Hace un año, Japón compró la isla Senkaku / Diaoyu, provocando reacciones de irritación en Pekín. Hoy en día, el conflicto parece haber sido enterrado. Mientras tanto, el Global Times, dice que la situación de estancamiento puede favorecer a China.
El 11 de septiembre es no sólo el aniversario del golpe de Estado de Pinochet en Chile o el atentado a las torres gemelas de Nueva York. En el Lejano Oriente, es la fecha en que, hace apenas un año y algunos días, Japón plantó la bandera del Sol Naciente en el suelo de la Senkaku (Tokio) o Diaoyu (para los chinos) . Los islotes en el mar oriental de China están ocupados por Japón desde finales del siglo XIX (excepto durante la post- guerra de ocupación EE.UU. , 1945-1972 ) .
Tokyo dice que en el momento de ocupación las islas eran " terra nullius " (tierra de nadie), China argumenta razones históricas que se remontan a antes de la ocupación. Hace un año , el gobierno japonés compró formalmente tres de las islas en disputa de su propietario privado, tal vez para evitar golpes mucho más graves. Un halcón del nacionalismo japonés, el alcalde de Tokio, Shintaro Ishihara, de hecho había amenazado por comprar las islas en nombre del gobierno municipal de la capital.
El acto unilateral, sin embargo, causó un gran revuelo en China, con manifestaciones casi a diario frente a la embajada de Japón en Beijing y el boicot generalizado de todo lo que oliera a japonés (desde automóviles hasta restaurantes) . La crisis no se ha resuelto aún, pero en los últimos meses se ha ido calmando gradualmente, probablemente a petición de los mismos diplomáticos involucrados, que tienen, sin duda, algo mucho mejor que hacer. Aunque de vez en cuando, alguien aviva las llamas del nacionalismo, especialmente por razones de política interna o de marketing personal.
Podemos citar al octogenario Ishihara, actual líder del Partido de oposición. En una entrevista en Asahi Shimbun dijo que Japón debería construir un faro en las islas para proteger a los pescadores, por lo que sería mejor que el comprador hubiera sido el gobierno municipal y no el central . La provocación podría llevar a una escalada con una respuesta desde Beijing, pero la impresión es que China no está muy interesada en eso.
Una editorial del Global Times -la versión pop de Diario del Pueblo- resume que la situación del conflicto latente ha dañado tanto a China como a Japón, pero que a Tokio le fue peor. El razonamiento es una obra maestra de sutileza. "Japón ha fracasado en su intento de consolidar el control efectivo sobre las Islas Diaoyu", dice. Y también, "ya que es cada vez más dependiente de la economía china, el enfrentamiento lleva la fuerza estratégica de Japón e involucra las principales preocupaciones de Tokio".
En la práctica, el punto muerto diplomático favorece a China. "China se ha fijado como objetivo de desarrollo más grande de la creación de un ascenso pacífico. Las Islas Diaoyu ya se han convertido en la válvula de seguridad por el cual grandes poderes expresan hostilidad y resentimiento contra China. Sin embargo, China ha sido capaz de controlar esta válvula, replicando con una acción eficaz".
Defensa y contraataque, pero sobre todo para dormir el partido: "El aumento de la prosperidad económica y el apoyo popular a su política hacia Japón legitima que China continúe el estancamiento, si es necesario. Al mismo tiempo, la comparación constante hará que Japón cada vez más dependiente de los Estados Unidos, que no pueda hacer otra cosa que imponer una presión limitada en China.
Este tipo de enfrentamiento frío"probablemente continuará. Pero lo que realmente importa es que China ha tomado la iniciativa", y luego – se dice – los esfuerzos de Japón serán en vano . Esta editorial puede leerse en dos claves. En primer lugar, China lanza un mensaje de apaciguamiento con respecto a las islas en disputa: no tiremos de la cuerda también, que a nosotros no nos sirve que suba la violencia.
En segundo lugar, ecos de Laozi y Sun Tzu: "Actuar sin actuar ", "derrotar al enemigo sin luchar es la habilidad más alta". Los dos no son mutuamente excluyentes. La estrategia de la ventaja china del impase está en el trabajo. Siempre y cuando se tenga en cuenta el mensaje implícito: que alguien ponga un bozal a Ishihara.
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