver a un mundial. También me pareció una decisión muy acertada volver a tener a Barranquilla como la casa de la Selección. Ahí Colombia se hizo muy fuerte como local y recuperó el poderío que tiene esa plaza.

Tenemos jugadores que están en sus mejores niveles, juegan en las mejores ligas del mundo, y eso ha ayudado a que con el trabajo del Profesor Pekerman, que me imagino ha metido mucho de su mentalidad ganadora, hayamos podido clasificar al Mundial que tanto queríamos los colombianos.

¿Con qué jugador de la Selección de hoy se identifica?

James es un jugador con el cual comparto muchas características de juego, además los dos salimos de Envigado y ambos somos zurdos. También me gusta mucho Quintero, creo que tiene un futuro muy grande.

Colombia está muy bien vista en Corea, ¿esto se ha visto reflejado en el trato que le han dado?

Si, tienen un muy buen sentimiento por Colombia. Acá hay un vínculo muy especial con los colombianos porque nosotros les ayudamos en la guerra de 1950 y los coreanos valoran mucho eso. Yo creo que es el único país en donde uno dice “Colombia” y lo primero que piensan es “café” y “ayuda en la guerra”. Me tratan muy bien y no me hablan ni de cocaína ni de narcotráfico.

¿Le gustaría volver a jugar en algún equipo colombiano?

Tengo un vínculo contractual largo que no me permitiría en este momento volver a jugar en Colombia. Mi presente y futuro están en Corea, entonces todavía no me veo yéndome a otro lado. Pero no descarto nada. El fútbol es muy dinámico y no me cierro a ninguna posibilidad, sé que llegan propuestas y uno como jugador de pronto termina yéndose para otro lado.

La primera opción sería el DIM, pues es mi casa, es un equipo donde jugué un año y medio, y después tuve dos pasajes más en el 2006. Además tengo un cariño muy especial por el club.

¿Qué consejos les da a los jugadores colombianos que son pretendidos por equipos asiáticos de poco nombre pero que cuentan con capital económico para hacer generosas ofertas?

Todo depende de las prioridades que tengan en la vida. Mi recomendación para todos los jugadores es que vayan detrás de sus sueños y si el sueño es estar en una liga competitiva y aspirar a estar en los mejores equipos de Europa, obviamente la liga asiática no va a ser la mejor vitrina. Pero acá hay posibilidades que no se pueden rechazar. Si las oportunidades de ir a una liga europea no son tan claras, entonces venir a Asia se convierte en una muy buena opción. Además está creciendo cada vez más, se vive bien y se garantiza seguridad económica para la familia.

Mira el video del fuerte golpe sufrido por mao en días pasados. Si estás en China activa tu VPN

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