“Nuestro mayor reto es equilibrar la balanza comercial con China”: embajador ecuatoriano Leonardo Arízaga

In by Simone

China Files conversó con el embajador ecuatoriano Leonardo Arízaga Schmegel sobre los retos, las dificultades y los desafíos de las relaciones diplomáticas de Ecuador y China para los próximos diez años. Acá, la cuarta de nuestra serie de entrevistas. 

“Es el mejor momento en las relaciones bilaterales”, señala convencido Arízaga. Las cifras de inversión china en Ecuador, por ejemplo, lo demuestran: la mayoría de los grandes proyectos hidroeléctricos que desarrolla el país andino para modificar la matriz energética del país cuentan ya sea con inversión, financiación o tecnología china. Algo notable para un país que apenas cuenta con 300 nacionales residiendo en China.



Arízaga, diplomático de carrera y ex subsecretario de Relaciones Bilaterales en la Cancillería ecuatoriana, fue anteriormente representante de su país ante la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

Se cumplieron 31 años de relaciones bilaterales entre Ecuador y la República Popular China. ¿Hacia dónde está apuntando el gobierno ecuatoriano llevar las relaciones con este país en esta nueva década? ¿Qué pilares les gustaría fortalecer?

Las relaciones entre Ecuador y China han sido tradicionalmente muy buenas, pero se han circunscrito básicamente al ámbito político y diplomático. Sin embargo, en los últimos años hemos profundizado aún más en nuestras relaciones, que incluyen ahora ámbitos tan importantes como inversiones, cooperación y una importante balanza comercial entre los dos países.

Estamos trabajando en varios frentes en la embajada. En el campo político y diplomático estamos intensificando las visitas de alto nivel, realizando encuentros de nuestros ministros, viceministros y subsecretarios con gran frecuencia. Tenemos una mayor coordinación en los foros internacionales y en temas relevantes de la agenda internacional como en la reforma de Naciones Unidas o la nueva arquitectura financiera internacional, que nos interesan a los dos países.

Con China hemos obtenido resultados concretos de manera muy ágil y dinámica. Cuando uno tiene una relación cada vez más estrecha con un país tan importante siempre hay reacciones, pero nosotros no estamos pasando a un segundo plano nuestras relaciones con otros países, sino que éstas pueden ser concomitantes. Nuestros principales mercados siguen siendo Estados Unidos y la Unión Europea, y tenemos más de un millón de ecuatorianos en cada uno de ellos. Así que vamos a seguir profundizando nuestra relación con China, sin modificar la relación que tenemos históricamente con otros.

¿En qué consiste el acuerdo de comercio para el desarrollo que Ecuador busca impulsar con China?

Nosotros hemos decidido que no vamos a firmar un TLC con ningún país del mundo. Estamos elaborando el acuerdo de comercio para el desarrollo, que es un acuerdo alternativo enmarcado en las normas de comercio internacional, regidas en nuestro caso por la Organización Mundial del Comercio y por la normativa andina.

Se basa en tres pilares: un pilar político, uno de cooperación y uno comercial. Cuando hablamos, por ejemplo, del pilar de cooperación no hablamos solamente de temas de cooperación comercial -que están incluidos en un TLC tradicional- sino de cooperación en un sentido más amplio de la palabra porque queremos que contribuya al desarrollo de nuestro país. Nosotros tenemos que tener en cuenta la diferencia y la magnitud de mercado chino. Son economías asimétricas y tiene que existir necesariamente un trato especial y diferenciado para nuestro país, y esto tiene que traducirse en el contenido del acuerdo comercial.

Como es un tema y un enfoque nuevo, tiene que estar bien analizado y bien sustentado antes de presentarlo a los países amigos y proponer el inicio de las negociaciones. Ya se están haciendo acercamientos preliminares con algunos países como Turquía, con quien ha habido ya un par de encuentros de perfil técnico, y la Unión Europea.

China se ha convertido en un importante socio de Ecuador en el tema energético. ¿Cuáles son esos proyectos y a qué apuntan?

Muchos proyectos estratégicos del Ecuador están siendo construidos por empresas chinas y forman parte de nuestro plan para cambiar la matriz energética del país. La más grande hidroeléctrica del país, Coca Codo Sinclair, -que tiene un valor de US $2.000 millones- está siendo construida por Sinohydro con un préstamo del Eximbank. Una segunda hidroeléctrica que se llama Toachi-Pilatón está siendo construida por la empresa China International Water and Electric (CWE), que es el brazo internacional de la empresa Tres Gargantas, y es un proyecto de US $250 millones. Acabamos de firmar un crédito por US $571 millones con el Eximbank para construir una tercera hidroeléctrica que se llama Paute-Sopladora y se firmó hace poco el contrato comercial para construir una cuarta hidroeléctrica de un proyecto que se llama Delsitanisagua por un valor cercano a los US $200 millones. Y próximamente se decidirá a qué empresa se le adjudica la construcción de una quinta hidroeléctrica por aproximadamente US $48 millones.

