Simón Miranda, periodista colombiano de China Files, presenta una columna de opinión sobre la compra del 20% del Atlético Madrid por parte del empresario chino Wang Jianlin. ¿Está el fútbol desnaturalizándose en el camino a convertirse un commodity multinacional? El deporte más popular en el mundo, como se le suele llamar al fútbol, está viviendo una contradicción. Por un lado hay quienes dicen que es un negocio gigantesco, sin embargo, hay quienes creen que sólo es un vehículo para la distracción de las mayorías.
Negocio o no, lucrativo o no, el fútbol no deja de ser un deporte que mueve pasiones y emociones. Es por esto que no se puede perder la esencia con la que Uruguay alzó la primera Copa del Mundo, la alegría con la que Di Stefano, Pelé, Maradona y ahora, Messi y Cristiano Ronaldo, corren detrás del balón. Tampoco se puede perder el catenaccio italiano, la elegancia de la España campeona de dos Eurocopas y un Mundial, y mucho menos, la alegría de la selección Colombia que bailó en Brasil 2014.
El fútbol no puede dejar de ser lo que es. No puede dejarse llevar por la velocidad de un mundo capitalista, cambiante, que basa todo en la utilidad y el precio. Por eso, ante la noticia de la compra del 20% del Atlético de Madrid por parte del multimillonario chino Wang Jianlin, me ha hecho pensar, nuevamente, que con los años el fútbol se ha venido desnaturalizando.
Es que es el ‘Atleti’ del Cholo, el equipo que con las uñas logró rasgarle una Liga al Barcelona y al Real Madrid, el mismo que dejó por fuera de la Champions al Chelsea de Mourinho, el equipo de unos tales Costa, Godín, Felipe Luiz, Koke y Raul García. El equipo que sin muchos recursos económicos, con una enorme deuda y una historia de malas administraciones, pasará a ser respaldado por un gigante chino, que sabrá Migue Ángel Gil, cuánto sabe de fútbol.
La historia se repite. Ya pasó con el Chelsea. Esa vez un ruso, Roman Abramovich, decidió comprar un equipo que para ese entonces sólo había ganado en una ocasión la liga inglesa, acumulaba apenas tres copas FA y no figuraba internacionalmente. Inyectó dinero, compró grandes jugadores, relegó la formación de nuevos talentos y a partir de ese proyecto económico logró encumbrarse deportivamente en el fútbol inglés.
En 2008, el Abu Dhabi Group, compró el Manchester City. Pisaron fuerte rompiendo record de transferencia en el fútbol inglés, pagaron 32,5 millones de libras por Robinho, anunciando así como serían los próximos años. Hoy por hoy, el equipo ‘ciudadano’, que ha gastado cientos de millones de dólares en fichajes, no es capaz de pasar de octavos de final en la Champions League.
La globalización evidencia el alcance que tiene el fútbol. Por lo tanto y por el bien de éste, ojalá que la llegada de Wang a Madrid sea beneficiosa para el Atleti, porque lo último que quisiera ver, es al equipo colchonero lleno de estrellas pero desnaturalizado en su esencia, en su rigor, en su tenacidad, en su fútbol, solo por ganarse unos pesos de más.