Llega el sabor caribeño a Beijing: Osmani Castillo y Denisse Hernández, propietarios del restaurante Caribeño

In by Andrea Pira

China Files presenta la nueva sección voz latina. En ella presentaremos la vida de algunos latinoamericanos destacados en China, contando sus proyectos, sus miedos y sus pasiones. Hoy les presentamos a Osmani Castillo, chef y Denisse Hernández, especialista en marketing, quienes inauguran esta noche Caribeño, un restaurante que busca recrear el gusto cubano con toques de toda Latinoamérica en el corazón de Beijing.

Ropa vieja es un plato cubano que consiste principalmente en carne de res cortada en hiladas y bien sazonada. Esta receta nació cuando comenzó a pensarse una forma de mantener la carne y se guardaba en trozos deshidratados y ahumados a la leña. Dicen que recibe ese nombre del parecido de las hilachas de carne con las hilachas de una tela destrozada.



Ropa vieja con plátano (patacones)

Hoy se sirve con salsa de tomate y plátano. Es la comida preferida de Osmani Castillo, quien probó la receta por primera vez confeccionada por su abuela, un verdadero as de la cocina. Cuando era pequeño toda la familia se sentaba alrededor de la mesa a deshilachar la carne, y la abuela escuchaba los problemas de cada uno y los iba aconsejando. Fue por ella que Osmani dejó dos carreras -ingeniería e historia del arte- y se puso a estudiar cocina y sobre todo a experimentar en la cocina de la casa de sus padres.

Ahora acaba de embarcarse en la aventura de abrir, junto a un grupo de socios, Caribeño, el único restaurante cubano de la capital china. Junto a Denisse Hernández, también manager del proyecto, nos recibieron en el restaurante que se inaugurará esta noche.

Denisse llegó a China por primera vez en enero del 2009, cuando enviaron a su padre como agregado militar de la embajada de México en Beijing. Aterrizó en Beijing junto a toda su familia y se quedó un año. Después regresó a México pero se quedó con la idea de que debía regresar en algún momento a China. Hace ocho meses su deseo se cumplió y volvió a Beijing para quedarse.

Ese primer año que Denisse estuvo en China, se integró al equipo del restaurante mexicano Casa Latina, que acababa de abrirse en el centro comercial Solana Mall, en donde su hermana era la chef. Denisse recuerda esa experiencia como una de las mejores de toda su vida y desde entonces buscó repetirla. Hoy se presenta la oportunidad con Caribeño.

En Casa Latina estaba a cargo del personal, publicidad, mercadotecnia y relaciones públicas. Cuenta que fue todo un reto dirigir al personal del restaurante, en su mayoría chinos pues les costaba aceptar que una extranjera los dirigiera. Con esa experiencia se siente preparada para comandar en Caribeño.

Osmani llegó enamorado. Estaba trabajando de chef en un hotel de La Habana en donde se hospedó una comisión de empresarios chinos. Fue en esa ocasión cuando conoció a la traductora del grupo y quedó prendado. Después de una relación a distancia decidieron que se establecerían juntos en China.

A poco de haber llegado, en el 2009, también comenzó a trabajar en Casa Latina, donde conoció a Denisse. Luego se fue a Tianjin para ser chef de un restaurante de comida mediterránea y en donde siempre buscaba la oportunidad de poner en sus platos pinceladas latinas. De sus manos salía el mejor guacamole de Tianjin y en medio de los platos italianos resaltaba la ropa vieja, su caballito de batalla infaltable. También hacía paella, pero la paella cubana: con aceite de canola y mucha langosta.


China Files: ¿Cómo nació la idea de empezar con Caribeño?

Osmani Castillo: Empezó cuando nos dimos cuenta de la carencia de comida latina en Beijing. Hay realmente muy poca. Al notar eso nos pusimos a investigar y nos dimos cuenta que los pocos restaurantes latinos que había aquí eran dirigidos, en su mayoría, por chinos. Faltaba el espíritu, y sobre todo faltaba un latino en la cocina. Aquí no hay ningún restaurante con los sabores que yo quería traer, que son los sabores de mi abuela. Casi todas las recetas de aquí son de ella, quien fue una chef importante en Cuba y que ya ahora no puede trabajar porque tiene 90 años.


