David Huo: el chino que puso a bailar casino a los pekineses

In by Simone

“La primera vez que fui a un bar de salsa en Beijing en 1999, había muchos latinos: colombianos, venezolanos, mexicanos. Yo quise aprender a bailar como un cubano” confiesa Huo Yaofei, o David en español, único campeón mundial de salsa en China y fundador de la Casa de David. 

 


La Casa de David se ha convertido en el centro de la música latina en Beijing. Fue establecida en 2004, y desde entonces ya han pasado por sus puertas más de 3,200 miembros. Fue reconocido desde su inicio como el un centro aprobado para enseñar casino por la Embajada de Cuba y como un centro de comunicación artística chino cubana. Todo esto, debido al carácter de David. 


 
David con Abel Prieto, Ministro de Cultura de Cuba

“Los chinos tenemos un entendimiento parcial de la danza. Desde pequeños crecemos con la impresión de que el baile es un arte escénico y que los bailarines masculinos son algo afeminados. Pero el casino cambio radicalmente mi percepción. En vez de bailar para que los demás miren, estás tú mismo divirtiéndote. Me enamoré a primera vista” cuenta David. Desde ese entonces ha viajado ya ocho veces a Cuba a aprender y mejorar su técnica. “Al llegar a Cuba descubrí el verdadero atractivo de la salsa, como música y como baile. Entre tantos estilos de salsa, como el de Nueva York, Puerto Rico, Colombia, entre otros, el que más me gusta es el de Cuba porque es más original y es la raíz de todos los tipos de salsa. En Cuba a ese estilo le dicen casino y cuando se baila en grupo, se forman las ruedas de casino. Si bailas muy bien, puedes bailar al mismo tiempo con dos, incluso tres mujeres. Los cubanos no bailan la salsa, más bien juegan con la salsa”. 

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Con Pio Leyva y Omara Portuondo, de Buena Vista Social Club


David y Amadito Valdes, timbalero de Buena Vista Social Club 

David es una de las primeras personas dedicadas a la popularización de la salsa en China. En 2005, en su tercer viaje a Cuba, David Huo obtuvo el primer premio en el III Festival Internacional de salsa en La Habana, Cuba, y en el que participaron bailarines de más de 40 países. Ese mismo año fue elegido como uno de los diez deportistas más destacados de China, acto copatrocinado por CCTV (Televisión Central de China) y la Administración Estatal de Deportes. Con el objetivo de popularizar la salsa en China, la Administración Estatal de Deportes organizó en 2008 el primer Concurso Nacional de Salsa. David quedó de campeón y en las siguientes versiones ha sido jurado. A parte de sus clases en la Casa de David y en la Academia de Danza de Beijing, David enseña a bailar en televisión. Comenzó en 2003 en un programa matutino de CCTV, repitiendo esta práctica en 2008 y 2009 y este año planea nuevas emisiones con la televisión de Beijing. En 2010, creó el primer grupo profesional de espectáculo de salsa cubana de China, David y sus Camineros, compuesto por algunos miembros del club. y en pocos meses ya han tenido más de diez presentaciones comerciales. 


David y su hermana huofengqiao o "queen" bailando en un concurso 

David afirma que los premios ni la fama. Lo que el valora es el trabajo diario. “La salsa es un baile para agradarse a sí mismo, y no para agradar el público. El bailarín de salsa, como el doctor de la medicina tradicional china, entre más viejo más valioso. En ballet, por ejemplo, los bailarines deben ser jóvenes. Después de los cuarenta, nadie baila en el escenario, porque ya no posee la figura necesaria. Pero en salsa, se puede bailar a cualquier edad. Cuando uno tiene ochenta años escuchando y bailando música, el casino ya está enraizado en tu cuerpo, y por eso es que un anciano baila mejor que un joven de veinte”. 


