América Latina busca vínculos comerciales con China, pero no culturales

In by Andrea Pira

Hace un par de semanas una pequeña pero muy evocativa muestra de 30 esculturas, pinturas y grabados abstractos del artista Manuel Felguérez fue inaugurada en el espectacular edificio diseñado por Arata Isozaki para la Academia Central de Bellas Artes de Beijing. La exposición de las obras recientes de Felguérez, uno de los más destacados integrantes de la generación que abrió un nuevo camino en el arte mexicano más allá de las ideas estéticas de Diego Rivera y los muralistas, fue todo un suceso. Y en efecto conmemoraba una ocasión especial: los 40 años de relaciones diplomáticas entre México y China. A pesar de la calidad de la muestra y de la presencia del mismo artista, la verdad es que éste no es un acontecimiento frecuente. No sólo una exposición de arte latinoamericano es un evento raro en China, sino que tristemente el intercambio cultural refleja la poca importancia que las naciones de la región len da a un país que ya se ha convertido en primer o segundo social comercial de la mayoría.



En los últimos años apenas un par de exhibiciones significativas han sido organizadas por los países latinoamericanos en China. Colombia trajo una amplia muestra de
objetos de oro precolombinos al Museo de Shanghai y Perú expuso una variedad de piezas elaboradas por los pueblos preincaicos en el Museo Nacional de Beijing el año pasado. Muy poco arte moderno se ha exhibido aquí, con la posible excepción de Felguérez y las obras cinéticas del venezolano Carlos Cruz Díez en Ningbo.

Pero no es sólo un problema artístico. La presencia de destacados intelectuales latinoamericanos ha sido en general escasa. La única visita de alto perfil el año pasado fue la del
escritor mexicano Sergio Pitol, probablemente el intelectual latinoamericano que ha tenido una relación más estrecha con China, tras haber vivido aquí casi un año poco antes de la Revolución Cultural. El poeta argentino Juan Gelman y el novelista -y Premio Nobel- peruano Mario Vargas Llosa han visitado también China, aunque invitados por el Instituto Cervantes. El único autor importante en haber visitado hasta ahora este año ha sido el peruano Fernando Iwasaki, que visitó la capital china el mes pasado.

No hay mayor diferencia en otros campos como la música o las artes escénicas. Sólo dos músicos -la pianista argentina Marcela Roggeri y el grupo folklórico chileno Los Huasos Quincheros- se han presentado en el flamante Gran Teatro Nacional (el famoso ‘huevo’ al lado de la Plaza de Tiananmen). Ninguno lo ha hecho en la magnífica Ópera de Guangzhou de Zaha Hadid ni en el Gran Teatro de Shanghai. Los ciclos de cine, que requieren poca inversión y son fácilmente rotables, constituyen probablemente
la única presencia cultural frecuente de América Latina en China. Aunque en todo caso, rara vez viajan más allá de Beijing o Shanghai.

Hubo sin embargo una brillante excepción. Durante los seis meses que duró en 2009, la Expo de Shanghai vio un gran número de exhibiciones, conciertos y conferencias. México trajo uno de los autorretratos de Frida Kahlo, completo con chango, a su pabellón de cometas. La música fue la estrella absoluta, con conciertos de artistas renombrados como Carlinhos Brown, Juan Luis Guerra, Rodolfo Mederos o Chango Spasiuk e innovadores grupos contemporáneos como Nortec Collective, Bomba Estéreo y Bajofondo Tango Club.

¿Pero qué sucedió una vez la Expo de seis meses cerró sus puertas? ¿Tendremos que esperar un nuevo mega evento para proyectar nuestra cultura en China? ¿A que vengan de nuevo los Juegos Olímpicos? Desafortunadamente los países de América Latina han sido lentos en entender que en la medida en que la familiaridad entre nosotros, mayores serán los intercambios económicos y humanos. La curiosidad de los visitantes chinos al contemplar
las piezas prehispánicas o el entusiasmo con el que se han dejado seducir por la salsa y el tango deberían servir de indicadores de la fuerza que tiene la ‘marca’ latina aquí en China. Pero la verdad es que América Latina no le ha dado aún a China la importancia que se merece en otras áreas diferentes al comercio.

Artículo publicado en
Americas Quarterly (Estados Unidos)

Sergio Pitol

 

Oro colombiano prehispánico en Shanghai



 

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Oro Prehispánico Colombiano en Shanghai  

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