La verdad sobre China: ¿El Partido Comunista es el “gran hermano” de China?

In by Andrea Pira

Sin duda el Partido Comunista Chino es uno de los organismos políticos más poderosos del mundo, cuya influencia –histórica y actualmente– no se limita a las fronteras del país ¿Qué tan poderoso es el partido en realidad? ¿Es el “gran hermano” de China?
Leyenda urbana:

El Partido Comunista Chino (PCCh) tiene un poder omnipotente y omnipresente a lo largo y ancho del país, y no hay ninguna fuerza que pueda hacerle frente.

La realidad:
 
Fuera de China poco se conoce de la forma como funciona la política dentro del país más poblado del mundo. Especialmente en occidente, se cree que China opera de una manera similar a la que George Orwell planteó en su novela 1984. Él proponía una realidad distópica futurista en la que el “Partido Socialista Inglés” (una invención literaria) gobernaba sobre Airstrip One, antiguamente Inglaterra, utilizando a la censura, la persecución ideológica y la represión como mecanismos para ejercer el poder, y favorecer al partido y a sus miembros.

Lo cierto es que China no es un libro de ciencia ficción, es un caso único en el mundo en el que se forjó un sistema político y económico propio cobijado por un único partido; eso es lo que se conoce como la política de “un país, dos sistemas”. En él conviven en llave el comunismo y el consumismo, por más raro que esto suene. Por eso China no se puede reducir a los blancos y negros. Su complejidad es gama de grises.

Primero hay que aclarar que el PCCh no es una persona que acapara el poder y lo utiliza a diestra y siniestra como mejor le parezca. De hecho, el PCCh es el partido político más grande del mundo y cuenta con 86,7 millones de miembros repartidos en diferentes cargos y estamentos.

Desde que se instauró la República Popular China, el 1 de octubre de 1949, con el acenso del PCCh, ha habido 7 presidentes y un sinnúmero de altos dirigentes. Si bien es cierto que hubo –y sigue habiendo– un culto a Mao Zedong, cuyo retrato está colgado en la entrada de la ciudad prohibida, en líneas generales la sacralización de los dirigentes no existe; por eso en el partido no hay un “gran hermano” abrazado indefinidamente al poder. 

En China cada 9 años hay elecciones dentro del PCCh, y aunque es un único partido, tiene facciones y subdivisiones que lo autorregulan. No es una masa amorfa que ocupa el poder, es una estructura ramificada donde el poder y las obligaciones se reparten, y las diferentes facciones se vigilan entre sí.

Por eso los integrantes del partido están lejos de tener un estatus de “intocables”, porque, como dijo el presidente Xi Jinping en un discurso ante el politburó: “Para poder luchar contra la corrupción no pueden importar la vida ni la muerte de las personas, ni tampoco su prestigio personal”.

Estas palabras son parte del discurso con el que Xi ha gobernado desde que asumió la presidencia en 2013, liderando una cruzada dentro y fuera del partido contra la corrupción. Por eso les han imputado cargos por corrupción y actualmente están siendo investigados Xu Caihou, ex general del Ejército Popular de Liberación y vicepresidente de la Comisión Militar Central durante el gobierno anterior, y Zhou Yongkang, ex jefe de las fuerzas de seguridad del Estado. Dos pesos pesados del Partido Comunista que están por responder ante la ley.

Si bien dentro del partido hay un grado de claridad en las reglas de juego y cierta “democracia", la censura es muy presente. Facebook, Instagram y Twitter son algunas de las redes sociales que están censuradas, al igual que las páginas web de The New York Times, el South China Morning Post (Hong Kong) y El País (España) por no estar en la línea de la política oficial. En China están prohibidas por ley las manifestaciones públicas y las reuniones sin autorización, y el gobierno puede cancelar eventos sin previo aviso por considerarlos subversivos.

Este fue el caso del Undécimo Festival de Cine Independiente de Beijing que fue cancelado por la policía el 22 de agosto de este año, día de la inauguración. Aunque el evento contaba con los permisos necesarios y había sorteado un sinnúmero de obstáculos, el día del estreno la policía arrestó a uno de los organizadores y canceló las proyecciones por considerar el contenido de las películas “subversivo”.

¿Los chinos están constantemente vigilados? Se estima que en todo el país hay entre 20 y 30 millones de cámaras, es decir, una cámara por cada 52 habitantes. Aunque esto puede parecer un atropello contra la intimidad, los índices de violaciones y homicidios vienen descendiendo constantemente desde el 2002, y se equiparan con los de Suiza o Japón aunque el PIB per cápita es de una quinta parte.

“Yo para qué quiero votar si sé que puedo dejar la puerta abierta sin que me roben, y voy a tener dónde dormir y qué comer”, me respondió un chino cuando le hablé de política. Su frase revela, de algún modo, la relación entre el gobierno y el pueblo.

Veredicto: De puertas para afuera el PCCh tiene un poder político, social y económico muy fuerte, pero no está por encima de la ley. De puertas para adentro es una institución sectorizada que tiende a repartir el poder. Ciertamente, no es “1984” y el ciudadano promedio no es Winston Smith.

[A los lectores: Este artículo fue revisado el 15 de diciembre de 2014. Una versión anterior decía, "pero ni de Deng Xiaoping, ni de Xi Jinping, actual presidente, ni de Hu Jintao y Jiang Zemin, los dos ex presidentes que aun viven, hay monumentos"].

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[Crédito foto: Forbes]