Sumadas estas cinco hidroeléctricas, hemos suscrito ya un acuerdo con la empresa china Goldwing para la construcción de once molinos eólicos en el sur del Ecuador, que van a generar alrededor de 35 megavatios y que constituyen también un aporte a la electricidad del país.

Estamos construyendo todas estas hidroeléctricas porque en los últimos ocho años Ecuador ha importado US $800 millones en electricidad de sus vecinos. De manera que necesitamos incrementar nuestra generación hidroeléctrica, porque las termoeléctricas que tenemos generan electricidad pero a un costo muy alto.

¿En el área de minería qué proyectos de inversión con China están en marcha?

Tenemos una amplia cooperación con China en el tema de petróleo. Las dos grandes empresas chinas petroleras, Sinopec y CNPC, tienen una empresa en el Ecuador llamada Andes Petroleum, que produce diariamente 47 mil barriles. Aspiramos a que la producción ascienda a 50 mil barriles próximamente, que constituye un 10% de nuestra producción nacional.

El proyecto más importante del Ecuador -y también el más costoso- es la construcción de una refinería, porque nosotros importamos cada año más de US $3.000 millones en crudo refinado. Es decir, Ecuador exporta más de US $10.000 millones de crudo, pero tenemos que importar US $3.000 millones en crudo refinado, entre otras para las termoeléctricas que generan esta energía que es tan cara. Así que estamos invitando a las grandes empresas chinas -CNPC, Sinopec, CNOOC- para que conozcan este proyecto, sus ventajas y los beneficios comerciales que puede traer, para ver si lo podemos concretar su inversión o su financiación en un futuro cercano.

Además, estamos por finalizar la negociación con dos empresas chinas para suscribir un acuerdo de explotación de una mina de cobre en el sureste del Ecuador, que supondrá una inversión china de aproximadamente US $3.000 millones.

¿Y en sectores diferentes a la minería y la energía?

También estamos impulsando inversión china en el sector productivo. Hay dos empresas chinas interesadas en establecer plantas ensambladoras de vehículos en Ecuador. Una ya está muy avanzada: se trata de Great Wall, que quiere establecer una ensambladora de 20 millones de dólares en la ciudad de Ambato. La otra es Hautai, una empresa privada que tiene una alianza estratégica con Hyundai, y que que también tiene interés en abrir una planta. Además estamos tratando de interesar a empresas chinas para invertir en plantas de cemento y vidrio, plantas de procesamiento de leche y café, y en el sector turístico.

Debe ser uno de los flujos de inversiones chinas más altos de la región, ¿no? ¿Ecuador, entonces, sólo contrata con empresas chinas?

El presidente Hu Jintao me dijo, cuando presenté credenciales, que una de las inversiones extranjeras más altas de China en América Latina está en el Ecuador. Y nuestro presidente Rafael Correa ha dicho que es el mejor momento en las relaciones bilaterales. Hemos obtenido resultados concretos, de mutuo beneficio, no sólo de créditos y financiamiento, sino también de inversión directa china.

Ahora, por ejemplo, hay una empresa china que quiere invertir en una hidroeléctrica de 200 megavatios que cuesta alrededor de US $350 millones. Es una negociación que apenas comienza y no sabemos si se va a concretar, pero es una manifestación clara del interés que existe para invertir en Ecuador. Y esto se da principalmente por tres razones: Ecuador es un país que ofrece muchas ventajas a inversiones en general y a los chinos en particular, porque tiene estabilidad política, porque tiene seguridad jurídica para las inversiones extranjeras -en particular con el nuevo código de producción- y, finalmente, porque como los otros países de la región somos un país de renta media.

Una de las ventajas con China es que el marco jurídico nacional permite contratar directamente con empresas públicas de terceros países. Y como China tiene grandes empresas públicas de muy alta calidad y tecnología, eso ha facilitado el trabajo con ellos. De hecho, el Ministerio de Comercio me dijo hace un par de meses que tenemos contratos con empresas chinas por US $4.000 millones.

