Uno de los objetivos de Ecuador durante los dos últimos años ha sido estrechar las relaciones con China más allá de los temas diplomáticos y económicos. Como parte de esa estrategia para intensificar el diálogo político de alto nivel entre los dos países, han visitado tres ministros del gobierno de Rafael Correa en el último mes. Con la visita de la ministra de Salud Carina Vince, Ecuador comienza a poner en marcha los acuerdos en materia sanitaria que los dos países firmaron hace pocos meses.
“Estamos trabajando en varios frentes en la embajada. En el campo político y diplomático estamos intensificando las visitas de alto nivel, realizando encuentros de nuestros ministros, viceministros y subsecretarios con gran frecuencia”, había señalado a China Files hace seis meses el embajador ecuatoriano Leonardo Arízaga. Y efectivamente con la visita del ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación René Ramírez y la ministra de Cultura Erika Sylva en tres semanas, el país andino no sólo está intensificando, sino ampliándolo hacia nuevos campos.
La visita de Vance tuvo como objetivo aumentar la cooperación en salud con China y buscar apoyo en el país asiático para un ambicioso plan de salud que tiene previsto construir o remplazar mil centros de salud en cinco años. En total, el gobierno ecuatoriano planea invertir unos US $1.700 millones en salud este año, casi cuatro veces el nivel de inversión en esa área hace seis años.
Uno de los objetivos de la visita de Vance era firmar un contrato para la compra de cerca de 200 ambulancias y el equipamiento para 60 salas de emergencia a nivel nacional, costeadas por 50 millones de dólares que forman parte de la línea de crédito por más de US $2.000 millones que el Eximbank chino concedió a Quito el año pasado. “Con esto queremos fortalecer la atención prehospitalaria”, señala Vance.
Esta primera estrecha colaboración entre China y Ecuador en materia sanitaria verá la completa remodelación de poco menos de la mitad de las 144 salas de emergencia que hay en el país andino actualmente. También prevé la instalación de dos salas especializadas en trauma en Guayaquil y Cuenca, con la meta de reducir las tasas de morbilidad y mortalidad en estas ciudades como resultado del alto índice de accidentes de tránsito. La cooperación con China pasaría no solamente por el equipamiento de estas instalaciones médicas, sino también por la formación y capacitación del personal ecuatoriano que quedará a cargo de ellas.
Con un fuerte énfasis en la salud como un derecho fundamental, el gobierno ecuatoriano ha conseguido ampliar en apenas cuatro años el número de atenciones en el sistema de salud pública de 16 millones a 34 millones. “Hemos logrado incrementar el acceso universal y ahora el enfoque es sobre la calidad. A lo que estamos aspirando es que la salud sea un derecho y no un privilegio”, señala Vance. Para ello, el Ministerio se ha propuesto certificar diez procesos críticos con el ISO en dos años en sus 44 hospitales más grandes.
El convenio de cooperación en salud que formaron los dos países en junio pasado contempla además el trabajo conjunto en áreas como la formación en respuesta a emergencias y desastres, así como el conocimiento de la medicina tradicional china para mejorar la atención integral en Ecuador.
De igual manera se están adelantando trámites para fortalecer los vínculos educativos entre los dos países, de manera que jóvenes médicos ecuatorianos puedan realizar pasantías de corta estancia en áreas como unidades de trauma. Asimismo, Vance fue la única latinoamericana presente en el Foro Internacional de Salud Pública que se realizó la semana pasada en Beijing.
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