Cortos latinoamericanos protagonistas en el festival de la Academia de Cine de Beijing

In by Simone

Con una fuerte presencia latinoamericana se llevó a cabo la última edición del Festival de la Academia de Cine de Beijing, uno de los más prestigiosos para estudiantes de cine en el mundo. Siete jóvenes realizadores latinoamericanos –incluyendo a dos colombianos y dos mexicanos- presentaron sus cortometrajes en la escuela donde se gestó el boom del cine contemporáneo chino.
Siete cortometrajes latinoamericanos figuraron entre los 88 títulos de 36 países que fueron seleccionados para la décima edición del festival de cine estudiantil que se lleva a cabo cada año en la Academia de Cine de Beijing, la más importante de China y la más grande de Asia. En un festival donde gran parte de las películas fueron comedias, varios de los trabajos latinoamericanos gustaron mucho.

Una de ellos fue Hasta que la muerte nos separe de la argentina Carolina Carrillo, una historia de amor absurda entre un hombre postrado en una silla de ruedas y una mujer locamente enamorada que no sospecha que la enfermedad de su pareja es ficticia y tiene como único fin aburrirla.

“Nuestro corto es una película de humor negro y la gente se rió, que es lo que siempre ansiamos que pase”, contó a China Files Carrillo, egresada de la ENERC -la escuela que depende del Instituto Nacional de Cine argentino (INCAA)- y recién aterrizada de competir con el corto en el festival gallego de Ourense. “Muchos nos hicieron saber que les había gustado mucho y se acercaron a darnos su opinión, algo que nos interesa mucho, más cuando el público es tan diferente al que estamos acostumbrados”.

También tuvo buena acogida El vampirito, del colombiano Pablo Navarro, con su historia de un hombre que desde chiquito sueña con ser vampiro y que –habiendo hecho todo lo posible por lograrlo, sometiéndose a operaciones para aclarar su piel y añadiéndose colmillos- descubre que su vida no es exactamente cómo se la había imaginado.

Café con leche del colombiano Mauricio Leiva Cock llamó la atención del público chino con su mirada íntima a la relación entre un campesino y ‘La Negra’, la vaca que le da el sustento pero que un día amanece sin leche.

“Mucha gente se me acercaba y me preguntaba por qué había decidido contar una historia rural”, señaló a China Files su director, que está terminando sus estudios en la Universidad de Columbia, en Nueva York. “Les parecía sorpresivo que yo, siendo occidental, hiciera algo que no tuviera una viabilidad comercial tan evidente”.

“Era la primera vez que la veía en una pantalla gigante y ante mil personas.”, añadió el joven realizador colombiano, cuyo corto venía de ganar un premio en el festival de cine latinoamericano de Biarritz. “Me sorprendió cómo se perciben los paisajes al trasladarlo a ese formato”.

De México se presentó Venecia, Sinaloa de Betzabé García, la historia de un joven que se enfrenta a la inundación de su pueblo en el norte del país y decide socorrerlo recurriendo a la estrategia de construir puentes de madera que descubre en las imágenes de Venecia sobreaguada que ve en las noticias.

Completaron el cartel latinoamericano la mexicana El globo azul de Izabel Acevedo, sobre una niña que fantasea con una vida diferente a la suya al son del Cantar de los Cantares; el corto documental Lo que sueñan las abejas del cubano Jean León, sobre un pueblo en la Sierra Maestra cuya vida gira en torno a la apicultura y la brasilera Un viaje a la luna, del brasilero Daniel Pech.

La Academia de Cine de Beijing, fundada poco tiempo después del final de la Primera Guerra Mundial, se convirtió tras la Revolución Cultural en el lugar donde se formaron los realizadores que revitalizaron el cine chino y lo convirtieron en un protagonista habitual de los más importantes festivales de cine a nivel mundial.

Por sus salones pasaron los aclamados directores de la “quinta generación”, como Chen Kaige (ganador de la Palma de Oro en el Festival de Cannes con Adiós a mi concubina), Zhang Yimou (Oso de oro en Berlín con Sorgo rojo, dos veces vencedor en Venecia, con La historia de Qiu Jiu y Ni uno menos, y responsable de las ceremonias de inauguración y clausura de los Juegos Olímpicos de Beijing) y Tiang Zhuangzhuang. Entre la ola más reciente de graduados figuran directores de la “sexta generación” como Jia Zhangke, León de Oro en Venecia con Naturaleza muerta.

“Presentar el corto en la Academia es un honor, por la gente que ha pasado por ella, pero lo que más tiene valor es proyectar mi trabajo en un país tan culturalmente diferente al mío y ver que se crea un espacio de discusión sobre la película”, concluyó Mauricio Leiva Cock.