Los números chinos generan sospechas

In by Andrea Pira

En el segundo trimestre de este año las exportaciones chinas tuvieron un comportamiento errático. En abril crecieron 14.7 por ciento, en mayo, 7.1 por ciento. Sin embargo los indicadores cayeron rápidamente. ¿La mercancía china ya no es atractiva o la economía del país está enfrentando fuertes cambios? La cuestión, radica, además de una menor demanda interna y una economía global débil, en el nuevo control impuesto por el gobierno chino sobre las cuentas de bancas y empresas.

Los números registrados en estos meses, contrastado con los datos de los demás países, levantaron sospechas frente a la veracidad de las estadísticas chinas. La Administración Estatal de Divisas (SAFE, siglas en inglés) implementó una nueva política de control contra la falsa facturación de exportaciones, comparando registros de mercancías y entradas reales de dinero.

Un gran número de compañías chinas estarían declarando cifras más altas de exportación, entrando más dinero del registrado en productos vendidos, acolitado por oficinas locales. Para evitar una burbuja financiera y controlar la inflación, China mantiene un férreo control en la entrada y salida de divisas.

Entrando el dinero como ingreso de exportaciones, las empresas evitan pasar por los controles y penalidades de SAFE, y engrosan los números a nivel local, manteniendo la idea general de China de bienestar económico.

“Esta nueva política de las autoridades financieras sobre la falsa facturación restituirá la verdad en los datos -a una sola cifra- con respecto al crecimiento inflado de las exportaciones”, dijo Zhang Zhiwei, jefe economista para China de Nomura Holdings. Entre agosto y noviembre de 2012 se registró otra secuencia extraña: las exportaciones crecieron 2.7 por ciento, en septiembre 9.9 por ciento, en octubre 11.6 por ciento y en noviembre 2.9 por ciento. Mal, bien, muy bien, mal. Hoy, se cree que los datos para los dos meses intermedios son falsos.

“Un periodista me llamó a preguntarme un comentario de los datos de hoy, pero ¿no sería loco si comentara un dato falso?”, escribió en Sina Weibo Xu Xiaonian, respetado economista de la Escuela de negocios internacionales China-Europa (CEIBS, siglas en inglés), cuando se publicaron los datos que afirman que el PIB chino creció en un 7.9 por ciento durante el último trimestre de 2012. “¿Hemos siempre vivido en un cuento?, comentó un netizen en esa ocasión.

Los números chinos tienen un valor político y son ajustados de manera consecuente. Ejemplo de esto son los datos frente a la desigualdad. Según datos oficiales chinos, el Coeficiente de Gini, -que mide con cero las sociedades iguales y con uno a aquellas totalmente desiguales- es de 0.47, similar al de Estados Unidos. Sin embargo, investigaciones independientes, como la realizada por el profesor Gan Li, de la Universidad de Economía y de Finanzas del Sur Occidente, en Chengdu, el número real sería 0.61, que sería similar a países a punto de revoluciones sociales, peores a países como Colombia, Brasil o Rwanda.

Una diferencia importante

El Instituto Nacional de Estadística china desestimó la alarmante investigación de Gan Li, afirmando que se trata de un estudio basado en una muestra limitada y en entrevistas hechas por estudiantes inexpertos. Sin embargo, el Instituto chino no explica sus criterios de su investigación.

El 0.47, que demuestra una mejoría con respecto al 0.49 registrado en 2008, es una cifra entregada sin una justificación detrás que explique su muestra, los datos completos a nivel individual o la tasa de respuesta a las preguntas de los entrevistadores. Apareció así mismo otro estudio que afirma que el Coeficiente de Gini aún se encuentra en 0.49.

La investigación fue hecha por el China Family Panel Studies, un grupo independiente –que asegura no depender de un organismo político- de la Universidad de Pekín. Según un artículo publicado en Science, las agencias gubernamentales chinas recoge toneladas de datos, pero cuando son sensibles, son filtrados de forma controlada.

“Sensible” en chino se dice mingan, palabra compuesta de dos caracteres que significan respectivamente inteligente y emoción, pues la inteligencia equilibra la emoción, o mejor entendido, lo que tiene un fuerte impacto emotivo es dosificado con inteligencia.

“Los números oficiales presentan dos problemas. El primero es que son siempre macroscópicos y no dan una imagen real de las situaciones específicas. El segundo, es que comúnmente son contradictorios internamente”, dijo Ivan Franceschini, investigador que se ocupa de las condiciones laborales en las fábricas chinas.

Sus investigaciones incluyen entrevistas realizadas en las fábricas y afuera de ellas, y compara sus resultados con las estadísticas oficiales, con el fin de extender el panorama de análisis. Actualmente está trabajando con datos sobre la percepción subjetiva de los trabajadores chinos con respecto a sus derechos, una información cualitativa que nunca aparecería en las investigaciones oficiales. Sin embargo, reconoce que en China siempre será un problema de la muestra, pues siempre se enfrentan a limitaciones y localizaciones.

Uno de los inconvenientes que más alteran los datos chinos, es la estructura descentralizada del sistema político del país. De un lado se encuentra el Partido único, que nomina desde lo alto a los principales líderes, en todo su país. Pero de otro, los poderes locales, sobretodo los de niveles bajos -condados y ciudades- son los que proveen la mayor parte de los bienes y servicios públicos: desde educación hasta seguridad social. Manejando una cantidad considerable de recursos, los “pequeños” líderes, tienen un enorme poder de gasto y de control.

Sus resultados además determinan las prospectivas de sus carreras políticas. Si apuntan a Pekín, deben entregar datos precisos a los niveles superiores, creando además una competencia horizontal entre ellos. Desde que Deng Xiaoping instauró el resultado económico como criterio de evaluación, en lugar a la fidelidad política maoísta. La carrera de un funcionario depende de su capacidad de crear riqueza, y por esto la importancia de las estadísticas.

Y por lo tanto, gran parte del presupuesto y de los incentivos económicos son usados para hacer circular números positivos. Esta situación, multiplicada por 31 provincias, 333 prefecturas, 2858 condados, 40.858 ciudades y un número incalculable de pueblos, presenta un panorama difícil de controlar, en donde la situación real del estado financiero de China tambalea.