ADN del Hombre de Tianyuan confirma antepasado común de asiáticos y nativos americanos

In by Andrea Pira

Los recientes análisis del ADN del Hombre de Tianyuan arrojan evidencia de un ancestro común entre asiáticos y aborígenes americanos. Además, plantea interrogantes a la “Teoría del origen común” que indica que todos los humanos actuales descienden de una única especie que partió de África hace unos 220 mil años.

El hallazgo de los restos del Hombre de Tianyuan en Zhoukoudian (周口店), en Beijing, llamó la atención de la comunidad científica en el 2003, pero no fue hasta una década más tarde, que un grupo de investigadores chinos y alemanes utilizó tecnología de punta para estudiar el ADN de los huesos, que habían sido casi olvidados en una habitación de fósiles del Instituto de Paleontología Vertebrada y Paleoantropología de Beijing.

Qiaomei Fu, de la Academia de Ciencias China, junto con Svante Pääbo, paleogenetista del Instituto Max Planck para Antropología Evolutiva de Alemania, secuenciaron el ADN nuclear y mitocondrial de la pierna de un humano moderno y lo compararon con los restos de ADN del Hombre de Tianyuan, en un estudio publicado el mes pasado en la revista Proceedings de la Academia Nacional de las Ciencias de Estados Unidos.

El resultado de las investigaciones mostró que el homínido, que vivió hace unos 40 mil años, comparte un antepasado común con muchos asiáticos contemporáneos, no sólo de la etnia de los Han (92% de la población de la China actual), sino también de tailandeses y coreanos; así como de nativos americanos.

Además, la investigación arroja dudas sobre la Teoría del origen común, que supone que las diferencias étnicas entre los humanos actuales, corresponden a adaptaciones evolutivas de ese primer grupo de homínidos africanos a los nuevos ambientes de Eurasia.

Algunos científicos chinos han propuesto, a la luz de las investigaciones del Hombre de Tianyuan, que los chinos actuales evolucionaron a partir de una población autóctona que pudo sobrevivir a la Era de Hielo y que resistió a las migraciones provenientes de África.

“Tenemos muchos retos todavía para establecer un enlace significativo. Estamos en medio del rompecabezas de las primeras culturas humanas”, dijo Gao Xing director del Instituto de Paleontología Vertebrada y Paleoantropología de Beijing para el South China Morning Post.

China, un yacimiento prehistórico


El norte de China es un yacimiento de importantes descubrimientos arqueológicos y paleontológicos.

En Zhoukoudian (周口店), había sido descubierto el famoso Hombre de Pekín en 1920, que se consideró en su momento un eslabón perdido en la evolución humana e hizo pensar en un uso más temprano del fuego entre los primeros humanos. Sus restos no pudieron ser posteriormente analizados, pues se extraviaron en el caos de la invasión japonesa de 1937.

En paleontología, los descubrimientos en China han ayudado, principalmente, a dibujar una imagen más completa de la evolución de las aves.

En 1995 se halló el Confuciusornis (nombre en honor al filósofo chino Confucio), que se consideró el eslabón perdido en la evolución de las aves y recién iniciado el 2013 se dio a conocer el Eosinopteryx que supone un origen mucho más antiguo de las aves-dinosaurio.

También en China, se encontró el Yutyrannus, el dinosaurio emplumado más grande encontrado hasta ahora y que se piensa, vivió hace 125 millones de años.

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