Polémica salida del activista Chen Guangcheng de la embajada

In by Andrea Pira

Luego de un polémico acuerdo entre Estados Unidos y China, el disidente chino Chen Guangcheng abandonó ayer la embajada norteamericana en Beijing, donde se encontraba refugiado desde hace seis días, en medio de sospechas de que habría sido amenazado por el régimen comunista y sin plenas garantías sobre el trato que recibirá en el futuro. En diálogo con la cadena CNN, Chen -un conocido abogado ciego de 40 años que escapó de su arresto domiciliario, al parecer con ayuda de Washington- afirmó que ahora quiere salir de China lo más pronto posible porque teme que su vida y la de su familia estén en peligro.
Los rumores iniciales sobre la estada de Chen en la embajada norteamericana provocaron tensión entre Estados Unidos y China, que ahora, con la confirmación de esa situación, puede enturbiar las relaciones bilaterales entre ambos países. Beijing ya presentó un fuerte pedido a Estados Unidos para que se disculpe por lo que considera una "interferencia muy grave" de Washington en sus asuntos internos.

Amigos y seguidores del activista afirmaron que Chen aceptó dejar la embajada norteamericana sólo después de recibir "serias amenazas" del gobierno chino.

"Chen decidió dejar la embajada tras enterarse de que su familia estaba a salvo", dijo, por su parte, Kurt Campbell, secretario de Estado adjunto norteamericano para el este asiático y el Pacífico, quien viajó a Pekín antes de lo previsto para ocuparse del caso de Chen.

Los detalles del acuerdo entre Estados Unidos y China no fueron revelados, pero Pekín se comprometió a garantizar la seguridad del llamado "abogado de los descalzos". Según la CNN, Chen dijo sentirse engañado por las autoridades norteamericanas porque, según él, lo alentaron a dejar la sede diplomática.

"[Chen] dice que el mensaje de las autoridades [chinas] es que si se quedaba en la embajada esperarían a su esposa y su familia con armas en su casa", explicó el corresponsal de CNN en Beijing, Stan Grant. "También dijo que los guardias dijeron que habían instalado cámaras en su casa, con las que pueden ver cada movimiento, y que sería llevado nuevamente allí y nunca podría volver a salir", añadió.

Después de dejar la embajada, Chen fue llevado al hospital Chaoyang, de Beijing, junto al embajador norteamericano, Gary Locke, para ser atendido, dijo el abogado Teng Biao, amigo personal de Chen. La BBC dijo que la esposa de Chen y sus dos hijos estaban en el hospital.

Durante el viaje, Chen se comunicó con la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, que llegó ayer a la capital china para participar desde hoy en el "diálogo estratégico y económico" anual entre ambos países.

La especulación en torno a una posible solicitud de asilo político por parte de Chen y la manera en que la Casa Blanca estaba manejando la crisis habían terminado por opacar el foro bilateral. Washington buscaba con urgencia una solución al conflicto. De hecho, Chen apeló directamente al presidente norteamericano, Barack Obama, para que hiciera más por los derechos humanos en China.

El activista -que se enfrentó a las autoridades chinas luego de denunciar los abortos forzados y las esterilizaciones en el marco de la política de hijo único- huyó el 22 de abril pasado del arresto domiciliario al que estaba sometido. Buscó refugio en la embajada norteamericana, donde solicitó que se le garantizara la libertad.

El abogado, que ya había cumplido una pena de cuatro años en prisión, llevaba un año y medio detenido junto con su familia, pese a que no se han presentado cargos contra ninguno de ellos. En un video dirigido al primer ministro chino, Wen Jiabao, que fue colgado en YouTube el día de su fuga, Chen enumeraba las diferentes palizas a las que habían sido sometidos tanto él como sus familiares.

En principio, el lugar donde se había refugiado el activista era incierto, aunque sus allegados aclaraban que se encontraba en un lugar custodiado por diplomáticos norteamericanos y que su intención no era pedir el asilo político. Todo apuntaba a que se trataba de la embajada norteamericana en Beijing.

Mientras tanto, la presión crecía sobre el gobierno de Obama para que protegiera al abogado. "Nuestro país debe adoptar una posición fuerte al pedir reformas en China y apoyar a quienes luchan por las libertades que nosotros disfrutamos", le recriminó Mitt Romney, el candidato presidencial republicano.

Obama, en tanto, se negaba a discutir el caso y llegó incluso a hablar de "los informes de prensa" sobre la supuesta presencia de Chen en la sede diplomática de Pekín.