En una presentación de televisión, David y dos bailarinas 

Su visión es sencilla: bailar salsa es un proceso de acumulación. Así que para él, su principal mandato es prepararse todos los días, pues sin ejercicios cotidianos se pierde la esencia y el alma del baile. David Huo baila salsa con una fuerza y pasión impresionante. Con esa misma energía enseña a muchos chinos y extranjeros que quieren aprender a moverse como él en el escenario. Su labor como profesor precisa de sentimiento y sensibilidad. 

“Para enseñar a bailar tengo mis propios métodos, que no se limitan a enseñar los pasos básicos, sino ayudar a mis alumnos a sentir y comprender la música. Esto es lo que nos distingue de los demás talleres de baile. Luego de tantos años estudiando y viviendo en Cuba, ya soy capaz de analizar y explicar el ritmo”. Mucha gente considera que para los chinos es muy difícil bailar salsa, aun más bailarla bien. Pero David y muchos de sus estudiantes es una muestra de que esta concepción es falsa. “Tengo numerosos alumnos que ya hoy se han convertido en profesores. La mayoría nunca había tenido contacto con esta música. Pero, después de un tiempo bailan perfectamente. Con prácticas y buenos métodos, todo es posible. Los chinos somos inteligentes y tenemos una destacable capacidad imitativa” afirma. 


Una de las fiestas que David organiza en su estudio

Según él, los chinos aprenden más rápido que muchos extranjeros, incluyendo a aquellos cercanos a Latinoamérica como los italianos o los franceses. “Pero los extranjeros tienen una gran ventaja: tienen una mente y un corazón relajados. Esto es muy importante para bailar salsa y los chinos nos ponemos nerviosos”. 

“Piensan que soy cubano” 

Durante sus clases, David mezcla sus pasos con palabras de español. ¡Arriba, abajo, izquierda, derecha, paso básico, casino! Además, en cada nivel va profundizando su enseñanza con explicaciones de la melodía y ritmo, las regiones de donde provienen y sus diferencias culturales. Aprender a bailar música latina con David, es aprender un poco de América Latina. 

“Bailar al compás del ritmo es un dominio superficial. Entender la música es más profundo. Y de eso, surge un entendimiento de la cultura latina. Muchas personas, al igual que yo, empiezan a tener interés por la cultura cubana y latinoamericana después de aprender a bailar salsa, incluso algunos empiezan a estudiar español”. David cuenta que varios de sus estudiantes desarrollan un interés especial por la región latinoamericana: buscan las noticias de estos países, organizan viajes, desarrollan negocios y hay algunos que incluso terminan casándose con hombres y mujeres latinoamericanos. 

La pasión de David, sin embargo, es por Cuba. “Me gusta Cuba y cada año trato de visitarla. Ya he recorrido casi todas las ciudades de Cuba, para ver su baile y hacerme amigo de los locales. Mucha gente dice que amo ese país más que los mismos cubanos”. Y esta pasión ha entrado en sus venas, al punto de haber cambiado su comportamiento. Es sencillo. Hoy en día se declara más feliz. “¡La alegría! La salsa es divertida y tiene la fuerza para agradar. Al sonar la música ya sientes un gran placer. Además, de que es un buen ejercicio físico, buen método para adelgazar y de hacer amigos. Pero lo más importante, la salsa es un baile que produce alegría”. 


En la Habana con un grupo de bailarinas profesionales cubanas

En general, los chinos son personas cerradas y tímidas. Pero desde que conoció la música y cultura latina considera que es más abierto y comunicativo. “Lo mismo sucede también con algunos de mis alumnos. Por ejemplo, antes solo vestían ropa de color oscuro, pero ahora les gusta probar vestidos de colores alegres, y conocer nuevos amigos. La salsa es mi trabajo, también es mi vida. No me separo ni un día de mi salsa. Estoy orgulloso de ser un salsero, un casinero. Muchos incluso, ya piensan que soy cubano y no chino. 

Recientemente David Huo participó en la segunda sesión de Facción Latina "Del cha cha chá al son de la cultura latinoamericana" por su labor como promotor de la cultura latinoamericana en China.  

Fotos cortesía David Huo. Para conocer más de la Casa de David, visiten su página.