En China hay 356 millones de fumadores, que equivale al 30% del consumo mundial. Si el ritmo sigue así, se estima que para 2030, el 43% de las muertes del mundo por causa de enfermedades relacionadas al tabaco tendrán lugar en China, que se traduciría en tres millones y medio de personas. Hoy esta cifra bordea el 20%. Según el reporte “Control de tabaco y el futuro de China” de las 738 millones de fumadores pasivos, 182 millones son niños.
“Un cigarrillo después de la comida te hace feliz”, dice un famoso dicho chino. En el país más poblado del mundo, aún hoy, fumar es símbolo de poder y respeto. Mao Zedong era retratado con un cigarrillo en mano, y las historias de la magnitud de su vicio hacen parte de su biografía. El estatus va a tal nivel, que curiosamente una de las marcas más famosas en China lleva el mismo nombre de los cuarteles generales del Partido Comunista: Zhongnanhai.
El 60% de los fumadores en China son hombres. Regalar cigarrillos en ocasiones especiales está bien visto, y en muchos matrimonios parte de la tradición es que los hombres fumen un cigarrillo con el novio. El peso social e histórico es quizá uno de los más grandes impedimentos frente a la concienciación social de los problemas que deja el tabaquismo.
Sólo hasta 2006, cuando entró en vigencia el Convenio marco para el control del tabaco de la Organización mundial de la salud y comenzaron a difundirse los efectos nocivos del cigarrillo, el concepto positivo frente al cigarrillo comenzó a menguar.
Pero los resultados aún son escasos y al contrario, se cree que la situación empeorará. Las razones de la fallida campaña contra el tabaco en China van desde las jugosas contribuciones que realizan las tabacaleras hasta la difícil puesta en marcha de las reglamentaciones que incluye el convenio marco de la OMS.
El poder está en manos de las autoridades que no han podido poner en marcha todas las campañas. Dentro del doceavo plan quinquenal ya se incluyó el control del tabaquismo como un punto importante e incluso se calcula que se gastan anualmente 20 millones de yuanes (3 millones de dólares) en proyectos antitabaco. Sin embargo requerimientos importantes del Convenio, como la impresión de avisos grandes y claros que ocupen la mitad de cada paquete de cigarrillos que indiquen que fumar es nocivo para la salud, aún no han entrado en vigor.
Pero el problema apunta especialmente a que la misma institución que tiene como responsabilidad el control del tabaquismo en China, es el mismo ente regulador de la industria tabacalera: el Ministerio de Industria y tecnologías de la información. La Corporación Nacional China de Tabaco, productora del 95% de los cigarrillos en el país y la empresa más grande del mundo en la industria tabacalera, es subsidiaria de la Administración del monopolio de tabaco, manejada directamente por el Ministerio. En 2008, antecediendo los Juegos Olímpicos, se intentó, en vano, crear zonas no fumadoras y prohibir el cigarrillo en lugares públicos cerrados. Sin embargo, un recorrido por cualquier ciudad china en un restaurante, bar, o incluso un ascensor, demuestra que hoy, cuatro años después, falta mucho para que esta regla entre en funcionamiento.
Según los planes locales, se pensaba por ejemplo, que Beijing fuera una ciudad libre de cigarrillo en áreas cerradas en 2010. Hoy, esta reglamentación se ha pospuesto hasta 2015. El Ministerio ha declarado que, iniciando 2013, una legislación fuerte entrará en vigor, prohibiendo el cigarrillo en los espacios cerrados de hoteles, restaurantes, bares, salones de mahjong y discotecas. Si esta reglamentación se incumple, las multas podrían alcanzar los 5.000 yuanes (784 dólares) y hasta 50 yuanes (7.8 dólares) para personas comunes.
Impuestos lucrativos
China produce un tercio de todos los cigarrillos producidos en el mundo. Las compañías tabacaleras chinas son en su mayoría compañías estatales, que generan un gran ingreso en impuestos para cada localidad. Se calcula que el 10% de todos los impuestos recolectados en China vienen de esta industria, con 600 mil millones de yuanes (94 mil millones de dólares). E incluso provincias como Yunnan, Guizhou y Hunan dependen enteramente de los impuestos tabacaleros.
En 2010 la estrecha relación entre administración regional y las tabacaleras se vio cuando estalló el escándalo de las escuelas públicas financiadas precisamente por estas compañías (Lea "Las empresas tabacaleras financian escuelas en China").
La relación es tan benéfica para las tabacaleras, que aún no existe una ley que reglamente o limite la publicidad frente al tabaco. De hecho entre las diez empresas más responsables socialmente se encuentran tres tabacaleras: la Hongta Group, Guangdong Shuanxi y Shanghai Tobacco. Según un reporte de China Daily, citando fuentes oficiales, en 2010 la Administración de Monopolio de tabaco donó 10 millones de yuanes (1 millón y medio de dólares) para proyectos sociales y dos fondos para una fundación para el desarrollo de la mujer.
Pero, a diferencia de otros países del mundo, donde los impuestos provienen principalmente del alto precio de los cigarrillos, en China la rentabilidad viene de la cantidad. Los cigarrillos son relativamente económicos y se encuentran más de 900 marcas diferentes, con precios que pueden ir desde los 8 yuanes (1 dólar y medio) hasta los 200 yuanes (31 dólares).
El día contra el tabaco
El día en contra del tabaco se celebró con gran ímpetu. Y en primera plana, algunos medios que conmemoraron el día, publicaron la foto de Bill Gates y de Peng Liyuan, la embajadora china contra el tabaco y esposa de Xi Jinping, posible futuro presidente de China.
Bill Gates, con su esposa Melinda, impulsan en China una campaña contra el tabaco, a través de la fundación que lleva sus nombres y que busca fomentar siete ciudades libres de tabaco en China, incluyendo importantes ciudades como Ningbo o Qingdao.
En tanto, se anunció que el Ministerio de la salud ha impuesto una nueva regla. Desde el primero de mayo de este año, los establecimientos que violen la prohibición de fumar en lugares públicos, recibirán multas desde los 20 yuanes (3.14 dólares) hasta los 500 yuanes (784 dólares). Un pequeño paso ante un enorme problema.
Fotos de Joel Abroad y Will De Freitas.
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