“El arte latino en China es visto con novedad y sorpresa”: Alvaro Cirillo, coordinador del Pabellón latinoamericano de arte

In by Simone

En estas últimas semanas, Beijing se ha cubierto de arte y diseño. Hoy se inaugura el Beijing Design Week y las dos últimas semanas hemos visto dos ferias de arte importantes: el Beijing Art Fair y Art Beijing. En esta última, nos encontramos con Álvaro Cirillo, propietario de la galería Bandi Trazos, y quien se ha encargado de fomentar un pabellón latinoamericano en las ferias de arte más importantes de China.

¿Cómo ha sido la experiencia de vender y promover arte latino en China?

Estoy empezando una experiencia en Beijing luego de haber realizado un pabellón latinoamericano diez veces en Shanghai. Allí empezamos en 2006 anualmente, y luego semestralmente, en Art Shanghai y Shanghai Art Fair.

En esas ediciones vinieron más de 40 galerías de todo América Latina y de Estados Unidos que trabajan con arte latino, y 300 artistas. Fue una experiencia muy positiva. Además en algunas ocasiones vinculamos a galerías españolas y se transformó en un pabellón Iberoamericano. En 2011 el pabellón tomó una forma más americana, con galerías de Canadá y de Estados Unidos, y se convirtió en un espacio muy importante con más de 600 metros cuadrados, el más importante que ha visto la feria de Shanghai.

En esta ocasión en Beijing tenemos un espacio de 200 metros cuadrados, y nuestra intención es seguir en otras ferias, como Art Beijing. Esta primera llegada es para recoger experiencia, ver la reacción del público. Venimos con gente de Venezuela, Cuba, Colombia y Uruguay. También hay en menor cantidad artistas de Ecuador, Chile y Perú.

Los coleccionistas chinos invierten más en arte chino que en extranjero. ¿Cómo funciona esto para el arte latino?

Nosotros estamos en la búsqueda de un nicho dentro de los coleccionistas chinos que compran arte chino, que es lo que más respaldo a su inversión. Con sólo tener un pequeño segmento de toda esta torta ya tenemos un volumen interesantísimo comparado con América Latina, por la gran cantidad de millonarios chinos que hay, con la cantidad de personas que llegan a tener fortunas, incluso a edad temprana. Este país tiene muchos ricos jóvenes, y esto no es un dato menor, pues siempre se piensa en los grandes coleccionistas que han pasado los cincuenta.

Pero acá, hay otros millonarios de treinta años, con gustos e inquietudes propios de esas edad, y por eso cada vez más, traemos cosas más contemporáneas, más hacia el límite del arte tradicional.

¿Entonces, el perfil de los compradores de arte latino son jóvenes?

Son gente de 30 y 45 años, que corresponde a una franja menor comparada con los compradores en Europa o Estados Unidos. Muchos son de provincia, no de ciudades como Beijing o Shanghai, y que llegan a estas exposiciones sin saber que había un pabellón latinoamericano.

Lo importante es llegar a sorprenderlos. Para eso, hemos ideado un sistema que es colocar a todas las galerías juntas y así crear la sorpresa. Por venir de un país tan pequeños como Uruguay, con un peso bajo en influencia comercial, la mejor idea fue juntar a galerías de otros países, y de esa manera aprovechar las sinergias que se crean. Todos juntos podemos atraer más. De lo contrario, en estas ferias con 200 galerías, estaríamos perdidos. Venimos representados, en un mismo pabellón, en catálogo, en publicidad, todos juntos.

¿Pero ya se puede hablar de grandes coleccionistas chinos de arte latino?

Si. Este pabellón ya tiene sus coleccionistas que lo siguen y vienen cada año que venimos. No son muchos, pero si tenemos y son producto genuino de las galerías de arte que vienen a China. Yo tengo uno por ejemplo, que tiene una gran empresa de textiles que tiene sus principales clientes en Europa, y después de cuatro o cinco años de conocernos, él ya no tiene que venir a las ferias. Trabajamos con catálogos. Si viene, es más por camaradería, por pasar el rato.

