Los flujos de capital entre China y el extranjero han recibido un nuevo impulso, que ha estado rodeado de una enorme expectativa en el mundo de las finanzas. El esquema Shanghai-Hong Kong Stock Connect, lanzado el lunes en Hong Kong, es una plataforma que les permite a los inversionistas extranjeros comprar acciones de compañías registradas en la bolsa de Shanghái, y a los ahorradores chinos invertir en compañías extranjeras.
El lunes 17 de septiembre, la apertura de bolsas que atrajo a los ojos del mundo no se anunció con un toque de campana, sino con un golpe de gong. China ha dado uno de sus pasos más importantes para abrir las bolsas de las ciudades continentales a los mercados extranjeros, a través del esquema Shanghai-Hong Kong Stock Connect.
Como su nombre en inglés lo indica, este nuevo esquema permite la circulación de capital entre China y Hong Kong con mucha mayor facilidad que antes. Esto porque se ha establecido un puente entre las bolsas de Shanghái, en la que están registradas muchas compañías chinas y a la que los ciudadanos de China tienen acceso, y la de Hong Kong, que está integrada a los mercados internacionales.
En pocas palabras, esto permite que los ciudadanos chinos inviertan en compañías extranjeras (que estén registradas en la bolsa de Hong Kong), y que los extranjeros inviertan en compañías chinas (que estén registradas en la bolsa de Shanghái).
Esto tiene el potencial de cambiar el juego de los mercados internacionales porque China tiene una represa descomunal de ahorros privados. Tiene la tasa de ahorros más alta del mundo (aproximadamente 35%), y aproximadamente 7 billones de dólares en ahorros privados.
Por supuesto que hay límites. El tsunami de liquidez que ocasionaría desatar estos ahorros en los mercados internacionales desequilibraría a la economía de China y las bolsas mundiales. Los supervisores deben aprobar las transacciones que entren a la bolsa de Shanghái desde Hong Kong, y viceversa. El plan piloto contempla, para el vínculo que va de Hong Kong a Shanghái, es decir el dinero que ingresa a China, una cuota máxima de 300.000 millones de yuanes renminbi (49.000 millones de dólares) y 13.000 millones de yuanes renminbi diarios (2.100 millones de dólares). Y para el vínculo que va de Shanghái a Hong Kong, es decir el dinero que sale de la China continental, una cuota de 250.000 millones de yuanes renminbi (40.000 millones de dólares), y salida de máximo 10.500 millones de yuanes renmenbi (1.700 millones de dólares).
Las consecuencias que puede tener para las compañías extranjeras saber que podrían tener acceso a los titánicos ahorros de potenciales inversionistas chinos genera importantes expectativas.
"Esto es un hito en la apertura de los mercados financieros de China y un importante paso en el desarrollo de Hong Kong como un puente único entre los inversionistas internacionales y de China continental", dijo durante la ceremonia C K Chow, presidente de Hong Kong Exchanges and Clearing Limited, compañía dueña de la bolsa de Hong Kong.
Para fortalecer el lanzamiento, habrá exenciones a los impuestos por ingresos en las operaciones del Shanghai-Hong Kong Connect.
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