Reinicia la construcción de la planta Hongyanhe y se despierta el debate nuclear en China

In by Andrea Pira

Pocos días después del desastre de la planta nuclear de Fukushima el 11 de marzo del 2011, China anunció que congelaría los permisos de construcción de plantas nucleares hasta satisfacer todos los criterios de seguridad. Tres meses más tarde Zhang Lijun, viceministro de Protección Ambiental, indicó que el país continuaría con su estrategia de energía nuclear. Y así, el domingo anterior, Hongyanhe una de las tres plantas más grandes del país, reinició sus operaciones.

Luego del terremoto y tsunami que inhabilitó la central nuclear de Fukushima, el primer ministro Wen Jiabao ordenó una inspección de cada una de las plantas del país. Las revisiones de seguridad concluyeron en junio del año pasado y el gobierno reportó que reanudaría la aprobación de permisos de construcción en la segunda mitad del 2012.

La tarde del domingo anterior, la planta Hongyanhe reanudó sus operaciones y la construcción de nuevos reactores en el pueblo de Donggang, en la provincia de Liaoniang.

La planta nuclear de Hongyanhe es la principal y más grande de su tipo en el noreste de China y una de las tres más grandes del país junto con la de Ningde y Ling’ao. Además, es uno de los más recientes proyectos de energía nuclear en el mundo.

La construcción de la primera fase del proyecto de cuatro generadores nucleares costó 50 mil millones de yuanes (7.96 mil millones de dólares) y comenzó en el 2007, pero se detuvo tras los incidentes de Fukushima. Luego de su reapertura el domingo anterior, se espera que esté terminada para finales del 2015.

Los cuatro generadores producirían 30 mil millones de horas kilovatios de energía anual, lo que significa un 15% de la energía total que consumió la provincia de Liaoning en el 2012, afirmó Yang Xiaofeng, director general de la planta nuclear de Hongyanhe para Xinhua.

Polémica medida contra la contaminación

Las plantas nucleares han sido el blanco de críticas de los ecologistas por los inminentes problemas de contaminación radioactiva que representan.

Algunos de los que apoyan el proyecto en China, aluden que justamente es debido a la creciente contaminación del aire por la quema de combustibles fósiles que la energía nuclear se vislumbra como una alternativa viable y así lo han defendido en Asociación Mundial de Energía Nuclear.

Pero la posición que mira la energía nuclear como “una solución ecológica”, ha recibido varias críticas. La construcción de nuevas plantas nucleares suelen venir acompañadas de protestas cívicas, incluso con una inusitada flexibilidad del gobierno, que suele vetar cualquier tipo de manifestaciones públicas. Así ocurrió con las protestas en el municipio de Wangjiang, en 2012, ante la construcción de una planta nuclear en el sureste del río Yangtse.

Algunos destacados científicos chinos han pedido cautela en el uso de la energía nuclear. El profesor He Zuoxiu, quien estuvo involucrado en el programa de la bomba atómica de China, advirtió a The Guardian que “los planes de expandir la producción de energía nuclear veinte veces para el año 2030 podría ser desastrosos, ya que China carece de la preparación adecuada del personal para hacerse cargo de las centrales y de las medidas de seguridad pertinentes”.

El mismo gobierno, en consonancia con el profesor He, reconoció mediante la agencia oficial Xinhua que el primer obstáculo para la proliferación de la energía nuclear en China es la reducida cantidad de personal calificado para manejar las plantas. Además, añadió que una expansión nuclear repentina puede conducir a una escasez de combustible.

La Comisión de Desarrollo y Reforma de China indicó, antes de la catástrofe de Fukushima, la intención de aumentar el porcentaje de electricidad de China desde el actual 1% (2011) al 6% en el 2020 (con lo que superaría la producción de energía nuclear de Francia). Pero después del accidente en la central japonesa no se han hecho públicas las nuevas expectativas de crecimiento nuclear chino.

Actualmente, la República Popular de China cuenta con 16 reactores activos en cuatro sitios del país y tiene previstas 30 construcciones más.