El año nuevo chino, según manda la tradición, debe ser celebrado en familia. Por eso cada año millones de personas se congregan en los principales centros de transporte ferroviario, terrestre y aéreo de China, buscando un tiquete que los lleve de regreso a casa. Con el crecimiento urbano del país –que este año igualó a la población rural-, la masa migrante ha crecido. El festival de primavera, como se conoce el periodo de quince días después del año nuevo lunar, son las vacaciones que casi toda la población china toma para estar con sus familiares, dando paso a la mayor migración del mundo.
Se calcula que desde inicios de enero hasta febrero 16, fecha en que todo regresará a la normalidad, los chinos realizarán 3.200 millones de viajes, 9% más que el año anterior, en recorridos interurbanos y en buses locales. Esto en un país con una población de 1.400 millones de personas, de las cuales, casi 252 millones son trabajadores migrantes, según las últimos números dados por el Instituto Nacional de Estadística.
Para afrontar esta movilización, anualmente las autoridades planean nuevas estrategias. Este año pusieron a disposición 14.000 vuelos y 700 trenes adicionales, además de 900.000 buses con la capacidad de transportar a 80 millones de personas. Miles de policías de tránsito y de primeros auxilios se esparcen por las principales carreteras, para asistir a los millones de autos que se desplazarán a lo largo del país.
Por primera vez el avión se ha convertido en un medio masivo de transporte, con un calculo aproximado de 39 millones de personas, 7% más que el año anterior. Sin embargo, la mayoría de los viajeros tomarán el tren, aprovechando especialmente las nuevas líneas de trenes rápidos, que alcanzan hasta los 500 kilómetros. Los tiquetes son puestos a la venta hasta 12 días antes del día de viaje, y en estas fechas este sistema siempre irrumpe la cotidianidad urbana.
Miles de personas se congregan en las ventanillas de las estaciones de trenes o en las agencias intermediarias, muchos durmiendo allí desde el día anterior, para asegurarse un tiquete. “Tienes que prepararte desde antes. Si no lo haces, seguramente te quedas sin tiquete y pasarás el año nuevo solo. Todos los chinos sabemos esto y los que se quedan sin tiquete es porque son desorganizados o porque realmente no tienen suerte” afirmó a China Files Luo Xiao Xian, un chino de 43 años que se preparaba para partir de Beijing a Mongolia Interior.
Con el fin de evitar las masas, las autoridades lanzaron por primera vez un innovador servicio de compra por Internet y reserva telefónica. Sin embargo la medida en lugar de ser una mejoría, terminó perjudicando a quienes más viajan: los trabajadores migrantes, que con un salario mínimo y baja educación, no tienen acceso a Internet.
Muchos se quedaron sin tiquete y sus lamentos se resumieron en un personaje que se hizo famoso gracias a la red: Li Zhuqing. Durante seis días, este trabajador de 48 años intentó fallidamente encontrar un tiquete desde Hangzhou hasta Yongzhou. Li, captado por un medio de comunicación, despertó conmoción nacional y con el apoyo de un medio local, le consiguieron un tiquete hasta otra ciudad y de ahí, contrataron una van que los llevara hasta su pueblo. Pero él tuvo suerte.
Hubo una división entre los tiquetes disponibles en línea, reserva telefónica y en las ventanillas, pero esto lo que hizo fue quitarle la oportunidad a los campesinos que no saben usar internet y prefieren hacer colas de hasta 10 horas” declaró Song Zongwu, un joven de 26 años mientras esperaba la salida del tren que lo llevaría de regreso a Harbin desde Beijing. Song compró su tiquete en línea diez días antes y cuenta que este ha sido el año que mejor le ha ido. “Antes tenía que esperar desde las 4 de la mañana” añade.
"Todo está organizado para hacer las cosas más fácil, pero muchos deben buscar otros medios de transporte” declaró Zhang Yuan, policía de la estación central de Pekín. Diariamente esta estación despacha un promedio de 240.000 viajeros. Y esta es sólo una de las cuatro estaciones de tren de la capital. Frente a la facilidad, las críticas abundan en la red, pues el nuevo sistema colapsó por unas horas debido a la cantidad de compras y llamadas telefónicas realizadas.
Song es uno de los tantos profesionales que trabajan en Beijing y que regresan a casa para recibir con sus padres el nuevo año. Sin embargo, muchos de los hijos únicos han comenzado a optar por una nueva técnica: comprar tiquetes para sus padres –muchos ya retirados y con mayor tiempo de descanso- en lugar de desplazarse hacia ellos. “Se vienen antes de que empiece la locura y regresan cuando todo vuelve a la normalidad. Es más fácil conseguir un tiquete desde mi pueblo hasta Beijing, que de Beijing a cualquier parte de China” cuenta Jing Limei, una publicista de 31 años.
Aquellos con mayor solvencia económica se debaten entre pasar las vacaciones en China o viajar al Sudeste asiático o Corea. “Nos vamos buscando el calor y un cambio de rutina. Pero terminamos en playas donde solo hay turistas chinos y en donde además, los locales saben que nos contentamos con un mal servicio. Prefiero permanecer en casa y viajar en temporada baja” afirma Alan Wang, un pekinés que trabaja en una casa editorial. En efecto, los pocos cupos en vuelos a Tailandia, Indonesia, Filipinas o Malasia, desde las grandes ciudades, están a precios exorbitantes. Lo mismo ocurre con los tiquetes de vuelos internos, que se liberan medianamente justo después del 25 de enero.
Pero este no será el único record que dejará el año nuevo chino. Se espera que la famosa Gala de Año Nuevo en la televisión china sea vista por al menos 700 millones de personas, seis veces más que el Superbowl, el evento más visto en Estados Unidos. Además de las millonarias ganancias que dejarán las ventas de juegos pirotécnicos y de alimentos.
Este 23 de enero comenzó el año 4710 según el calendario chino. Un año del dragón negro de agua, un signo especialmente importante para los chinos, al considerarse descendientes de este animal mitológico y ser un símbolo del imperio. El 2012 será además uno de los años más importantes para China, pues implica un cambio de gobierno. Hu Jintao bajará como presidente, cargo que ha mantenido desde 2003.
Artículo publicado en La Nación (Argentina)
[Fotografía cortesía de Szymon Kochanski]