Yo diría que han sido cuatro los principales proyectos que hemos sacado adelante este año. Primero, la venta anticipada de crudo por US $1.000 millones que firmamos en enero. El segundo fue la suscripción de un acuerdo de crédito con el China Development Bank en junio por US $2.000 millones. El tercero fue la suscripción con el Eximbank para el financiamiento de Pauta-Sopladora por US $571 millones. Y el cuarto, la suscripción en noviembre del acuerdo de explotación minera. Si sumas estos cuatro proyectos estamos hablando de una cifra de alrededor de US $7.500 millones este año, sin incluir el proyecto de la Refinería del Pacífico que estaremos concretando en los próximos meses.

Esto no quiere decir que Ecuador vaya a pasar de la dependencia de un país a otro. Cuando las ofertas de las empresas chinas sean las mejores técnica y financieramente, vamos a escogerlas. Pero si tenemos mejores ofertas de otros países u otras empresas -sean de Japón, de Corea, de Alemania, de Estados Unidos- escogeremos esas.

Ecuador ha afirmado que aspira a equilibrar la balanza comercial con China. ¿Qué sectores podrían contribuir a conseguirlo? ¿Qué cambios anticipa?

El gran desafío que el Ecuador tiene con China -común a muchos países de la región y del mundo- es el déficit comercial. El año pasado nuestra balanza comercial no petrolera con China reflejó exportaciones por US $90 millones, de los cuales la tercera parte correspondió a la venta de chatarra de cobre, hierro y otros metales. Este año vamos a duplicar las exportaciones y exportar menos chatarra, porque en Ecuador ya hay restricciones sobre estos productos.

Hemos aumentado la exportación de harina de pescado, balsa, camarón y otros productos, pero el déficit es muy importante. En los primeros ocho meses de este año hemos exportado -según estadísticas del Banco Central del Ecuador- US $130 millones, pero en ese mismo período importamos US $1.300 millones. Es decir, por cada dólar que exportamos, importamos diez en la balanza comercial no petrolera.

Así que estamos posicionando la oferta exportadora del Ecuador en ferias como las de Guangzhou o ExpoLeisure de Hangzhou. Hace poco inauguramos la primera exhibición de productos agrícolas en Shanghai, y trajimos pitahaya, granadilla, banano, limón y piña, así como productos más procesados como chifles o chocolates. Vamos bien, pero es sin duda el ámbito en el que más tenemos que esforzarnos. Yo creo que se va a lograr reducirlo en el momento que empecemos a exportar cobre y en el momento en que aumenten los productos no tradicionales que exportamos.

Hay productos ecuatorianos que han tenido un crecimiento elevado en el mercado chino, como la harina de pescado y los camarones. ¿Qué otros productos ecuatorianos que hasta ahora no tienen un mayor comercio en China cree usted podrían despegar?

Queremos incrementar las exportaciones de productos no tradicionales. La harina de pescado es un buen ejemplo: había pocas empresas ecuatorianas registradas para exportar, así que lo hicimos y comenzaron a vender directamente al mercado chino.

Uno de los productos que estamos promocionando es la balsa. Es la madera más liviana que existe y se ha convertido ya en nuestro segundo producto de exportación a China. Se usa fundamentalmente para las hélices de los molinos eólicos y para la construcción de aeronaves, porque siendo muy liviana es una madera muy resistente. También estamos intentando posicionar nuestro café y cacao, y queremos introducir productos que antes entraban en cantidades significativas y ya casi no ingresan, como el banano. El año pasado exportamos apenas 500.000 dólares de banano a China. Así que estamos intentando aprovechar un nicho en el mercado en el noreste del país y acabamos de vender 100 contenedores de banano en Dalian.

Pero también trabajando en impulsar productos de valor agregado. Hemos firmado, por ejemplo, dos acuerdos entre la Asociación de Software del Ecuador y dos asociaciones chinas, una de la provincia de Jiangsu y otra de la ciudad de Wenzhou, porque tenemos buena tecnología de software en el sector bancario y en el empresarial, en lo que se refiere a contabilidad, auditoría o inventarios. Estamos intentando entonces vender no sólo productos primarios sino productos que tengan valor agregado. Son esfuerzos que no se van a notar de inmediato, sino más bien a mediano plazo.

¿Cómo ve el tema de la integración latinoamericana para trabajar con China?

En China hay espacio para todos. A diferencia de Estados Unidos, Europa o Japón donde competimos entre nosotros, acá hay suficiente mercado para todos los países y todos los productos. Y para aprovechar al máximo esas oportunidades vamos a tener que trabajar de manera conjunta en un sinnúmero de campos, que van desde la infraestructura hasta la ciencia y la tecnología.

En lo político, la idea de África de tener un encuentro de jefes de Estado con el presidente Hu Jintao ha tenido éxito, porque China es cada vez más importante en el escenario internacional. Deberíamos propiciar un encuentro regular de nuestros presidentes con China.

