“La revolución de los paraguas” se está haciendo agua

In by Andrea Pira

Después de dos semanas de  protestas en Hong Kong, parecen ahora estar muriendo lentamente. Por lo menos está es la sensación que queda en las calles y que transmiten los medios de comunicación.  

Como lo dijo el gobierno ejecutivo de Hong Kong, y se percibe en las calles de la ciudad, las manifestaciones agrupadas bajo #OccupyCentral están llegando a un punto insostenible. Vecinos y empresarios hacen eco al gobierno local. Dicen que “la ciudad no puede seguir paralizada”, y el apoyo de la ciudadanía ya no es evidente.

Las protestas de Hong Kong, que atraparon la atención del mundo durante la última semana, parecen ahora estar muriendo lentamente. Es la percepción desde la calle, los medios de comunicación y las autoridades. (Lea también: El diálogo en Hong Kong se complica por ataques a estudiantes).

Según los críticos, los motivos son la animadversión que se que ha generado entre comerciantes y vecinos a causa de las bruscas interrupciones de la actividad que generan; la falta de un liderazgo proactivo que capitalizara los avances logrados en los primeros días y que propusiera salidas realistas, y quizás también una razón que está por fuera del control de la política ciudadana: el mal clima.

Los comerciantes son quienes más se han visto perjudicados. “El comercio es el más afectado”, dijo Baniel Cheung, profesor de negocios de la Universidad de Hong Kong. “Las calles donde hay manifestaciones son el centro de los distritos de almacenes”, aseguró. Cheung agregó que la situación empeoró porque muchos de los turistas que se esperaban a partir del primero de octubre, Día Nacional de China y periodo de casi una semana de vacaciones en toda China continental, prefirieron mantenerse alejados. Esto es significativo, pues el turismo y el comercio representan el 10 por ciento del producto interno bruto de la región administrativa especial. (Lea también: Joshua Wong, el joven de 17 años que tiene marchando a Hong Kong).

“Pero, más que el impacto económico, lo importante es el impacto social que puede generar la polarización entre dos grandes grupos con opiniones en extremo opuestas: los que están a favor y los que están en contra de las protestas. Esto va a complicar mucho nuestro ambiente social y político y afectará indirectamente nuestro ambiente económico”, añadió.

Pekín, alerta

El efecto que estas protestas han generado en Pekín es incierto. Aunque en la prensa internacional se especula que el jefe ejecutivo de Hong Kong, Leung Chun-ying, ha perdido el apoyo del gobierno central de China, en los medios oficiales y en público el apoyo ha sido permanente.

Entre tanto, el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, les dijo a Estados Unidos y a Gran Bretaña, que se manifestaron a favor de las peticiones de los estudiantes, que no se entrometieran en los asuntos internos de China. Pekín, que, según fuentes del diario Wall Street Journal, esperaría a que se apagaran las marchas, estaría viendo el efecto de su política de paciencia.

Las interrupciones de la actividad económica han generado el efecto contrario a lo que buscaba la protesta. En muchos casos, en lugar de cohesionar a la ciudadanía, la ha dividido.

El viernes, la policía detuvo a un hombre que atacó a los manifestantes que bloqueaban Hennessy Road. Alegaba que tenía que llegar a trabajar para poder mantener a sus dos hijos.

Mientras tanto, en las calles del barrio de Mong Kok, un grupo anti-Occupy desmontó las barricadas puestas por los manifestantes.

El jueves, Leung Chun-ying designó una comisión oficial para entablar diálogos con los líderes de la manifestación. Sin embargo, advirtió que no accedería a algunas exigencias de los manifestantes, como que renunciara a su cargo, una de las condiciones impuestas por la Federación de Estudiantes para acabar la protesta.

Esta, sin embargo, no es una petición que Occupy Central, la otra organización que apoya las protestas, haya alzado como una de sus principales banderas, lo que ha generado algunas inconsistencias entre el liderazgo de las figuras más visibles.

Objetan los motivos de las protestas

“Me parece que estas personas no están muy enfocadas”, dijo una persona que trabajaba en el mercado inmobiliario, que no dio su nombre. “Y de repente hacen unas peticiones como que renuncie el jefe ejecutivo o que los turistas de la China continental no vengan a Hong Kong. ¿Qué tiene eso que ver con el sufragio universal?”, preguntó.

La mayor preocupación de los manifestantes es eliminar las condiciones que impone Pekín para aprobar a los candidatos para la elección de jefe ejecutivo en el 2017. Pero entre los manifestantes no hay un plan de ruta claro para lograrlo. A esto se suman días interminables de lluvia, que han calado en la moral de quienes ya llevan una semana esperando en el pavimento que la desobediencia ciudadana cuaje.

La consigna de la protesta, las sombrillas, parece estar jugándoles en contra, pues es precisamente la lluvia, sumada a la desarticulación de las peticiones de los protestantes, la que está desdibujando una de las protestas más grandes vistas en Hong Kong. 

Artículo escrito para El Tiempo, Colombia.

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[Crédito Foto: Santiago Villa/Archivo China-Files]