La nueva batalla del Pacífico

In by Andrea Pira

Con la creación de la zona de Defensa Aérea del Mar Oriental de China (ADIZ) Beijing ha elevado la tensión en el Pacífico. Estados Unidos, Japón y Corea ya respondieron con acciones a la creación de la zona, y hasta el momento China mantiene la calma pero asegura que hará cumplir su nueva reglamentación.
La primera respuesta oficial de China se dio el jueves, después de que el martes dos aviones B-52 estadounidenses sobrevolaran la zona. La zona de defensa aérea -cuya creación fue anunciada el sábado pasado- había provocado las reacciones de Japón y Estados Unidos, quienes advirtieron este movimiento como "desestabilizador" en un ámbito ya cubierto por las tensiones territoriales.

Los dos B- 52 estadounidenses que sobrevolaron la zona el lunes estaban supuestamente desarmados, según Washington. Sin embargo, la movida sugiere que el Pentágono continuará ignorando las demandas de identificación sobre suelo chino. Aun así, Obama anunció que las compañías aéreas comerciales si informarán a la aeronáutica china sobre sus vuelos sobre la zona, pero no afirmó lo mismo de los aviones militares, indicando que estos no tienen que rendirle cuentas a nadie.

La prensa occidental ha abrazado en gran medida la tesis de la "bofetada" de los EE.UU. a China, sólo para que quede claro quién es el jefe. El jueves por la mañana, Japón y Corea del Sur enviaron aviones de guerra a la zona, sin seguir los procedimientos establecidos por Beijing.

Por la tarde, la fuerza aérea china envió aviones de combate que hicieron "un patrullaje de rutina como una medida defensiva, y en consonancia con la práctica internacional común", según el portavoz del Ministerio de Defensa Yang Yujun.

Es importante aclarar que la ADIZ no es una zona de exclusión aérea o una extensión del espacio territorial. Se trata de una "zona de seguridad" lo suficientemente amplia como para protegerse de cualquier ataque a su territorio. Se define por la velocidad de los aviones modernos y el tiempo necesario para identificar las intenciones hostiles y preparar las defensas aéreas adecuadas.

En concreto, la agencia oficial de noticias china Xinhua ha informado, tras el establecimiento de la ADIZ , que los aviones que sobrevuelen la zona deben seguir los siguientes procedimientos:

1) La identificación del plan de vuelo.
2) Identificación por Radio -debe mantener las comunicaciones de radio de dos vías para todo el sobrevuelo-.
3) Identificación a través de transpondedor -si la aeronave está equipada con el dispositivo que puede transmitir un número de código específico para el radar en el suelo-.
4) La identificación del logo -es decir, la nacionalidad y el registro-.

En la práctica, se crea un espacio en el que se requiere que la aeronave no identificada se identifique ante las autoridades chinas. Desde cierta perspectiva, China tiene el derecho de crear esta zona: tanto Estados Unidos como Japón creadas su propia ADIZ –Japón en 1969 y estados Unidos conjuntamente con Canadá en 1950-.

El área japonesa fue creada precisamente durante la ocupación de posguerra por parte de estados Unidos la cual sería transferida al gobierno japonés en 1969. La zona delimitada en ese entonces maneja un territorio más amplio que la zona creada por los chinos, acercándose notablemente a Corea del Sur y Taiwán. Esta zona no ha sido oficialmente reconocida por China ni Rusia.

Además Corea del Sur también creo su zona en 1951. Claro, esta información no ha sido difundda por los medios corporativos occidentales, quienes han centrado sus críticas en el discurso pregonado por Washington y Tokio que acusan a China de cambiar "unilateralmente" el status quo en el Mar Oriental de China. La discusión va más allá de si la zona abarca las islas Diaoyu/Senkaku, pues lo importante es que la zona se superpone a la establecida por Japón en años anteriores.

En este punto, en teoría, si un avión sobrevolase el archipiélago en disputa debe señalar su presencia en Japón y China. Todo se complica cuando se tiene en cuenta que toda aeronave que sobrevolase las dos zonas superpuestas debe seguir las indicaciones tanto de los chinos y los japoneses. ¿Y si son diametralmente opuestas?

Según los críticos más agudos de la medida "unilateral" China, la ADIZ china se distingue de la de los EE.UU. por una razón: tal como lo entendemos , las normas chinas para el sobrevuelo de la zona no distinguen entre aviones volando en paralelo a la costa de China y las que se dirigen hacia el espacio aéreo territorial del país, a diferencia de los EE.UU..

Es decir, en la práctica, si un avión se dirige a otro lugar, pero pasa por ADIZ china aún debe cumplir con las normas establecidas por Beijing.

Ahora, para bajar el tono de la discusión, los medios de comunicación chinos han entrevistado a varios expertos quienes explican que la ADIZ no quiere ser una amenaza para ningún país vecino.

Beijing también reiteró que los vuelos regulares normales no tendrán que cambiar nada acerca de los procedimientos que ya utilizan cuando se dirigen al territorio chino, pero la prensa occidental ha dado un gran énfasis a la indicación dada por el gobierno de Tokio a las compañías aéreas japonesas, de no cumplir las demandas chinas.

El Global Times le ha dado a la historia una lectura interesante. La versión pop del Diario del Pueblo considera que el desafío de los EE.UU. es menos que infantil y dice que lo que realmente importa es el hecho de que el comando de China ha monitoreado el vuelo de dos B-52 a lo largo de todo el tramo de uso ADIZ.

El rendimiento de los músculos de Washington y la lectura que se les da por los medios occidentales tienen sobre todo que ver con una cuestión de dirección de la "opinión pública” -la capacidad de ejercer el poder blando-. Y es allí -más que en una situación estratégica bajo control después de todo- que Beijing debería invertir principalmente, parece decir el periódico chino. Allí está en juego lo que los chinos llaman perder la cara -o mianzi-, algo que en China es supremamente importante.

 Con el vuelo de dos B-52 , los EE.UU. han dejado claro que tienen la intención de hacer presencia militar en la zona para la aprobación de Beijing y cumplir con los procedimientos de ADIZ .

Pero además, la Casa Blanca anunció que, a pesar de no haber tomado una posición oficial sobre la controversia relativa a las islas Diaoyu/Senkaku , se siente obligado por el tratado que le obliga a proteger a Japón . Beijing no tiene herramientas militares –mucho menos tecnológicas- para forzar a Washington a cumplir con los procedimientos previstos en su ADIZ. Así que, por ahora, parece más como una declaración de principios. Por ahora, pues es sabido que China normalmente se toma su tiempo tiempo y tiene la memoria de hierro.

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