Como estamos tan lejos, tenemos que trabajar juntos en el tema logístico y al unirnos, abaratar los costos. No existe conectividad aérea y no hay ningún vuelo directo hacia Centro o Sudamérica, de manera que si una compañía aérea se establece en alguno de nuestros países podríamos utilizarla como un hub.

Y en el tema turístico, tenemos que unirnos para atraer a los ciudadanos chinos a nuestros países. Podemos pensar en crear iniciativas dentro el marco de UNASUR, como que cuando un país de la región da una visa turística a un chino, éste pueda viajar a los demás países de la región sin tener que tramitar las otras visas.

¿Todos estos acuerdos de inversión permiten una transferencia de tecnología y una formación de personal ecuatoriano?

Existen disposiciones para que haya una transferencia efectivamente. En el caso de las inversiones, el 80% de trabajadores tienen que ser ecuatorianos a menos que no haya suficiente mano de obra para ello. Y también para que haya trabajo para los ecuatorianos que sepan mandarín, que por cierto están regresando y encontrando trabajo fácilmente.

Además, firmamos hace pocos meses un acuerdo de marco de cooperación en campo agrícola entre los dos países. Y como parte de este acuerdo, se creará de centro de ciencia y tecnología en temas agrícolas para permitir que se transfiera tecnología tanto del Estado chino como de las empresas que tengan knowhow en el tema.

Estamos trabajando también en proyectos de recuperación de tierras marginales, que tienen muy poca agua, para ver cómo podemos aprovechar la tecnología china -que tiene alta productividad en tierras que no son necesariamente fértiles- para incluir nuevos campos en la matriz agrícola de nuestro país.

¿Ve usted que la cooperación en otros ámbitos -turismo, cultural- pueden crecer al mismo nivel que los intercambios comerciales? ¿Y cómo lograrlo?

Existe muy poco turismo de China hacia América Latina y hacia Ecuador en particular. Así que estamos intentando posicionar la imagen de Ecuador y tratar de trabajar con nuestros países vecinos para armar paquetes turísticos y que cuando viajen a Ecuador también lo hagan a Colombia y a Perú, y viceversa.

Como no nos conocen, lo que estamos haciendo es posicionar la imagen del país en el ámbito cultural y turístico y para ello estamos impulsando una serie de iniciativas. Hace poco organizamos el proyecto “Pinta el Ecuador”, para el que invitamos a artistas chinos a que visitaran nuestro país y pintaran sus paisajes, y ahora vamos a hacer una muestra de esas pinturas. Organizamos ya un festival gastronómico con chefs traídos de nuestro país y un festival de cine documental contemporáneo del Ecuador. También vamos a traer a la selección de fútbol del Ecuador para que juegue un partido amistoso en el primer semestre del año entrante.

Una de las iniciativas que han impulsado para acercar más a los dos países es la creación de una Biblioteca del Pensamiento Ecuatoriano y su donación a la Academia de Estudios de América Latina. ¿Qué otros proyectos de intercambio educativo adelantan?

Queremos interesar a los estudiantes chinos en el Ecuador. Para ello creamos el concurso “Conozca el Ecuador”, que es una convocatoria para que los estudiantes universitarios que están aprendiendo español creen un diario virtual o un ensayo sobre nuestro país. Los primeros dos premios van a ganar pasajes para ir al Ecuador y visitar, con todos los gastos pagos, las diferentes regiones del país. También hemos puesto en marcha el proyecto “Prometeo, viejos sabios” para invitar al Ecuador a profesores de reconocido prestigio, que cuenten con doctorados, para dictar clases o trabajar en investigación. Les pagamos todo: pasajes, estadía para toda la familia durante por lo menos 4 meses.

Otro de nuestros principales proyectos es la Ciudad del Conocimiento, un espacio donde estarán los mejores profesionales y empresas del ámbito de la ciencia y la tecnología. Queremos interesar a China, para que nuestros profesionales puedan visitar los más de 60 parques científicos de alto nivel que hay aquí.

¿Hay planes de incrementar el número de estudiantes chinos que viajan a Ecuador, de la misma manera que viene aumentando el de ecuatorianos acá?

Actualmente tenemos 80 estudiantes ecuatorianos en China, 40 de ellos becados, y estamos tratando de aumentar el número de becas para que también lo haga el de estudiantes. Y como no es de un sólo lado, vamos a comenzar a ofrecer becas a China nosotros también. El próximo año habrá diez becas para estudiantes de español y de turismo.

[Fotos cortesía de Nicky Hartnell, William Routard, Vince Smith, A. Dombrowski y Alex Proimos]