La masacre que no ocurrió en Henan

In by Andrea Pira

El mismo día de la matanza en Connecticut, en la provincia china de Henan, Min Yongjun, un hombre de 36 años hirió a 23 niños y a una anciana de 85 años con un cuchillo. Ambos casos revelan síntomas similares: sociópatas que atacan sin motivos aparentes a un grupo social.

En los últimos dos años, China ha visto un aumento de ataques que, por sus características, no pueden ser clasificados ni como atentados terroristas ni como prácticas del crimen organizado. Más bien, corresponden a la tipología del FBI que los cataloga con el término spree killing, que sucede cuando un individuo, por motivos personales, decide asesinar al mayor número de personas en el menor tiempo posible antes de ser abatido por la policía o suicidarse.
 
"No sólo es sorprendente que estas masacres sigan apareciendo, sino que  también es impactante la inacción del gobierno de Estados Unidos ", dijo Hu Xijin, redactor en jefe del periódico Global Times controlado por el Estado.

Pese a las condenas hacia Estados Unidos, la prensa oficial mantuvo el silencio ante el ataque en Henan y los cibernautas expresaron su rechazo no sólo ante los hechos sino hacia la actitud de sus medios de comunicación.

“Cuando los niños en los Estados Unidos se ven perjudicados, la nación entera comparte el dolor, el presidente es un río de lágrimas, y la gente de todo el mundo muestra su simpatía. Cuando los niños se ven perjudicados en China, los principales medios de comunicación minimizan la situación, los padres claman a los cielos y la tierra, pero los funcionarios a cargo se ponen a jugar”, escribió un usuario de Weibo.

Diferencia de los ataques: el acceso a las armas

A las 7 de la mañana del viernes pasado, Min Yongjun, de 36 años, ingresó en la vivienda de una mujer de 85 años cerca de una escuela primaria rural y tras golpearla repetidas ocasiones, la apuñaleó con un cuchillo que aparentemente halló en esa misma casa. Minutos después, arremetió contra los estudiantes de la escuela e hirió a 23 de ellos antes de ser controlado por los profesores y la policía. Logró deambular por casi media hora, afirmó la policía de Guangshan, en la provincia de Henan.
 
El Chutian Golden Dialy reportó que un niño de cinco años fue trasladado en condición crítica al hospital de Tongji. El menor se encontraba inconsciente con sangrado cerebral y una fractura en el cráneo.

El hospital también recibió a otros siete menores con heridas serias, desde amputaciones de dedos hasta heridas profundas en los rostros. En el transcurso del día, Rao Mingsheng, director de salud de la ciudad, manifestó luego que todas las víctimas se encontraban estables.
 
 “Esta mañana un hombre loco atacó a 22 niños en una escuela primaria en China. Pero el hombre loco tenía un cuchillo. ¿Número de muertos? Cero”, escribió Michael Moore, director de la película Bowling for Columbine en su cuenta de Twitter.
 
Desde 2010, las cifras de los ataques en China suman a 21 víctimas morales. La reciente masacre en Estados Unidos acabó con 27 vidas en unos minutos. Según Naciones Unidas, el país americano tiene cuatro veces el número de homicidios en China.
 
La diferencia radica en el acceso a armas de fuego en ambos países. En China, se aplican leyes estrictas frente a la venta, compra y posesión de armas.
 
Según la Regulación de armas de fuego, municiones y cacería de la República Popular China, “las armas sólo pueden ser portadas por el ejército, los paramilitares o el personal de seguridad que protege propiedad estatal de importancia. La posesión de armas por civiles es estrictamente vigilada y la única salvedad es con propósitos de caza”.

 “Cuando viajo a Estados Unidos siempre me dicen que en China no hay libertad. Pero aquí yo me siento libre, puedo caminar de noche tranquilo y sé que nadie tiene armas. Cuando estoy allá, nunca sé qué guardan las personas bajo sus cinturas”, comentó a China Files el doctor en Química de la Universidad de Química y Tecnología de Beijing, Jiang Zhizhong.
 
En este tipo de situaciones, siquiatras y los criminólogos, apuntan que las razones pueden variar desde malestares comunes de la época contemporánea como depresión o estrés, hasta enfermedades mentales severas como la esquizofrenia o la conducta sociópata. Coincide un historial mental que no ha sido detectado o no ha recibido tratamiento apropiado, poniendo en evidencia una falla común en la seguridad médica –especialmente en el área de psiquiatría- de ambos países.
 
En el caso de Min Yongjun, se habla de que “actúo por deseos de fama en vistas del eminente fin del mundo”, según el China Daily. Otras fuentes apuntan a “que su agresión obedecía a una epilepsia de por vida” o a que tenía una enfermedad mental según la prensa china. Ninguna versión ha sido confirmada por las autoridades chinas.
 
Historial preocupante

No es la primera vez que China registra actos similares contra niños y adolescentes en escuelas, o contra ciudadanos en lugares públicos.
 
Justo un día antes, un hombre de apellido Hu, de 25 años, fue arrestado como sospechoso de haber agredido con arma blanca a varias mujeres en el metro de Beijing aludiendo venganza por “desilusiones sentimentales”.
 
El 23 de marzo de 2010,  Zheng Minsheng de 41 años asesinó a ocho niños con un cuchillo en la escuela primaria de Nanping en la provincia de Fujian. El asesino fue ejecutado el 28 de abril, un mes después de su arresto.
 
Horas después de su ejecución, Chen Kangbing, un hombre de 33 años, ingresó en la escuela de Hongfu e hirió a 16 estudiantes y a una profesora. Chen también fue condenado y ejecutado.
 
El 29 de abril, Xu Yuyuan apuñaló a 28 estudiantes (la mayoría menores de 4 años), a dos profesores y a un guardia de seguridad en el distrito de Jiangsu. Un día más tarde, Wang Yonglai usó un martillo para herir gravemente a niños de preescolar y luego usó gasolina para inmolarse.
 
El 12 de mayo Wu Huanming de 48 años mató a siete niños y dos adultos e hirió a 11 personas más con un cuchillo en Hanzhong, distrito de Shaanxi. Después de ese evento, se iniciaron a censurar la difusión de estos hechos en la prensa, para evitar el efecto copycat.
 
No habría más sucesos similares hasta agosto de ese año, cuando Fang Jiantang de 26 años, cortó a 20 niños con un cuchillo de 60 centímetros, acabando con la vida de tres de ellos y un adulto.
 
En 2011 sólo se registraron dos hechos, uno en agosto cuando ocho niños entre cuatro y cinco años fueron heridos por un empleado de una guardería para trabajadores inmigrantes en Shanghái, y en septiembre, cuando una pequeña niña y tres adultos fueron asesinados con un hacha por Wang Hongbin de 30 años en Gongyi, Henan.
 
2012 había transcurrido sin pormenores publicados por la prensa hasta este viernes 14. 

Las personas que son encontradas con armas de fuego pueden ser sometidas a tres años de prisión, y si son involucradas a un crimen pueden recibir pena de muerte. Sin embargo, el creciente aumento no demuestra que las fuertes consecuencias penales son un control al hecho.

En China, el difícil acceso a las armas no limita las acciones pero sí su poder destructivo. Recordemos: El asesino de Connecticut iba armado con una pistola Sig Sauer, una Glock y dos fusiles semiautomáticos de uso militar; el agresor de Henan robó el cuchillo de la cocina de la casa de su primera víctima.

Publicado en La Nación (Argentina).

[ Foto: www.chinasmack.com ]