El dilema del petróleo iraní



In by Simone

La semana pasada la Unión Europea aprobó un embargo al petróleo iraní, que busca obligar a Teherán a retomar los diálogos sobre su programa nuclear y que se suma a la ley firmada por Barack Obama en diciembre que podría penalizar, en Estados Unidos, a compañías que compren el crudo iraní. Entre los países más preocupados por la medida está China, que tiene en Irán a su tercer mayor proveedor de petróleo y el origen del 11% del total de sus importaciones de crudo. 

Aunque Beijing ha rechazado unirse a cualquier iniciativa de sanciones contra el gobierno de Mahmud Ahmadineyad, en las últimas semanas se han visto señales de que busca diversificar aún más sus fuentes de provisión de crudo y depender menos de Teherán. Una visita del vicepresidente Wen Jiabao a Arabia Saudita, de lejos el primer proveedor chino de crudo y uno de los países más vocales en su apoyo a las sanciones a Irán, finalizó con el acuerdo de Sinopec para construir una refinería de US $8.500 millones en Yanbu en el Mar Rojo, que se convertirá en la primera de China en el extranjero.

China ha intentado mantener una postura no comprometida a lo largo de la tensa discusión sobre el programa nuclear iraní, que Teherán insiste es pacífico. “Incrementar la presión e imponer sanciones no es una estrategia constructiva”, señaló tajantemente el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado.

Aún así, Beijing le dejó claro a una delegación iraní que visitó China la semana pasada que regresar a la mesa de negociaciones era “una prioridad máxima”. Wen se manifestó fuertemente en contra de la posibilidad de que Irán desarrollase un arma nuclear, aunque defendió la compra de petróleo iraní como una actividad comercial normal. India, también uno de los mayores compradores de Irán, ha esgrimido una posición similar a la china.

Las compras de crudo de Irán por parte de China crecieron un 30% el año pasado, según la Administración General de Aduanas, pero en los últimos años Beijing ha intentado diversificar al máximo sus fuentes de crudo. ¿La razón? Evitar un corte en el suministro ante cualquier eventual problema, como la interrupción en las importaciones desde Libia ocasionada por la Primavera Árabe.

Así, en los últimos dos años han aumentado considerablemente las importaciones de países como Venezuela, Kazajstán, Irak, Omán y los Emiratos Árabes Unidos, que Wen visitó inmediatamente después de Riad. Angola es actualmente el segundo proveedor de Beijing, por detrás de Arabia Saudita.

Hace dos semanas, cuando Sudán del Sur -el país más joven del mundo- abrió la puja por su explotación petrolera, fueron dos compañías chinas -Sinopec y CNOOC- quienes se quedaron con los mayores contratos, en compañía de la malaya Petronas y la india ONGC. Con esta movida, China estaría asegurando aproximadamente el 5% de su total de importaciones de crudo.


[Foto cortesía de Remko Tanis]