En los límites del imperio: muerte de un pescador II

In by Andrea Pira

Durante la semana del 13 al 19 de mayo, de lo único que se ha hablado en Taiwán es de la situación con Filipinas tras el incidente por el que un pescador taiwanés murió de un balazo en un encuentro con un barco filipino en aguas fronterizas entre ambos países.
El gobierno de Taiwán dio un ultimátum de 72 horas a Manila para que satisficiese sus demandas de reparación de esta muerte. Según Taiwán, transcurrido ese tiempo, el gobierno filipino no atendió debidamente a ninguna de sus exigencias, aunque otras fuentes apuntan a lo contrario. Según publicó France Presse a principios de semana, el presidente filipino Benigno Aquino III habría pedido perdón públicamente por esta tragedia y envió como representante personal al presidente de la Oficina Económica y Cultural de Manila en Taipei con la misión de compensar a la familia de la víctima y ofrecer toda la información disponible sobre la investigación.

El representante no fue recibido por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán, que consideró al representante Pérez como no suficientemente autorizado para esta misión. Por su parte, Filipinas decidió prescindir de los investigadores taiwaneses que habían llegado el lunes a Manila para participar en la investigación conjunta, y así las cosas, la tensión no ha hecho si no subir.

El miércoles el presidente Ma Ying-jeou anunció una segunda oleada de sanciones a Filipinas y el jueves, el primer ministro Jiang Yi-hua advirtió a todos los departamentos y ministerios de que esta situación podría mantenerse por un largo periodo de tiempo por lo que les aconsejó que se fueran preparando psicológicamente.

Por otra parte, ante los intentos de intromisión del gobierno de Pekín, haciendo buen uso de la política de una sola China, el Consejo para los Asuntos de China Continental, por medio de su presidente Wang Yu-chi, pidió reiteradamente a Pekín que dejase de lado esta cuestión y que en ningún caso se harían maniobras conjuntas para proteger a los pescadores.

En ese sentido, la armada taiwanesa realizó maniobras conjuntas con la Guardia Costera el día 16, sobrepasando los 20 grados latitud norte que hacen de frontera entre las aguas taiwanesas y las filipinas. Dos destructores clase Lafayette y clase Kidd, acompañados de dos cazas de combate Mirage 2000, realizaron una demostración de fuerza que fue jaleada y apoyada por el Yuan Legislativo en una declaración conjunta. Algunos diputados del Kuomintang fueron más allá y animaron al presidente Ma Ying-jeou a que en su calidad de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas se dirija al Mar del Sur de China y proclame la soberanía taiwanesa sobre esas aguas.

Por último, el gobierno a pesar de seguir firme en su política hacia Filipinas ha advertido seriamente que los residentes filipinos en Taiwán no deben sufrir menoscabo alguno. Los repetidos anuncios del gobierno en este sentido vinieron como consecuencia de algunas historias que corrían por las redes sociales sobre establecimientos, tiendas y restaurantes que se han negado a atender a ciudadanos filipinos. No se sabe cuánto hay de verdad y cuanto de exageración en estas historias, pero han sido suficientes para que una gran parte de la población taiwanesa se haya volcado en asegurar que nada tienen en contra de los filipinos residentes en la isla. Una gran mayoría de ellos trabaja en la construcción y el servicio doméstico.

En cualquier caso, haremos seguimiento de una disputa que ha mantenido la atención de los taiwaneses prácticamente de la mañana a la noche y durante más de una semana. Algo que no se veía desde tiempos del presidente Chen Shui-bian y sus propuestas de referendum indepentista y constitucional durante la década pasada.

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