¿Qué nivel de precios manejan en China?

Acá manejamos precios más altos. En general, la misma obra no debería cambiar su precio dependiendo de donde se venda. No se baja el precio por cambiar de país, menos si estás en China. Al contrario, en China se llegan a tener precios un poco más altos, por los costos de venir a las ferias. Cada galerista no gasta menos de 25.000 dólares para estar en una feria.

Pero en China, el precio nunca ha sido un problema. Nunca he visto que un chino no compre una obra porque no tiene plata. Si no la compra es porque no quiere o no le gusta. Siempre hay regateo. Por eso también se alzan un poco los precios, porque sabes que automáticamente vas a bajar un 10 o 15 por ciento.

¿Cómo ha sido la evolución en ventas? ¿Fueron mejores cuando recién llegaron o ahora?

Ahora sin duda. Las ventas han ido de la mano al crecimiento chino. Además China ha logrado un posicionamiento en los últimos momentos como mercado importante para el arte. Antes ocupada un cuarto lugar en volumen de ventas, hoy ya es el primero o segundo, y ya está superando a Estados Unidos en volumen de ventas.

¿Los chinos compran arte por inversión o por gusto?

Todo aquel chino que compra arte lo hace por mero gusto. No creo que haya un aspecto especulativo, pues además muy pocos realmente conocen cómo está cotizado un artista, la fluctuación de los precios. Esto es algo que no pueden controlar. Si lo compran es porque le gustó.

Y en todos estos años, ¿por qué no establecer una galería en China? Tuve una en Shanghai por un año, pero implicaba una dedicación del 100%. Para tener una galería en China, uno tiene que estar en China. Y yo no vivo acá. Si uno se instala en China, si puede ser muy rentable tener una galería.

De todas formas hemos tenido proyectos buenos, de cooperación local con otras galerías. Tengo una galería en Seúl, en donde el arte latino se mueve muy bien. Potencialmente si China se vuelve así, estaríamos hablando de algo muy importante.

¿Cómo es visto el arte latino en China?

Con novedad y con sorpresa, al haber traído tantas galerías, con propuestas de países tan diferentes. Una cosa es un pintor del valle del Cauca [Colombia, ndp] o de Tierra de Fuego [Argentina, ndp], pues usan paletas de colores diferentes. Es un calidoscopio de texturas y colores que lo hace interesante. Acá se ve mucha homogeneidad. Pero si alguien nos ve, dice “acá pasa algo raro. Algo está sucediendo”.

¿El chino ve una imagen del nuevo mundo en el arte latino o ven simplemente propuestas de arte distintas?

Después de conocer tanto a los chinos uno se da cuenta que China es el mundo de ellos. Es difícil que un chino piense que China forma parte de otra cosa: ellos ven a su país como el top, como lo único que existe. Mostrarles otra cosa es un desafío, sobre todo por esa mentalidad que tienen. Y por que no hay una claridad entre cada país. Nosotros, todos, somos una gran masa gris en su mente.

¿Y falta presencia latinoamericana?

El latino tiene grandes chances en China. Hay grandes oportunidades, que son difícil pero también se encuentran cosas que resultan atractivas. Y falta presencia sin duda. Las galerías no vienen por la duda que genera China. Antes era muy difícil traerlas. Ahora ya no es así, porque los resultados están y el boca a boca sigue. Ya muchos se atreven a dar el salto.

Pero el gran cambio cuantitativo y cualitativo se dará cuando más galerías americanas lleguen a China, porque tendremos más presencia en China. Son un motor para nuestro beneficio. Y si somos más, atraemos a más gente a nuestro pabellón. Es una sana competencia. 

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[Crédito foto: Natalia Tobón Tobón, China Files]