Los tuhao invaden China

In by Andrea Pira

Los tuhao, o "adinerados incultos" según la jerga local, son los abanderados del consumismo que moviliza al mercado interno y también son ridiculizados por sus gustos. Son ellos los consumidores de teléfonos dorados, costosos coches de colores llamativos y ropas de combinaciones exóticas.

A la salida de la popular discoteca pekinesa Haze hay una Ferrari rosa. El interior está tapizado con figuras de hello kitty y el volante está envuelto en un peluche amarillo. A lo lejos se acerca su dueña montada en unos altísimos tacos rojos y portando una campera dorada. No queda otra que expresar con resignación ¡tuhao! Al ver el i-phone dorado bordado de perlas, ¡tuhao! Ante una carcasa para el ordenador que representa Manhattan, ¡tuhao!

Se trata de un término acuñado por los internautas chinos para designar una emergente clase social cuya característica principal es el gasto desmedido y el mal gusto. Tu significa inculto y hao significa rico. Son los nuevos ricos. Aquellos que se enriquecieron rápidamente pero no tienen las maneras.

Tontos, engreídos, ignorantes. Parvenus, arrivistes. RiChinese, Slumdog Millionaire. Los tuhau están desafiando a quienes buscan agregar motes para descalificarlos. Hasta ahora, han sido mencionados más de 56 millones de veces Weibo y ni una sola de esas menciones ha sido honorifica. La palabra solía significar a los miembros de una familia campesina adinerada. Existe el término fuerdai, que es muy cercano y se usa para los jóvenes adinerados que viven del dinero de sus padres.

Otra palabra cercana es baofahu, gente que se ha hecho rica rapidamente, o demasiado rapidamente. A tuhao suele contraponerse diaosi, que representa un fenómeno opuesto en China. Diaosi designa a las personas con apariencia humilde y podría traducirse como “perdedor”. Según un informe de la empresa Giant Interactive en China 526 millones de personas se consideran diaosi, es decir un 40% de la población. Mientras que, curiosamente, nadie está dispuesto a considerarse un tuhao. Los tuhao gastan su dinero de manera pueril. Son una expresión pura de la sociedad de consumo y suelen ser esclavos de taobao, portal de compras casi adictivo que tiene toda una colección de productos diseñados exclusivamente para ellos. Una buena parte de la industria de bienes del lujo se sustenta en los tuhao y sabe mimarlos inventando productos para sus (malos) gustos.

“Mis amigas dicen que soy tuhao, yo no estoy de acuerdo. Pero si tengo dinero es normal que quiera mostrarlo”, dice Kian Liu, quien no admitirá nunca por nada del mundo ser una tuhao. Sin embargo su remera, en la que está bordada una barbie sobre tela leopardo, no deja dudas. Y desde que obtuvo su puesto en Recursos Humanos en una importante empresa de organización de eventos, no ha dejado de dar muestras de tuhao gastando su salario en las supercherías mas brillantes y fútiles. Suena el teléfono y con sus dedos terminados en furiosas uñas violeta saca un i-phone blanco en cuyos bordes resaltan incrustaciones de perlas. Se sonríe y lo muestra en alto antes de responder.

“Quienes condenan a otro llamándolo tuhao lo hacen por envidia. Es una forma de conformarse si no pueden comprarse un buen reloj o un teléfono a la moda”, dice Wang, un abogado que tiene sus oficinas en el Soho de Sanlitun, el barrio más cool de la capital china.

Pero tuhao es antes que nada un estilo. Un estilo en el que prevalece el mal gusto y la ostentación. Teléfonos y hasta inodoros dorados, incrustaciones de perlas en la ropa, coches de colores extraños, pueden ser identificados rápidamente como tuhao. Podríamos asociarlo a nuestra definición de lo kitch.

El iPhone 5S dorado de reciente aparición es un símbolo por excelencia del estilo tuhao. Inclusive se interpreta como un modelo producido exclusivamente para ellos. El smartphone dorado ha sido todo un éxito en China, en donde se agotó el primer día de lanzamiento. Cuando ya no quedaron iPhone color oro varias compañías lanzaron una pegatina de ese color para disfrazar de tuaho un teléfono común y corriente. Otro ejemplo paradigmático del estilo tuhao es el edificio del Diario del Pueblo en Beijing, con sus cristales dorados y su forma incontestablemente fálica.

Esta condena al lujo y a la ostentación va de la mano con la reciente campaña del presidente Xi Jinping de lucha contra la corrupción y el gasto excesivo. A principios de este mes, Ma Linxiang, un funcionario de la ciudad de Qingheying, fue despedido del Partido luego de que se conociera la lujosa boda de su hijo. En ella habría gastado unos 260.000 dólares en tres días de fiesta. A pesar de que las investigaciones mostraron que no se habían utilizado dineros públicos en las celebraciones, la fiesta iba en contra de lo que está pregonando el gobierno. Ma Linxiang fue despedido de su cargo por tuhao.

El intenso dinamismo del lenguaje de internet ha ido contraponiendo términos para llamar a las distintas clases que aparecen en la emergente economía local. Anteriormente estaban las baifumei, chinas blancas, ricas y guapas, contra las tufeiyuan, término despectivo para aquellas mujeres sin una carrera prominente y no muy agraciadas. Están los yueguangzu -literalmente grupo de la luz de la luna- aquellos que llegan a fin de mes sin dinero. Y las shengnü, mujeres con carreras prometedoras pero que rondan los treinta sin haberse casado. Así, un yueguangzu puede ser un diasi, y una shengnü podría ser tuhao.

Todo esto muestra la extrema atención de los internautas chinos con respecto a la representación de cada uno con respecto a su dinero y a su posición social. Los tuhao son un signo del rápido crecimiento del país. Todos se burlan de ellos, pero como suele decirse en China “todos quieren ser sus amigos”.

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[Artículo producido para La Nación, Argentina]

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