Un plan chino: centros de reeducación para jóvenes millonarios y malcriados

In by Andrea Pira

Desde que el joven millonario Li Qiming mató a una chica mientras conducía borracho en la provincia de Hebei, en 2010, los diarios locales se comportan como aves de presa tras cualquier paso en falso que tomen los fuerdai, o la nueva generación de jóvenes ricos chinos. Autos de lujo destruidos en carreras ilegales, fotografías de mascotas con relojes iWatch, fiestas sexuales en las que se contratan modelos por 100.000 dólares y se usan más de 2000 condones, un joven de 19 años que publica en redes sociales una copia de su extracto bancario con 597 millones de dólares.

En un país que sigue gobernado por el Partido Comunista de China (PCCh), la ostentación material no sólo hiere susceptibilidades públicas, sino que es un problema político.

"El hecho de tener un gran número de privilegios heredados y el monopolio estatal que existe en el país son el motivo para que estos ricos sean arrogantes y locos -dijo un usuario de Weibo, el Twitter de China-. De no ser resuelto el problema, el pueblo chino nunca gozará de una vida mejor."

La solución que puso en marcha el PCCh es que los jóvenes sean "reeducados". El presidente de China, Xi Jinping, pidió que se hicieran mayores esfuerzos para "guiar a la generación más joven de empresarios a ser conscientes sobre el valor del dinero y la responsabilidad social".

Lo hizo durante una conferencia en el Departamento de Trabajo del Frente Unido (DTFU), una agencia que no es gubernamental, sino que está controlada por el Comité Central del Partido Comunista, y está encargada de gestionar las relaciones entre el PCCh y las élites no partidistas, así como los territorios de Hong Kong, Macao, Taiwán y los países occidentales.

CORREGIR MENTES

El objetivo es "corregir la mente" de muchachos que, en palabras de Xi, "sólo saben presumir de su dinero, pero no tienen la menor idea de cómo generar riqueza".

A mediados de junio se llevó a cabo una sesión educativa en el Hotel Jade Palace de Pekín, donde más de 70 fuerdai y jóvenes emprendedores, en su mayoría provenientes de la provincia de Fujian, aprendieron acerca de los tradicionales valores confucionistas, budistas y taoístas para comprender la importancia de la responsabilidad social y el patriotismo. Incluso fueron instruidos en el tradicional ritual de servir té a los ancianos.

"Durante la clase, pudimos absorber la sabiduría de la vida y aprender sobre las virtudes de los maestros -dijo Wang Wenxin, un estudiante de la provincia de Xinjiang que asistió a la sesión en Pekín, al diario chino Economic Daily-. Fuera del aula, tuvimos la oportunidad de comunicarnos y compartir la experiencia de emprendimiento empresarial. Todos nos sentimos muy beneficiados."

You Xiaoming, líder de la iniciativa y funcionario del DTFU en la ciudad de Xiamen, en la provincia de Fujian, explicó que la sesión fue muy estricta y que las personas que llegaran tarde o se fueran antes de tiempo debían pagar una multa de aproximadamente 160 dólares. "A pesar de ser una cifra insignificante para los ricos, la regla pretende inculcar un sentido de responsabilidad", dijo.

Los fuerdai, además de ser estereotipados como "malos para la sociedad", también podrían convertirse en una carga para los negocios. Un artículo publicado por el DTFU explicó que más del 85% de las empresas no estatales de China pertenecen a familias, lo cual significa que en unos años algún fuerdai deberá tomar las riendas del negocio. Un puñado de empresarios, preocupado por el descontrolado estilo de vida de sus hijos, apoyó la iniciativa del PCCh.

"Muchos empresarios llevan a sus hijos adultos a asistir a este programa", dijo You a medios chinos. Según la revista financiera Forbes, se espera que el número de millonarios en China alcance los dos millones en los próximos dos años, en tanto que ya son 122 los que cuentan con fortunas superiores a los 1000 millones de dólares.

Pero algunos expertos, como Tiedan Huang, profesora de liderazgo, administración y políticas educacionales de la Universidad de Fordham, en Nueva York, consideran que la formación de los fuerdai debe comenzar desde el hogar.

"Nosotros atribuimos el comportamiento de este selecto grupo de jóvenes a distintas fuentes: desde la sociedad y el hecho de tener mucho dinero hasta la escuela y los medios -señaló la analista de Fordham-. Sin embargo, los verdaderos culpables son los padres."

Huang agregó que "hay miles de padres chinos tan ocupados con su vida laboral y personal que pocas veces piensan en cuál es la mejor manera de enseñarles a sus hijos cómo aprovechar todo lo que tienen para ayudar a los menos favorecidos".

También genera desconcierto que la entidad encargada de esta tarea sea el DTFU, que ha sido descripto como una "agencia oscura", señalada por tener redes de espías en el extranjero para influir sobre estudiantes y organizaciones chinos en países occidentales, Hong Kong y Taiwán.

En noviembre, Reuters publicó un informe basado en documentos de la agencia en el que revelaba que el DTFU tenía la misión de "expandir la influencia de China al obtener control sobre una serie de grupos que no estaban afiliados al partido y que estaban por fuera de la China continental".

"No entiendo cómo el comportamiento de los niños de familias ricas tiene algo que ver con el DTFU. Esto no es un problema político", dijo Huang.

El ex director del DTFU Ling Jihua fue arrestado en diciembre como parte de la campaña anticorrupción de Xi Jinping. Irónicamente, el episodio que motivó la investigación fueron supuestos sobornos realizados por Ling para encubrir los detalles de un episodio ocurrido en 2012, en el que estuvo involucrado su hijo, Ling Gu. El chico murió a los 23 años cuando chocó un Ferrari en Pekín. Iba con dos mujeres, que sobrevivieron. Según reportes, los tres iban desnudos en el automóvil.

Artículo producido para La Nación, Argentina. 

[Crédito foto: scmp.com]

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