Beijing se sometió a una completa cirugía plástica para los Juegos Olímpicos de 2008. Un complejo deportivo de último nivel -coronado por el estadio-nido de pájaro de Herzog & de Meuron-, un espectacular teatro con forma de huevo, una suntuosa torre de televisión de Rem Koolhaas y un flamante museo de arte de Arata Isozaki. Parte central -aunque menos obvia- de esa transformación urbana es el aeropuerto, cuyo tercer terminal diseñado por el estudio del arquitecto británico Norman Foster se convirtió en la edificación más grande del mundo en área construida, superando al Pentágono. (Como siempre, Dubai dio muestras de ser pésimo perdedor y ya superó a todos).
A pesar de que los Juegos Olímpicos se adjudican con suficiente tiempo como para permitir la planeación de nuevas construcciones, el tamaño de los proyectos -y de las ambiciones- que tenía China para su capital ponían las cosas difíciles. “En noviembre de 2003 nos ganamos el contrato. Una semana después, teníamos que tener una oficina montada ya en Beijing”, contaba Mouzhan Majidi, el arquitecto que lideró el proyecto, al New York Times.
En cuatro años, con 50 mil obreros trabajando a contrarreloj, la célebre firma entregó el terminal: una edificación de más de tres kilómetros de largo que puede recibir 50 millones de pasajeros y que costó 3.800 millones de dólares. Desde el comienzo, la firma hizo énfasis en que su diseño está basado en muchos elementos de la tradición china, desde el techo escamoso que recuerda un dragón hasta la predominancia del rojo y el amarillo, inspiración de la Ciudad Prohibida. También consultaron permantemente con un experto en feng shui durante la etapa de diseño. La enorme estructura de acero y vidrio que recibe amplia iluminación natural a través de los grandes ventanales y tragaluces.
El aeropuerto de Foster + Partners no sólo forma parte de los ambiciosos planes de Beijing para los Juegos que se realizaron hace cuatro años. De hecho, el gobierno chino planea construir 97 aeropuertos en todo el país antes de 2020. Y tampoco descarta que la capital china necesite un segundo aeropuerto de gran envergadura.
[Fotos de Foster + Partners]
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