CF: ¿A qué se debe, según su punto de vista esa carencia de restaurantes latinoamericanos en China?

Denisse Hernández: Una de las razones es la dificultad financiera para poner un restaurante aquí. Otro tipo de cocinas -como la francesa- son más conocidas y les es más fácil afrontar la gran inversión que hay que hacer para establecerse en Beijing.

Osmani Castillo: La cocina europea es más conocida porque esos países siempre fueron potencias. Son los que salieron e invadieron a todo el mundo e impusieron su comida. Además llegaron más rápido a China que los latinos. China tiene sus asentamientos de europeos, como en Tianjin que hay un asentamiento italiano o en Qingdao en donde llegaron los alemanes. Eso hace que la comida europea sea más conocida y aceptada.


CF: La comida china y la latinoamericana son muy diferentes, ¿debieron adaptarse al paladar chino?

OC: No mucho, ya que queremos que conozcan nuestra cocina. Yo he aprendido sí un nuevo tratamiento con la sal, que aquí es diferente y no quiero que se sientan sorprendidos por eso.

Pollo al ajibe y puré de papa con camarones

CF: Ahora están cambiando el menú haciéndolo más latinoamericano y no solamente cubano. ¿A qué se debe esto?

DH: Este cambio en el menú es nuestra manera de acercar a los latinos -no sólo a los cubanos- a sus familias en el momento en que degustan la comida. Lo importante es que tenemos el sabor latino, que sólo Osmani puede lograr. Podemos por ejemplo hacerlo un poquito más mexicano, poniéndole una tortilla y haciendo el taco de ropa vieja para combinar los dos sabores. O hacer un plato venezolano y ponerle arepas.

OC: Yo he hecho una adaptación a partir de las salsas. Haré salsas y aderezos de cada país. Me gustaría que en nuestro menú haya un plato de cada país. Seremos un restaurante cubano que abrirá la puerta hacia los sabores de Latinoamérica.

Frituras con aderezo

CF: Muchos empresarios vienen a China movidos por el enorme mercado local. Pero no siempre es fácil penetrar en todos los sectores. ¿Qué perfil de cliente esperan?

DH: Estamos en una zona de oficinas, queremos crear un lugar de almuerzo para los que trabajan alrededor. Un lugar cálido y accesible. Luego también nos interesa la comunidad de extranjeros y principalmente la comunidad de latinos.


CF:
¿Acompañará el restaurante con actividades culturales de América latina?

OC: Tenemos pensado organizar eso poco a poco. Queremos aprovechar las paredes para colgar arte latino y traer grupos de música. Nuestro restaurante está abierto a todos los artistas que quieran mostrar su arte.

CF: ¿Cuentan ustedes con socios chinos?

DH: Sí. Creo que es casi imposible comenzar un proyecto empresarial aquí sin tener un socio chino. Un socio chino es necesario porque es muy difícil conocer todas las leyes locales y adaptarse a ellas. Es algo que recomiendo.


CF:
¿Qué consejos le daría a otros latinos que quieren abrir negocios en China?

DH: Que investiguen el mercado, que propongan y que se animen. Este es el momento de invertir y de llegar con nuevas ideas. Me imagino que en dos o tres años ya la competencia será inmensa y posicionarse en el mercado será mucho más difícil.


CF:
¿Qué es lo que más les gusta aquí?

DH: Lo que más valoro de China y que definitivamente no hay en mi país es la seguridad. Valoro poder salir a las 2 o 3 de la mañana de una disco sin preocupación. Poder caminar con mi hijo por las calles sin miedo a que me roben. Eso, desde mi punto de vista, no tiene precio. También me fascina la facilidad de hacer amigos aquí, saludar a alguien y comenzar a hablar. Eso en México ya no se ve, nadie se saluda en las calles; todos dudan de todos. Aquí he conocido a personas de China que quiero como familia y he viajado por lugares maravillosos. Siempre me he sentido apoyada.

OC: Yo lo que más rescato es que la gente no ha perdido la candidez de la niñez. Le gente ha guardado una cierta inocencia que yo no la encuentro en occidente.

[Crédito foto: Keren Rojas]

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